Hanna quiero estar solo...

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El sonido de llamada entrante hizo que despertara de golpe, "Freddy" se leía en la pantalla.
-hola?- conteste acompañada de un bostezo
-Hanna necesito tu ayuda- la vos preocupada al otro lado de la línea hizo que el sueño desapareciera y me pusiera alerta
-qué pasó? En donde estás? Que ocurrió?- la preocupación se estaba apoderando de mí y más por que la voz de Alfredo estaba acompañada de alcohol
-se me ponchó una llanta, necesito tu ayuda- la voz se escuchaba relajada y sin preocupación
-mándame tu ubicación- fue lo último que dije antes de que el chico atendiera la indicación y me pusiera como loca a tomar ropa del closet
Encendí el auto y me dirigí a la dirección que el chico había enviado, a unos cuantos minutos de acercarme al lugar me pude dar cuenta de que tan ebrio estaba mi novio.
Lo pude ver sentado en la cajuela del auto, sus pies colgaban y él se emocionó cuando me vio llegar
-es neta!- fue lo primero que dije al ver al chico
-qué pasa amor? Gracias por venir a rescatarme- el chico se acercó y enredo sus brazos en mi cintura
-Alfredo no mames!, estás a 2 cuadras de tu casa- dije esto al despegarme de él y depositar un puñetazo en hombro del chico.
-enserio?... pero aún así no puedo mover el auto- encogió los hombros y sonrió de lado
-eres un idiota, sube al auto antes de que te abandone- rodé los ojos y el chico sin decir nada subió
5 minutos de camino y la puerta de la cochera se abrió, la figura de Israel se asomó y levantó las manos al cielo
-Gracias a yisus- gritó al verme con el chico chinos definidos
-estoy bien! Mi chica fue al rescate- la voz alcoholizada de Freddy se escuchó por toda la cuadra
-Alfredo ya metete- camine con cuidado atorando su brazo en mi cuello e Israel hizo lo mismo. Ambos lo colocamos en la cama y después nos dirigimos a la cocina.
-Gracias por traer a mi hermano- dijo mientras depositaba una taza con agua caliente y también los tarros en donde guardaban los tés.
-pal susto- soltamos una carcajada la cual callamos tapando la boca.
-puedes quedarte aquí, ya es muy tarde para que te muevas, puedes quedarte en la habitación de huéspedes o... con Fredo tú decides- guiño y tomo un poco de agua
-creo que me quedaré con Freddy las borrachearas no son su fuerte- nos reímos de nuevo pero aún más bajo, el chico me hizo el gesto  de seguirlo, la reunión había culminado.
Freddy estaba en la cama profundamente dormido, me acomodé como pude en el escaso espacio que había dejado.
El chico sintió el movimiento de las cobijas y levantó la cara
-te quedaste- extendió su brazo, tome su mano, sonrió y volvió a quedarse dormido.
-toc toc- dije abriendo torpemente la puerta de la habitación ya que llevaba una charola con el desayuno
-qué cocino la chef más bonita- el chico chinos perfectos se acomodó en la cabecera de la cama y cruzo los pies
-cereal con leche, tu favorito- el comentario sarcástico hizo que ambos soltamos una carcajada, el chico aventó una almohada haciendo que los hot cakes cayeran en la alfombra
Lo fulmine con la mirada y después rodé los ojos
-lo siento amor- la cara llena de pena apareció, se levantó rápidamente y comenzó a limpiar el desastre que hizo
-deberas ir por el trapeador aggg Alfredo- el último comentario salió con tono de desagrado acompañado del sacudir del brazo lleno de leche
El chico desapareció de la habitación y fue hasta el cuarto de servicio en donde se escuchó como se caían algunas cosas y después su grito de avisar que estaba perfecto
-eres un tonto!- la frase salió con mucha energía que retumbó en las paredes de su habitación.
Después de limpiar el desastre realizado por el chico nos acomodamos en la barra de la cocina  y comenzamos soltar la imaginación
-quiero irme de casa, necesito un espacio para mi- dije mientras tomaba un poco de maple y la untaba en el hot cake
-Hanna, estás loca- el chico chinos perfectos metió un bocado grande y comenzamos a reír por la cara de hámster que ahora tenía
-creo que no estoy loca, simplemente tengo que comenzar a idealizar que no por siempre viviré con mis padres, es raro- alce los hombros y seguí consumiendo lo que había en el plato
Tome los utensilios que había necesitado y comencé a lavarlos en el fregador. Estaba tan entretenida limpiando la pegajosa mezcla seca del tazón que no escuche cuando Alfredo se acercó hasta donde me encontraba.
Me tomo por la cintura y se pegó tanto a mi que el chorro de agua comenzaba a mojar mi estómago
-Alfredo- dije entre risas y el chico me giro de un solo movimiento, nuestros labios se encontraron quedando unidos por un corto rato ya que  el sonido de la puerta hizo que ambos nos separáramos de inmediato
-ups!- dijo Isra entrando al lugar acompañado con su primo
-están justos de nuevo?- la cara de asombro del Alan estaba combinada con decepción y tristeza
-Alan yo- fue lo que salió de mi boca antes de que el chico saliera maldiciendo del departamento.
-tenias que avisar tonto!- Alfredo aventó una franela al chico que ahora nos miraba apenado.
Las horas transcurrieron después de ese raro encuentro, no quería que la situación empeorara por qué sabía que tarde o temprano Sandra se enteraría y no quería causar problemas con nadie.
-crees que sea necesario hablar con él?- la voz de Alfredo se escuchó baja a consecuencia de tener la cabeza hundida en la almohada
-debemos hablar con él- fue el comentario que salió de mi boca mientras observaba a la nada.
Después de unos segundos me percaté que chinos definidos había sido rápido y comenzaba a colocarse los tenis
-qué haces- dije incrédula de ver cómo lograba ponerse los tenis de un solo movimiento
-estar de gira y quedarte dormido antes del show funciona- dijo entre risas y comenzó a buscar algo en el tocador
-qué haces?- al decir el comentario el chico tomo las llaves del coche y comenzamos a correr hacia la puerta
-se donde podría estar- dicho esto presionó el botón para bajar hasta el sótano, las puertas del elevador se abrieron, en minutos estábamos abordando el auto y comenzábamos la búsqueda de Alan.
-qué le diremos?- mi comentario hizo que el ambiente en el coche se quedara helado
-la verdad- el chico volteo a verme y sonrió ligeramente, después presionó mi pierna.
-tengo miedo de que se enoje- mis palabras sonaron tan infantiles, el chico comenzó a reír y dijo
- Hanna sonaste como cuando haces algo malo y temes que la chancla de mamá impacte tu espalda- comenzamos a reír y golpee el hombro del chico
-es enserio, tengo miedo, no quiero perder a Alan , es una persona tan importante- dicho esto el chico comenzó a tocar el cabello en símbolo de consolación
-sí, te entiendo- ambos sonreímos de manera ligera y el chico siguió conduciendo por varios kilómetros más.
Los señalamientos de la carretera federal comenzaban a verse y comencé a entender a donde nos dirigíamos.
-La marquesa - dijo leyendo el letrero de bienvenida  que se encontraba en el lugar
-su lugar favorito- solté un suspiro y los nervios comenzaban a sentirse en el estómago
Bajamos del coche y comenzamos a caminar entre los árboles. A lo lejos se veía como las cuatrimotos corrían en la pista de  fango y una que otra salía de la ruta.
-recuerdo cuando vinimos con Ivan y Karen a realizar una carreras, terminamos todos llenos de lodo, mis pestañas tenían lodo- la sonrisa se dirigió a donde el chico se encontraba y él simplemente soltó una leve sonrisa
-Gracias por invitarme- fingió estar molesto y comenzó a caminar delante de mi
-Alfredo!- chillé, apresuré el paso para alcanzar al gracioso chico.
Seguimos caminado hasta llegar al restaurante donde le gusta comer a Alan pero no había rastro de él.
-ya se donde buscar- Freddy siguió caminando yo solo lo seguía detrás, nos habíamos alejado de la civilización y solo nos rodeaban árboles.
-amor, a donde vas?- dije en la voz más baja que pude, Alfredo estaba realmente concentrado. Coloco rápidamente su dedo índice en los labios en símbolo de silencio y pidió que me acercara con cautela.
En el pasto viendo hacia la nada se encontraba Alan arrancando cachos de pasto y aventándolos al viento.
Alfredo se acercó a mi oído y susurró
-creo que tu debes acercarte primero- sonrió a medias y comencé acercarme a Alan.
El chico volteo al escuchar el ruido que mis pies hacían al acercarme
-¿Como me encontraste?-  y pude percibir los ojos hinchados y la nariz moqueando 
-quiero estar contigo- fue lo que dije al colocarme a un lado de él
-quiero estar solo- se tomo la cabeza con ambas manos y encajaba las uñas tanto que comenzaba a marcarse en el cabello
-Alan no hagas eso- me puse frente a él y comencé a quitar sus manos que estaban muy tensas
-Hanna quiero estar solo- el grito se escuchó por todo el lugar y vi como la figura de Freddy se iba acercando, con la mano hice la señal de alto y regrese la vista a Alan quien me observaba con los ojos hinchados
-no!, nunca te dejaré solo- toque su mejilla, echó la cabeza hacia atrás y comenzó limpiar las lágrimas en los ojos.
-ese es el problema, nunca puedes dejarme en paz, Hanna debes entender que estás con Freddy, ya no puedes ser nada de mi, nada!- me mire estupefacta y mi risa nerviosa salió a flote
-Alan, es neta?- la mirada de estupefacción aún continuaba. El gesto de Alan se tornó tierno, acarició mi mejilla y en un rápido movimiento sus labios estaban tocando los míos
-por eso no te quiero cerca- dijo despegándose y acomodándose de nuevo en el pasto
-Alan yo...- fue lo que salió de mi boca
-no es necesario que digas algo, simplemente quiero dejarte claro que no puedo verte como algo más, aún no logro superar lo qué pasó entre nosotros- su vista estaba clavada en el pasto y sus manos trabajaban rápido al arrancar el pasto.
-dejarás el bosque sin pasto, deberían contratarte para cortar césped- el comentario hizo que soltara una risa y subió la mirada
-Tan chistosa como siempre- sonrió a medias y limpio la nariz con la manga de la sudadera.
-Alan, necesitamos sanar heridas y dejar las cosas claras. No me gusta verte así... hay tantas chicas que quieren estar contigo y tantas chicas tan lindas que están esperando compartir contigo, debes darte la oportunidad de conocer a chicas. Quizá no hoy o ahora mismo pero debes comenzar a prepararte para algo más, se escuchará muy superficial o no sé cómo describirlo ya pero, no soy la única chica qué hay en el mundo, ni la única que te a ofrecido amor, mereces amor correspondido, eres un niño con un corazón enorme y alma hermosamente linda, mereces ser feliz y compartir con alguien más- no sé en qué momento mi mano estaba tomando la de él y sus ojos clavados en los míos, mis palabras salieron del corazón.
-siempre tienes algo bueno que decir- dijo sonriendo y colocó el rebelde mechón detrás de mi oreja
-me salió del alma, Alan de verdad no me gusta verte así- dije limpiando la lágrima que se escapaba
- Hanna dices qué hay tantas chicas en el mundo, pero, muchas solo quieren acercarse al Alan del escenario, al Alan de revista, al chico fantástico creado- soltó un suspiro grande y continuo diciendo - eras la única chica que se acerca sin esperar fama, reconocimiento, eres única, no lo sé- rasco la cabeza y se acosto en el pasto.
Dirigí la mirada a donde la figura de Freddy se había colocado hacia unos minutos pero no estaba, había desaparecido. No le di importancia y seguí mirando al chico tirado en el pasto.
-créeme existen chicas que no quieren eso, si no te das la oportunidad de conocer jamás lo sabrás- aventé un puño de pasto al estómago del chico, él se levantó rápidamente e imitó mi acción.
El juego se terminó la lluvia comenzó a caer y ambos comenzamos a correr en dirección al estacionamiento.
En el camino los dos resbalábamos con el fango que había y las carcajadas no se hacían esperar.
Ambos estábamos tan concentrados en llegar al estacionamiento que yo no me había percatado de un gran charco resbalé con el fango y caí dentro del hoyo.
Alan corrió a ayudarme y terminó con lodo en toda la cara
-te ves súper gracioso- mi carcajada se escuchó por todo el lugar y Alan colocó su mano en mi cara llenándola con fango
-lo mismo digo- mi cara de asombro y la de él aparecieron al comenzar una pequeña guerra de lodo.
El ruido que hizo un coche al acercarse a nosotros nos tomó por sorpresa y nos levantamos rápidamente.
La ventana de la puerta del copiloto se abrió y el rostro de impacto de Freddy hizo que ambos sacáramos la mejor carcajada
-no voy a subirte así, acabo de lavarlo- mis ojos se abrieron como plato
-amor qué malo eres, solo es lodo, me dejarás aquí?- el chico no dijo nada y arranco el auto
-y si... te abandono.. al menos la lluvia ya se fue- Alan me observo incrédulo y después se rio
-estoy indignada, pinche Alfredo- sacudí un poco el cuerpo para intentar quitar el lodo
-yo puedo llevarte- alzo los hombros y comenzó a caminar a donde se encontraba su auto
-mancharé todo- mordí mi labio inferior  y la mueca de preocupación salió a flote
-veré que podemos hacer- se dirigió a la cajuela, comenzó a buscar  y después dijo - bingo!- mostrando una sudadera y un pedazo de cartón
-todo puede solucionarse- solté una risa, coloque el cartón en el asiento y con cuidado comencé a quitarme la blusa que estaba asquerosa
-creo que debo cerrar los ojos- Alan dijo esto tapándose los ojos y volteando hacia el lado contrario.
Mi carcajada se escuchó por todo el auto y pedí disculpas por lo sucedido.
Ambos estábamos "cómodos" con la práctica solución que Alan había encontrado, el auto comenzó a avanzar y la música a soñar.
El repentino sonido de llamada entrante se escuchó en el auto, "Fredo" se leía en la pantalla.
-dile que me moleste y me fui en uber- rodé los ojos y solté un suspiro de enojo, el chico se rió y tomo la llamada
-Alas dime qué Hanna está contigo- la voz preocupada de Freddy se escucha del otro lado
-no, estaba molesta y se fue... dijo que tomaría Uber- la cara de simpatía y picardía de Alan estaba en su máximo esplendor
-ok, dejó el teléfono en el auto, si sabes algo de ella por favor- el chico colgó y el silencio se presentó.
Después de 15 minutos de camino llegamos a casa, el chico quiso llevarme a casa para que me pusiera cómoda.
-puedo prestarte ropa de mi hermano- dije con voz tierna y apenada
-creo que mejor me iré a casa, gracias Hanna- sonrió enormemente y el auto comenzó a arrancar.
-Gracias!- grite y comencé a mover la mano de un lado a otro y por el espejo se apreciaba la imagen del chico riéndose.
Entre a la casa y lo primero que escuche al cruzar la puerta
-donde estabas?- solté por el susto y tapé la boca
-qué coño haces aquí!?- el chico chinos definidos abrió los ojos como plato e imite su gesto al ver que mi madre se asomaba por la cocina
-fue mi invitado, cuida ese vocabulario señorita- tenia el ceño fruncido y los brazos cruzados
-Mamá!!!!- corrí a sus brazos y sentí el calor del cuerpo de mi madre
-cariño, te extrañé demasiado- deposito un beso en la frente y después me observo de arriba a bajo
-lo se, estoy hecha un desastre, iré a ducharme- di un rápido beso en la mejilla de mi madre y subí al baño a ducharme.
Me cambie rápidamente, había olvidado que Alfredo estaba abajo, aparte mi madre estaba haciendo algo que olía delicioso
-Volví!- baje con cautela las escaleras, ambos personajes estaban en la mesa del jardín fumando, me dirigí al sitio humeante para agregarme a su platica interesante
-fumar es malo hija, no lo olvides- Mamá daba la última succionada a su diminuto cigarro
-ahora entiendo de donde sacaste lo sarcástica- los tres nos reímos y mi madre se levantó de inmediato cuando escuchó el sonido de "listo" de las enchiladas.
-te extrañe- dijo Alfredo acercándose a mi y rosando sus labios con los míos
-me abandonaste- quite la cara se y  el chico sacó un suspiro de enojo
-quería que Alan y tu hablaran, no fue mala onda, la verdad me sentí incómodo cuando...- el chico agacho la mirada y comenzó a jugar con su pulsera
-me beso- termine la frase del chico y asintió, levantó la cara y apretó los labios
-si, por eso quise dejar que resolvieran sus problemas y... creo que funciono- tocó mi brazo y después su mano subió a la mejilla, dio un rápido beso
-qué románticos, Hanna puedes traer platos y vasos- me levante rápidamente y fui por lo que mi madre pidió
Los tres degustamos las enchiladas verdes que mamá había preparado, reíamos y bromeábamos, el ambiente era demasiado bueno, me encantaba la idea que mamá aceptara de nuevo a Freddy.
-upa! Debo irme- el chico risos definidos observo el reloj, se puso de pie y agradeció a mi madre por las atenciones.
Nos dirigimos hasta la puerta y comenzamos a caminar hasta donde el chico había colocado su auto.
-por que tan lejos?- me reí al ver el coche alejado de la civilización
-quería sorprenderte pero tu mamá me sorprendió primero- nos reímos y el chico boto los seguros del auto.
La hora de despedirnos comenzó con la caricia de los risos y el depósito de besos por toda la cara, al llegar a los labios ambos no medimos tiempo, nos quedamos enfrascados en esa zona por mucho tiempo.

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