Gravedad.

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Gravedad, fenomeno natural por el cual los objetos con son atraídos entre sí, también es una de las cuatro interacciones o fundamentales.

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Jotaro despertó por el incesante sonido del teléfono, no sabía que hora era y se sentía cansado, con desgano estiró su brazo para apagar el aparato que lo había despertado. Bostezó y volvió a acomodarse, pero no podía conciliar el sueño pues la noche anterior había salido a cenar con Noriaki Kakyoin, aquel chico totalmente ajeno a su campo que se había acercado a él un par de meses atrás para elogiarlo por sus publicaciones. Recordaba perfectamente ese momento porque, aunque no creía en el amor a primera vista o en los flechazos, Kakyion había obtenido su atención desde el primer momento en que lo vio.

La clase se había terminado y Jotaro estaba guardando sus documentos cuando aquel extraño chico de cabellos rojos se presentó en el aula, había dejado de hacer lo que estaba en ese momento quedando impactado por el chico que estaba en la puerta. Solo pudo decir un casi inaudible adelante. El muchacho era bien parecido, su vestimenta consistía en unos pantalones color beige que entallaban sus largas piernas, un suéter color verde con cuello de tortuga. Le caía un mechón rebelde de un lado del rostro y unos aretes en forma de cereza adornaban sus orejas, además de la mirada acogedora de los ojos violetas le robaron el aliento.

— Hola, ¿es usted el Dr. Kujo? Me gustaría hablar con usted.

El chico parecía más o menos de su edad, aunque la verdad era que a sus escasos 25 años Jotaro no estaba interesado en nadie, no desde hace años, pero al mirar directamente a los ojos de aquel joven sintió que algo dentro de él se encendía de nuevo.

—Bueno, yo, ¿podría ayudarme con algo? —preguntó vergonzoso el muchacho.

—Claro, ¿en qué puedo ayudarle? —Jotaro le respondió amablemente.

Noriaki se sentía muy nervioso, por fin tenía delante suyo a la persona a la que llevaba admirando durante algunos años. El pelirrojo no tenía ninguna preparación en el campo de la astrofísica, pero se sentía atraído a descubrir los misterios del universo, así que le recomendaron leer las publicaciones del Dr. Kujo.

Para Noriaki el Dr. Kujo era un hombre al que visualizaba como alguien mayor, una persona experimentada, quizá lleno de arrugas, algo viejo pero amable y divertido. Se sorprendió gratamente cuando puso el nombre del experto astrofísico en el buscador y apareció un joven de cabellos y un porte elegante en las fotografías. Parecía bastante alto, superaba por mucho a las personas con las que aparecía en algunas fotografías, eso no hizo más que aumentar su curiosidad.

Armado de valor, investigó más y cayó en cuenta que daba clases en la universidad. No lo pensó dos veces en hacerle una visita. Ahora estaba frente a él, intentando hablar con coherencia y darle una buena impresión. Jotaro parecía intimidante por su estatura y la expresión estoica en el rostro, Kakyoin sentía ganas de huir, algo le hizo quedarse.

Por segundos que parecieron eternos Kakyoin no fue capaz de decir algo, todas las palabras que había pensado durante semanas, halagarlo por su trabajo, comentarle lo genial que le parecía cada artículo que escribía, todo se quedó atorado en su garganta.

Jotaro pestañeó, era una situación extraña, él no acostumbraba a recibir visitas y el hecho de que ese chico no dijera nada lo hacía sentir aún más raro. Tenía que admitirlo, el pelirrojo era lindo. No era ninguna mentira que le gustaban los hombres, todo mundo lo sabía, pero nadie le había conocido nunca pareja y él tampoco revelaba su vida personal, Jotaro era muy hermético en muchos sentidos y tratándose de su vida personal aún más.

—¿Quieres ir por un café? —le ofreció Jotaro al muchacho mientras se ponía su gabardina color blanco y su gorra con detalles de estrellas en el frente.

La voz de Jotaro sonaba amable, pese a la expresión un tanto dura en su rostro, por un momento se relajó y le ofreció una sonrisa escueta al pelirrojo, que parecía entre asustado e impresionado.

Noriaki asintió, por dentro se sentía realizado, esperaba sentirse más tranquilo cuando fueran por el café, sin embargo, para Noriaki la manera en que estaba dándose la situación era demasiado para él; todo transcurría tan rápido y sentía que era como un sueño. Poco después llegaron a la cafetería y ambos tomaron asiento.

—¿Y bien? ¿Cómo puedo ayudarte? —indagó Jotaro con un tono de interés que intentó disfrazar falsamente como apatía.

Kakyoin tomó aire antes de responder y acomodó el mechón de cabello detrás de su rostro. —Mi nombre es Noriaki Kakyoin, soy estudiante de la Maestría en Artes Visuales.

Jotaro alzó una ceja, "Artes visuales...que curioso", pensó mientras intentaba poner atención a lo que el muchacho le contaba.

—He seguido su trabajo desde hace 2 años y quería decirle que varias de sus publicaciones influyeron en mi trabajo artístico. —Comentó Kakyoin mientras sacaba una libreta del maletín que cargaba consigo. —He hecho algunas ilustraciones basadas en las descripciones y fotografías que adjuntan en las publicaciones -expresó con mayor confianza en sus palabras—, me interesé sobre todo en el ciclo de vida de las estrellas y también en algunas nebulosas. —le mencionó ofreciéndole la libreta para que Jotaro observara.

El astrofísico comenzó a mirar con suma atención los dibujos, los detalles eran increíbles, además de simpatía, aquel muchacho tenía talento. Siguió hojeando con mayor curiosidad y a medida que seguía viendo el trabajo de Noriaki más crecían sus ganas de conocerlo, en su vida imaginó inspirar algo así.

—¿Qué le parece? —Kakyoin se sentía relajado ahora que había logrado su misión. Jotaro estaba interesado, aunque el mismo no esperaba que pasara después, solo quería conversar un poco, solo que ahora tenía la sensación de que eso iba a llevar un rumbo muy diferente.

De eso habían transcurrido unas cuantas semanas, casi 2 meses de que se veían a menudo, iban a cenar juntos, ninguno de los dos hablaba de tener una cita, pero era claro que aquellos encuentros lo habían sido. Al inicio Jotaro no tenía intención de continuar viéndolo, solo creía que Kakyoin era un tipo lindo, encantador y talentoso, sin embargo, las visitas del pelirrojo aumentaron cuando volvió a publicar sus avances y este le mostraba también los suyos.

No le molestaba su compañía, al contrario, con el tiempo se había acostumbrado a hablar con él, explicarle con detalle lo que sabía, y el otro siempre le escuchaba sin interrumpirle, Noriaki tomaba nota de lo que decía, e incluso le invitaba a dibujar lo que explicaba. Más tarde, aunque no había razón alguna para verse habían intercambiado números telefónicos y Kakyoin le preguntaba continuamente como estaba, mostraba preocupación por él.

"Tal vez no esta mal tener un amigo", se decía Jotaro en su mente, pero comenzaba a sentir algo más, algo que no sabía explicar. El lazo que habían formado no era precisamente de amistad, "¿Me estaré enamorando?" fue la siguiente pregunta que se hizo, intentaba evitar pensar en eso, pero cuando veía sonreír a Kakyoin volvía a darle vuelta al asunto.

El pelinegro miró al techo unos cuantos minutos más hasta que decidió levantarse y cambiarse para ir a la universidad, no le tocaba dar clase sino hasta la tarde. Cayó en cuenta después que todas las llamadas eran de Polnareff y que habían quedado de desayunar juntos, de no ser porque se quedó dormido...Seguro Jean estaría furioso, ya vería como arreglarlo.

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Notas finales: Bueeeeno, este es mi regreso, me di cuenta que tenía varias historias en borrador y creí que sería bueno terminarlas, de esta solo tenía la idea principal y algunas escenas, así como el final, así que no se preocupen, si la terminaré. También es mi primer fic de JJBA y de Jotaro y Kakyoin, una de mis OTPs, pronto habrá un fic de Josuke y Rohan también. Gracias por leer, cualquier cosa háganmela saber.

Universe [Jotaro x Kakyoin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora