Aunque quiera sacarte de mi mente, no puedo, tú voz, tú sonrisa, tú extraña manera de ser. A veces pasa un largo tiempo y te quedas guardado en una cajita en un rincón de mi mente, otras veces, sales, y sales con tanta fuerza que contaminas mis ideas todo el día y sobretodo la noche.
Recuerdo el día que destrozaste mis sentimientos, un mensaje, un horrible recuerdo que hasta el día de hoy, luego de dos años aún sigue en mí, ¿Me cuesta superar? Si, me aferro mucho a las personas, me da miedo soltar, descubrir que existen personas nuevas, me sujeto mucho en mi zona de confort.
A veces suelo pensar que hubiera pasado si las cosas fueran diferentes, pero luego recuerdo ese mensaje, ese desezperanzador mensaje que arruinó todo y aclaró todo. Cada vez que intento verte con otros ojos, pensar en ti de una manera diferente, en seguida recuerdo eso, y me detengo, me duele, pero me detengo.
Siento que todo es mi culpa, te obligué a estar en una situación incómoda, a decir cosas que no sentías y las que dijiste, fueron bastante contundentes, no te culpo, me culpo.Las cosas debieron ser diferentes, yo debí actuar diferente. El que lea esto se imaginará que mi vida es un drama, no lo es, pero prefiero que así sea, le doy emoción a mi propia vida, la emoción que yo quiera darle. Tú fuiste parte de ese drama, eres parte de ese drama.
Siento que nuestro intento de historia, además de ser un intento, cerró su ciclo, me doy por vencida. Me rindo, no puedo hacer más de lo que ya hice, si no me dejaste entrar a tu vida con simples manifestaciones de amor que dejaste que te diera, no lo podré hacer más, no te dejas querer, cierras tú circulo, no me dejas entrar, ¿Por miedo quizá? No lo sé, no que se pasa por tu mente, me intriga saber que complejidad ronda tu mente.Cómo una simple persona, puede lograr inspiración en mi al escribir. Pero esta rara confesión/ historia tiene su final triste, o no. En el momento de mi vida en el que yo te abrí mi corazón, tú sin saberlo, me salvaste, yo estaba en una relación en la que era infeliz, la pasé muy mal, y nunca pensé que yo podría fijarme en alguien más, hasta que te vi.
Fue algo muy único nunca me había pasado, de detestar a alguien, verlo como un rival, pelear contigo, y luego sin más, me gustaste, fue algo que nunca pudo concretarse pero fue muy intenso, esas emociones, fueron muy locas, hormonales y parecía una adolescente, escribiendo cartitas.
Te agradezco, desarrolle esa habilidad contigo, luego de tantos errores, volví a escribir y me sentí llena. Las cosas que hiciste por mi, y nunca te diste cuenta, dejé a mi novio en ese entonces. Estabas 24/7 en mi mente. Luego de ese terrible rechazo, de una manera ilógica, volví con la persona que me había hecho tanto mal. Y te tomé como amigo, era una manera de tenerte cerca y poder (a la fuerza) cerrar la herida.
¿Descabellado? Sí, bastante, pero en aquel casamiento en el cual fuimos invitados, me derretí por ti, bailaste solo conmigo, me pasabas lentamente tu mano por la espalda para la foto conjunta, te reías como nunca te había visto, fui feliz, no esperaba un beso como en las películas, aunque por un momento se me cruzó por la mente, te veías hermoso. Pero no paso más que eso. Luego al otro día, la rutina comenzaba, y así. El año terminó, me separé, y esta es la parte de la historia en la que soy feliz, en la que toca ser feliz sin ti.
Conocí alguien, es especial, se que no crees en la relación a distancia, creo que te falta madurar y sentir más, y conocerme más. En fin, está persona nueva, me hace sentir lo que alguna vez quise sentir contigo, pero por cosas del destino dirías tú, no se pudo.
(abriendo un paréntesis a esto, me parece cualquier estupidez el meter al destino en un acto completo de cobardía, eres eso, un cobarde que no se arriesgó a sentir, te da miedo sentir, y yo pagué por ingenua, los platos rotos)
Ahora soy feliz, y te sigo viendo en mi rutina, pero ya no te veo de la misma forma, ahora solo veo a alguien que le da miedo sentir, expresar lo que siente, está bien, pero... Necesito tener a alguien que vaya contigo juntos a la par. Sé que ahora no es el momento, para nada, pero sé y estoy firmemente segura que el destino es otra cosa, y si quiere, hará su magia cuando ella quiera, porque no puede depender de tí. Te quiero, realmente te quiero, cobarde.