❝Pansmione❞ ➸One Shots

Dos niñas

Art: Fujixia en Tumblr

1991

-Según la carta es aquí, mamá, confía en mi.-La mujer miraba con desconfianza aquella pared.

-¿Y no podemos acompañarte?

-Os lo dije, según la carta, no podéis pasar, os chocaríais contra la pared.-Explicó la pequeña castaña, observando fijamente el muro de ladrillos.

En ese momento, una mujer pasó a su lado, seguida de una apurada niña. La señora iba con la cabeza alta, sujetando una permanente mueca de asco que turbió a la pequeña de pelo rizado. De pronto, aquella mujer frenó en seco, mirando hacia atrás, donde la otra pequeña llegaba jadeando levemente.
La hija de muggles que observaba la escena notó el parecido de ambas, de pelo negro liso y ojos verdes opacos.

"Debe ser su hija", concluyó. Para su sorpresa, la señora volvió su vista al muro, atravesándolo con soltura, justo seguida de su hija, la cual cargaba su carrito, mucho más elegante (y probablemente caro) que el suyo.
Abrió los ojos asombrada, abriendo la boca en una perfecta O.

-¡Papá, mamá! ¿Lo habéis visto? ¡Es lo que tengo que hacer, esa niña es cómo yo!-Les dijo entusiasmada a sus progenitores. Estos la observaron confundidos.

-¿De qué hablas, cariño? ¿Te refieres a la niña del pelo negro? Ha pasado de largo junto a su madre.-Dijo su padre. La niña arrugó su nariz, sin comprender, hasta que concluyó que debía ser un método de la escuela para evitar que los muggles vieran aquello.
Sin querer tardar más, se despidió de sus padres con dos besos, para luego empujar su pesado carrito hacia el muro. Cerró los ojos, pues su cerebro le gritaba que chocaría, cual fue su sorpresa al no sentir ni un simple roce.

Al volver a abrirlos, alzó las cejas con asombro. Ante ella tenía un amplio andén, lleno de gente de distintas edades moviéndose de un lado a otro. Emocionada, miró el reloj colgado en la pared.
"Faltan quince minutos para que salga el tren", pensó calmada, sabiendo que tendría tiempo más que de sobra para entrar en el tren y encontrar sitio. Tras cargar con dificultades su equipaje, se dispuso a entrar, no sin antes echar una inconsciente mirada a la estación, sin saber bien que buscaba.

No lo encontró, pero la persona a la que buscaba sí se fijó en ella.

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Con pesadez, levantó sus cosas.

-¿Por qué no puede venir Toffy a ayudarme?-Se quejó, mirando a su madre. Esta alzó una ceja.

-Sabes bien que las elfas ya tienen trabajo en casa. Hasta el mismísimo hijo de los Malfoy carga sus cosas por su cuenta.-Dijo la mujer, provocando un suspiro de la pequeña.

-Draco también quería que Dobby viniera a ayudarlo, pero su padre no le dejó.

-Pues ahí tienes tu respuesta. Y ahora sube al tren, Zabini y Malfoy ya han entrado, ve con ellos al vagón.-Ordenó fríamente. La pequeña rodó los ojos, levantando su maleta.
Recorrió el tren con la mirada buscando la puerta más cercana, cuando su mirade se posó sobre una espesa melena castaña que miraba el lugar buscando algo. Tenía una nariz respingona que hizo reír a la pelinegra.
Segundos después, aquella castaña entró al tren, acción que ella no tardó en imitar.