Serendipity • Lizkook

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Estaba en el sofá con Lisa en mis brazos, la televisión estaba encendida y pasaban una película animada que tenía a Lisa entretenida, a mí me parecía más entretenido jugar con su mano y verla a ella. No había aguantado y en un arranque había hecho a alguien del staff comprar el vuelo y reservar en el hotel donde se alojaba ella.
Claramente no era el mejor estando en una relación a distancia, no podía estar ni un mes sin verla y los vídeos de sus conciertos o presentaciones solo hacían que me diera el doble de ganas de decir que era mía.

- Si estuvieras vagando por el bosque y vieras que se acercan 7 enanos con un cadáver ¿Te acercarías a ver qué ocurre? - me dijo irrumpiendo mis pensamientos, volteando a verme con una mirada interrogante.

Reí por su comentario, solo a Lisa se le ocurriría preguntar algo así en medio de una escena trágica y romántica a la vez.

- Si fueras tú y tendría que besarte y despertarte, lo haría - le dije fingiendo meditarlo. Ella me miró con la cejas alzadas, sabía que lo que acababa de decir no era la respuesta que ella esperaba pero podia ver qué estaba reprimiendo una pequeña sonrisa.

- Eso es perturbador - dijo apretando los labios.

Su expresión era demasiado tierna. No lo resistí y la tomé por la cintura sentandola en mi regazo. Lisa parpadeó con extrañeza y se quedó quieta esperando algún movimiento de mi parte.

- ¿Qué harás ahora, matarme y besarme para ver si despierto? - preguntó dudosa a lo que yo negué con la cabeza.

- Algo mucho mejor - le contesté de forma inocente.

Me enderece un poco en el sofá hasta quedar frente a ella sin moverla de mi regazo y le di un corto beso en los labios. Ella puso sus brazos sobre mis hombros y me miró divertida.

- Confirmo que ese beso fue mejor que el que le dió el príncipe a Blancanieves - dijo volteando a ver el televisor aún con los créditos de la película. Su comentario me hizo sentir que disfrutaba de mis besos tanto como yo los de ella.

Me levanté del sofá aún con Lisa agarrada a mi y la tomé de los muslos, ella al no esperarselo apretó sus piernas al rededor de mi cintura y hundió su rostro en mi cuello.

- Sal de ahí o no respondo - le dije sintiendo su aliento chocar en mi piel.

- Pero me gusta estar ahí - ahora su cara estaba frente a la mía y me miraba haciendo un puchero.

¿Quien pensaría que la misma persona que subía a los escenarios con esa rudeza y esa mirada tan cautivadora podía actuar tan tierna e infantil?.

- Vamos a comer algo - le dije poniendola en la encimera.

La habitación contaba con una pequeña cocina y había decidido comprar ingredientes para prepararle una comida a Lisa. Si iba a pasar con ella todo el día tenía que hacerlo bien.

Abrí el pequeño frigorífico y saqué todo lo que había metido para la comida y los puse al lado de Lisa, ella me miró entusiasmada.

- Creí que solo llamarías a servicio a la habitación -

- Y perderme tu expresión cuando te des cuenta del gran cocinero que soy? - le dije con una sonrisa - ni por error -

Saqué la pequeña olla de la maleta, le eché el agua indicada y la puse al fuego, Lisa por su parte seguía mirándome atentamente con una sonrisa en el rostro.

- Vas a necesitar ayuda - dijo mirando la olla - Y tengo miedo que el lugar explote - Lisa bajó de un salto y se puso a rebuscar en el frigorífico, que básicamente estaba lleno solo con los ingredientes que ocuparíamos. Sacó las verduras y se encaminó a mi lado triunfante, reí por lo bajo y la dejé ayudarme con la comida, ignorando el hecho que dudaba de mis capacidades.