Capítulo 2

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Tranquilidad, eso sentía al  caminar por las calles de ese bonito aunque pequeño pueblo en el que vivía desde hace más de 7 años, el pueblo donde empezaron desde cero, y 7 años desde la última vez que vio a su hermana mayor, 7 años desde que perdieran todo, el casino, sus vidas y claramente el bienestar de su familia.

En ese entonces el contaba con la edad de 15 años cuando su hermana decidió traicionar los a todos y llevarse todas las ganancias del que un día fue el más grande y famoso casino de todos los tiempos, para luego escapar con que ahora era su esposo, importando le una mierda lo que le pasara a su familia.

El joven de 15 años, ahora de casi 22 años tuvo que dejar la escuela para empezar a trabajar a los 16 para ayudar a su padre con los gastos de la casa y con el estudio de su hermano Boris un pequeño de 12 años de edad. Así es su hermana no le importo dejarlos en la calle, prefirió irse y dejarlos sin nada, pero eso ya no importaba pues a pesar de todo, lograron salir adelante con trabajos simples, pero honestos.

Bendy que ese era su nombre, trabajaba en diferentes lugares, unos días trabajaba de mesero en una cafetería, otros  de  niñero y los fines de semana era lavaplatos en un pequeño restaurante, era agotador pero se sentía bien ayudar a su familia, era un milagro que pudiera trabajar en esos lugares ya que al ser un beta casi nadie les daba trabajo, pero sus jefes son buenas personas le permitieron trabajar con ellos y como el al ser un beta no tenia celo y eso era bueno ya que le permitía pasar desapercibido, aunque era un beta no significa que no llamara la atención, el demonio tenía un buen cuerpo, no era tan delgado como un omega pero tampoco tan marcado como un alfa, tenía unas piernas y muslos bien  formados, pero su abdomen era plano con pequeños músculos algo marcados, tenía un color de ojos tan rojos como un rubí, su cabello  era de color negro y de el sobresalían dos pequeños cuernos del mismo color y un poco más abajo de su espalda baja estaba el inicio de su larga y delgada cola.

Ese día tenía trabajo en la cafetería, así que tenía que llegar rápido, aceleró el paso cuando vio que su hora de entrada estaba cerca, por fortuna llegó a tiempo, entró a la pequeña cafetería de la señora Marta, quien era no sólo su jefa si no que también una buena amiga.

-Buenos días señora a Marta- saludo en al momento de entrar.

- Bendy, buenos días dulzura- contestó con cariño la vieja mujer.

NO SOY IGUAL QUE TU OMEGA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora