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  • Dedicado a Maria Jose Romero Hernandez
                                    

Estaba en ese momento predeterminado donde mi vida no tenía una razón.

Aunque me siento mejor. Mucho mejor desde la última carta.

Esa horrible presión en el pecho desapareció un poco.

Y es más fácil respirar.

Visite nuestro lugar, y espero que te agrade leer que sigue igual de hermoso que la última vez que fuimos juntos.

Como tú lo llamabas... "Nuestro pequeño bosque privado".

Me senté en la misma raíz del viejo árbol de siempre y contemple el alrededor. Los arboles formaban un cortina de hojas tupidas y el arroyo brillaba con ese sonido tan particular que te gustaba tanto.

Y ame el sentimiento que me invadió de que estaba mirando algo que tu amabas también.

Hasta pude escucharte reír por algo que yo podría haber dicho o también pude imaginarte mirándome atentamente mientras te cantaba una canción con mi vieja guitarra.

Nuestro lugar.

Nuestro silencio.

Nuestro pequeño bosque privado.

Y ese momento puedo decir que fui feliz Angelie.

SilencioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora