Brillas (Karmi x Marco)

La astucia del ratón de alambre

ESTAMOOOOOS VIVAAAAAAS, no estábamos muertas, andamos en nuestros pedos.

¡Pero obviamente no íbamos a dejar esta historia morir! Con ustedes, otro capitulo de brillas :D

Esperamos que les guste, tanto como nosotros amamos hacerlo. Hacer collabs Karco es lo maximoooo (?

La astucia del ratón de alambre.

Desde que su amistad con Karmi incoó en ese parque y se transformó en una considerable relación que prosperaba a un futuro de comprensión y ayuda mutua. De la morena, Hiro aprendió muchas cosas que le ayudaban a fungir como el principal promotor de ellos al ser de los pocos que podían soportarla y prosperarla. Era muy educada e inteligente, se sentía superior a todos por su genio reconocido, incluso él, era orgullosa para hacer trabajos en equipo, pero quería mucho un amigo, iban a la misma escuela, pero era muy mala para socializar como él. Era fanática de los super héroes, le gustaba mucho los vestidos y los aretes de flores o conejos. Amaba mucho comer galletas, y consideraba que los monstruos bajo la cama eran un mito de sus papás para que ella ya no peleará con algún chico de la escuela.

Y la otra, no tan importante, pero si menesteres para la situación, era que, Karmi no soportaba a Marco de la Cruz.

—¡Esa es mi galleta Marco! —escuchó a lo lejos, Hiro no tuvo la tentación de voltear para saber que pasaba a su alrededor.

Era miércoles, por la tarde, y como se acostumbraban y fieles a sus tradiciones la familia de Marco y Karmi se juntaban constantemente a comer y convivir socialmente. Lo que iniciaba en una plática agradable para adultos, terminaba en una pequeña discusión de Marco y Karmi por esa horrible tensión que nacía cada que uno veía pasar al otro en la puerta.

A diferencia de los primogénitos, los matrimonios de ellos resultaban tener una buena amistad en la que gustaban de hablar de negocios y actualizarse en uno que otra cosa.

Karmi al ya saber que con el miércoles se veía el amanecer del detestable De la Cruz infestando su casa como la peste. La morena lo invitó bajo la excusa de que no quería pasar la tarde sola con el niño insoportable, Hiro aceptó, después de todo no tenia algo importante que hacer y porqué ya sabía que esto terminaría en desastrosos resultados que le gustaría mucho apreciar.

—¡Ja! ¡Ya quisieras! —dijo Marco a lo lejos y con orgullo traspasando la voz.

Hiro lo supo en cuánto los vio llegar a Marco y al otro chico. Esto iba a terminar muy mal. Y la situación le dio fuerza a su presentimiento cuándo la mamá de Karmi, en un intento de hacerlos convivir más, sirvió galletas y leche para que todos hablarán. Los cuatro comieron, enredados en su propia esfera, ignorándose mutuamente hasta que la última galleta quedó puesta en el plato de porcelana.

Todos se miraron indicando que la querían, pero el primero en ceder fue él, ya que estaba lleno. El segundo, el chico llamado Miguel, quién alegó que no quería discutir, pero Marco y Karmi no parecieron estar de acuerdo con sus acciones puesto que se lanzaron cada uno hacia el objeto de este procedimiento contencioso, las manos chocaron y la galleta quedó arriba.

—Es mía —volvió a rugir ella enojada, volviendo a ir por ella, pero Marco la detuvo con un inocente manotazo. Karmi se sobó, aguantando una pequeña lagrima ya que si le había dolido.

—No te daré el placer, chilindrina. —dijo él, repitiendo la misma acción de ella, pero Karmi se vio en el placer de devolvérsele al también pegarle con la misma intensidad.

Sólo era cuestiones de mirarse para saber que esos dos se odiaban como cualquier niño odiaba a un monstruo bajo la cama. Karmi no pasó desapercibida esa nueva palabra de la 'cual desconocía su significado, y de nuevo, intentó pelear por la galleta.