*parte unica*

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Hoy es un día hermoso, el cielo está despejado casi por completo, el clima a pesar de ser soleado no es sofocante y se puede apreciar a las gaviotas sobrevolar la isla en parejas. Sin embargo no puedo dejar de llorar.

Debería estar feliz puesto que este día debe significar demasiado para mi amigo y quien debió ser mi compañera, de hecho en este momento tendría que estar a su lado para ayudarle con los nervios o con su traje.

Pero egoístamente sigo aquí encerrado en las cuatro paredes que se me asignaron al momento de llegar, lamentando mi cobardía infinitamente sin poder asimilar completamente que, posiblemente quien es el amor de mi vida esté por juntar su existencia con alguien más.

Tuve que tomar bastante valor para levantarme de mi cama y proceder a arreglar mi aspecto lo más formal posible. En ese proceso de bañarme, vestirme y peinarme tenia también que ensayar una sonrisa falsa para no desplomarme a media ceremonia.

Estoy consciente de que tendré que mantenerla por lo que reste de mi vida, nadie podrá salir de esta isla y no es como si tuviese donde ir. Estaré condenado a mirar los momentos en que quien más adoro es feliz con otra.

Pensamientos egoístas que estallan una y otra vez con la potencia de un globo reventado por inflarse de más, sentimientos que no me dejan en paz y una conciencia que no deja de recriminarme todo lo que hice mal.Nunca debí permitir la relación en un primer lugar. Ella no lo merece, alguien como Sagishi no merece ser despreciado por cómo se ve, de hecho nadie.

El volver a pensar en ello aun después de estar listo para ofrecer mi apoyo y cariño incondicional a quien digo es mi amigo únicamente provocó que las lágrimas volviesen a caer hasta a la corbata que debía usar y los lamentos regresaran a ser la música ambiental que acompañaba ese día tan lindo que hacía en la isla.

Pero no me imaginé que serían lo suficientemente fuertes como para ser escuchados fuera del cuarto, llamando la atención de cierto amante de los animales que en realidad se acercó con la misión de llamarme a que fuese con el novio.

─Mitarai, ¿estás bien? ─preguntó en voz alta, lo cual hizo que saltase un poco de mi sitio y me apresurara a quitar las lágrimas de mi rostro mientras tosía con el propósito de normalizar mi voz.

─¡S-si!, ¿necesitas algo? ─ Di mi mejor intento para sonar animado como debería de estarlo en realidad, aún si sabía que había sido descubierto por su compañero, todavía conservaba la esperanza y la angustia de que hiciera oídos sordos a sus lamentos de despecho.

"Es lo mejor para ellos" pensé, queriendo dejar atrás todo rastro de egoísmo y de ese modo darle mi felicidad a otra persona.Para fortuna mía eso no sucedió, ya que Gundham entró por su cuenta y proceder a darme un abrazo un poco fuerte, lo comprendía, de hecho lo sospechaba y fue por ello que intentó hacer que me desahogase.

Nuevamente solté el llanto e incluso con una intensidad mayor mientras me le aferraba.─No quiero que suceda, no puedo soportarlo ─pude alcanzar a decir correctamente esas palabras ya su vez susurraba un "ayúdame" débil y doloso a la persona que intentaba ayudarme con mi agonía.

Realmente esperaba algo muy diferente a lo sucedido, un consuelo, una recomendación para disimular, incluso que me encubriese y de ese modo tener una excusa con la cual no ir a ver la catástrofe que llevaba anunciándose desde hace un par de meses.Si eso es lo que esperaba, verdaderamente agradezco haber escuchado las palabras que me dio.

─Si te duele tanto, debes hacer algo al respecto en vez de quedarte con los brazos cruzados, agarrar la situación por la raíz y tomar la última oportunidad que te queda de redimirte e intentar ser feliz tú ─Tenía toda la razón en ello, este día que empezó tan deprimente ahora lanzaba rayos de esperanza a mi corazón para tratar, aún si no resulta como deseo, tener el amor de aquel chico que salvó mi vida en más de una ocasión.

Mi pedido de ayuda fue tomado por el sujeto con los hámsteres de una manera que nunca dejaré de agradecer, Sagishi me disculparía por no estar ahí pero al menos ya tenía una leve excusa para ausentarme. Es la última oportunidad para ser feliz.



A punto de las 5 de la tarde todo estaba listo, las mesas con la deliciosa comida que había preparado Teruteru con tanto esfuerzo, los vasos con refresco por aquí y por allá y un camino al altar adornado con los lindos pétalos de rosa que Saionji se encargó de esparcir en el andar de la novia.

Realmente todos habían puesto su esfuerzo para que la boda pareciese de ensueño, incluso me da pena tener que arruinarla pero todo está decidido, y el dar marcha atrás a este punto provocaría una muerte en vida que sencillamente jamás podría superar.

El momento no se hizo esperar más de lo necesario, escuchándose la marcha nupcial que por obvias razones no podía hacer sonar Ibuki puesto que era ella quien caminaba felizmente al altar.

Al momento en el que vi la hora mi corazón se aceleró, incluso podría jurar que lo estaba escuchando resonar cual galope de caballo corriendo por su vida, los nervios se apoderaban de cada fibra de mi cuerpo mientras escuchaba a Hinata hacerla de "padre" dentro de la sala donde se efectuaba la tortuosa ceremonia, al menos para mí.

Cerré los ojos para replantearme lo que iba a hacer, también con propósito de meditar bien que iba a decir cuando irrumpiese, para pensar en él y desear con cada molécula que podía conformar mi anatomía que aceptase "fugarse" conmigo sin importar lo que podría suceder después.

Sentí el tiempo detenerse cuando escuche las palabras que denotarían mi aparición, ─¿Hay alguien presente que tiene algún motivo por el cual estos dos no puedan casarse? ─Incluso mis pasos se sentían pesados, podía percibir como mi mano temblaba al momento de sostener la perilla y al último momento la abrí.

Miré al frente para contemplar el panorama, al ver sus sonrisas podía hacerme a la idea de que esperaban mi llegada para hacerles compañía, pero estas desaparecieron cuando me pronuncié en contra de ello.

─Yo... me opongo a que esto continúe ─Los murmullos no se hicieron esperar, pero no quise prolongar más aquello y continué mientras me acercaba a ellos a un paso cada vez más acelerado.

─Realmente no me importa la respuesta, tengo que decirlo ─Tomé aire profundamente para agarrarme de valor, ─Sagishi perdóname, pero tienes que saber que no puedo ver que te cases con alguien más y menos sin saber lo que yo siento ──.

──Mitarai... ─ murmuró soltando la mano de quien debería sostener con mayor fuerza en este momento.─No, deja que termine... Sagishi te amo ¿ok?, y fui un cobarde mucho tiempo por no decir nada, no podía ni acompañarte a que te arreglases porque no podía dejar de llorar, te necesito, tu eres a quien yo quiero amar todo lo que reste mi vida aun si es poco o mucho ─

El silencio fue quien tomó el siguiente acto de aquella escena tan dramática, este debería ser el momento donde el Impostor consuela a su amigo y le ayuda a entender que ya decidió lo que quería, tendría que ser ese el segundo en que le tomaba de sus manos y se disculpara, incluso echarlo a la fuerza de ahí por enojo.

Sin embargo eso no sucedió. Lo siguiente que pude sentir puesto que las lágrimas nuevamente no me permitían observar lo que pasaba frente a mi fueron unas manos algo grandes tomarme de mi espalda y mis piernas para cargarme y abrazarme en el proceso.

"¿Realmente esto sucedia?" me preguntaba incrédulamente para después ser confirmado por un ─Lo siento, Ibuki ─ del amor de mi vida y sentir el viento pegarme un poco en la cara ya que él estaba corriendo lejos de ahí, sabiendo de ese modo que mis sentimientos siempre fueron correspondidos.

El llanto de angustia se volvió risas alegres de parte de ambos, abrazándolo de regreso y agradeciéndole en voz baja por hacer lo que hizo.

─Así que, ¿te robaste al novio? ─ me preguntó con una sonrisa hermosa mientras se detenía un momento ya bastante alejado de todo, mirándome a los ojos esperando alguna disculpa.

─Si, me robé al novio pero... no me arrepiento ─ fue la respuesta que obtuvo de mí.

─¿Porqué ──

──Porque el novio también me amaba y vino conmigo ─

Volvimos a reírnos de ello, lo lamentaríamos después pero en ese momento todo lo que nuestras almas quisieron fue un beso entre ambos, siendo complacidas inmediatamente por aquella unión llena de amor que siempre deseamos y sin embargo solo pudo ser realidad gracias a una boda "twobuki", que al final terminó siendo un amor "sagimita" que duraría por mucho tiempo sin importar nada.

Me robé al novio [Ryota Mitarai X Ultimate ImposterWhere stories live. Discover now