La fuerza nuclear fuerte es la que mantiene unidos a los protones en el núcleo, a pesar de la fuerza de repulsión eléctrica, gracias a ella los protones y neutrones permanecen unidos.
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Polnareff abrió la puerta con cuidado, para no despertar a su amigo, pero este estaba sobre la cama mirando al techo.
— ¿Cansado? — preguntó el francés a la par que se quitaba el saco.
Llevaban cinco días en Canadá, el cambio de horario, de comida e idioma, así como pasar casi todo el día encerrados en el auditorio del instituto para luego regresar al hotel a comer algo y descansar le estaba jodiendo mucho.
— Miento si digo que no.
— Si ese chico estuviera aquí, ¿no sería lo mismo o sí?
Jotaro le lanzó un cojín, disgustado, aunque sabía que su amigo no lo decía en mal sentido, porque dice la verdad. Lo extraña, todavía no ha recibido de él ni mensajes, ningún correo, nada. Aunque Jotaro tampoco ha tenido tiempo de comunicarse con Noriaki, pero piensa en él antes de dormir, y al despertar lo primero que hay en su mente es Kakyoin.
"Lo que él está haciendo conmigo no tiene nombre, y si lo tiene es mucho más poderoso que una supernova." Jotaro pensaba en Kakyoin como si fuera el universo mismo, no encontraba palabras para referirse a él que no tuvieran que ver con el cosmos. Cuando miraba las estrellas a través del telescopio imaginaba su radiante sonrisa, su cabello rojo ardiendo como el mismo sol, su pálida piel...
¿Por qué era tan difícil no enamorarse de Noriaki? Jotaro no se permitía a sí mismo lo sentimentalismos, y sin embargo, había aceptado el cariño que Noriaki le entregaba. De sobra estaba decir que el muchacho lo admiraba con locura, lo quería, la pregunta era, ¿podría Jotaro devolverle todo ese cariño de la misma forma? Pensar en la respuesta lo abrumaba.
— Da lo mismo si está o no aquí. —dijo con voz atona.
— Que mentiroso Jotaro.
— ¿Qué sabes tú de estas cosas?
— Poco, quizá nada. — Polnareff estaba siendo honesto con Jotaro, incluso si su honestidad dolía iba a decir la verdad de lo que pensaba. — Pero has cambiado, no eres el mismo. Ese chico te ha convertido en una versión mejorada de ti mismo.
Jotaro ni se molestó en escucharlo, en realidad si lo había escuchado, solo no quería seguir pensando en Noriaki. Solo él y él,
Polnareff encendió un cigarro y luego salió al balcón de la habitación, le ofreció uno a Jotaro que le acompañó, pasaron varios minutos cuando después el de cabellos negros apagó el cigarro repentinamente.
— A Kakyoin no le gusta que fume. — explicó Jotaro.
Polnareff se rio de su amigo y lanzó una bocanada de humo.
— Y dices que te da lo mismo.
— Tú no sabes nada. — le reprendió Jotaro con molestia.
— Acéptalo, estás enamorado. No tiene nada de malo, es normal.
— Aunque lo esté, Kakyoin y yo no podemos tener nada, — dijo con amargura — él será un exitoso artista, y yo me quedaré encerrado en el maldito observatorio sin nadie que se interese en mí.
Jotaro salió de la habitación, no podía controlar sus pensamientos, ni el entendía la razón de su comportamiento, no estaba bien, nada estaba bien. Además, ¿qué tenía de normal estar enamorado? Se sentía horrible, la sensación en el pecho de que el corazón iba a salirse de su cuerpo, sus manos sudorosas, las palabras atoradas en su garganta que no salían...¿Era eso normal? Para nada.
Aparte, ¿por qué alguien simpático y encantador como Kakyoin se iba a interesar en un solitario como él? Los demás le miraban siempre como alguien raro, fuera de su alcance y el hacía lo mismo, se había acostumbrado tanto a ese trato que ya no le importaba, quizá Kakyoin estaba siendo solo amable con él y estaba malinterpretando la situación. Su cabeza daba vueltas y vueltas por las dudas que lo aquejaban.
Intentó dar un paseo, salvo que no lograba alejar todos esos pensamientos de su mente. Regresó al hotel y Polnareff seguía ahí en el balcón, casi terminándose los cigarros, todavía no era muy tarde para ir a dormir y apenas comenzaba a sentirse un poco de frío.
— Lo siento. — pidió el pelinegro. — No quise actuar como idiota. —rara vez Jotaro se disculpaba por su comportamiento, estaba mal que no lo hiciera, pero esta vez sintió la necesidad de hacerlo.
— Dejalo, a veces pasa. — respondió el francés con tranquilidad. Se apoyo en el barandal y miró al cielo estrellado. — Sabes Jotaro, no deberías ser tan duro contigo mismo, date una oportunidad de ser feliz junto a él.
El aludido no respondió, Jotaro solo parpadeó, escuchando a Polnareff, tratando de poner en orden sus ideas.
— Creo que lo amo enserio. —confesó Jotaro, por el tono de su voz parecía estarse avergonzando de decir eso.
— ¿Cómo que enserio? — Preguntó Polnareff sorprendido por aquella afirmación.
— Que lo amo de verdad, de la manera correcta.
— ¿Y por qué me lo dices a mí y no a él?
— Porque soy un tonto que no sabe expresarle cariño. Solo sé hablar del universo y de las cosas maravillosas que hay en él.
— ¿Hablas del universo en sí o de Kakyoin? Porque cuando hablas de Noriaki lo describes como si fuera una galaxia o algo así.
Jotaro resopló antes de responder, ya era hora de ser honesto.
— De ambos, Kakyoin ahora es mi universo y soy un terco que quiere descubrir todo lo que hay en él. —al menos en algo estaba siendo honesto, en reconocer su amor por el chico, sin embargo, el miedo no se iba, permanecía ahí.
—No tienes que tomar ninguna decisión ahora. Tal vez estas sintiéndote tan presionado porque ni tu mismo asimilas con calma lo que te pasa. —Polanreff puso una mano en su hombro. —Solo sé tu mismo. —repitió el mismo consejo.
Cuando se fueron a dormir, pese a que todas las luces estaban apagadas y ningún ruido se escuchaba, Jotaro no podía cerrar el ojo. Se quedó de nuevo mirando al techo, buscando respuestas que no llegaban. Algunas personas se sentían felices cuando estaban enamoradas, y al inicio así se sentía, pero ahora no entendía porque estaba tan asustado que aceptar sus sentimientos dolía.
¿Enamorarse era así de doloroso? Incluso se preguntó si de verdad estaba enamorado. Ya no quería pensar en eso, quería que todos esos sentimientos desaparecieran, quería volver a ser el mismo, ¿podría volver a ser el mismo después de conocer a Noriaki? No se dio cuenta cuando cerró los ojos, tampoco notó cuando las lágrimas amargas cayeron por su rostro, ni cuando entre sueños llamaba a Noriaki.
Esa noche, soñó con él. Jotaro era un marinero extraviado, un joven tritón de cabellos rojos le enseñaba el camino, lo guiaba hacia tierra firme. Aquel tritón le ofrecía tiernos abrazos que calmaban la tempestad en su corazón, sus dulces besos le hacían olvidar la tormenta, ¿era así como se sentía de verdad el amor?
Notas: Un poco de angst para sazonar la historia , honestamente soy medio floja y por eso escribo historias cortas, y me gustan mucho los AU, tengo muchas ideas, pero sigo viendo cual queda bien desarrollar con esta pareja además que siento que necesito mejorar mi escritura. Thankiu por todo el apoyo uvu.
PD. he hecho pequeñísimas referencias al campo de la física, tanto en los títulos, como en algunas cosas, ¿lo han notado? No me extiendo en explicarlo porque es algo un tanto complejo -y hace tiempo abandoné el campo- pero pensé que quedaría bien ponerlo (:
PD. Rescaté otra historia, pero con JosuHan, a ver si se me ocurre algo con el JoseCae (??
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Universe [Jotaro x Kakyoin]
FanficEn el universo existen cuatro fuerzas o interacciones fundamentales, Jotaro Kujo, un astrofísico de gran renombre conoce todas a todo fondo, pero hay una de la que apenas ha oído hablar: el amor. Noriaki Kakyoin sería aquel joven con quien su mundo...