The Subway || Vkook

Cap 2: Tíos

~Narra Taehyung~

Ya habíamos llegado a la casa de mis tíos, los cuáles nos estaban esperando.
Toqué el timbre y después de unos segundos mi tía abrió la puerta.

-¡Hola chicos!

Nosotros le saludamos con cortesía.

-Pasad.

Pasamos con la cabeza baja como algo de respeto y nos encontramos con el limpio recibidor.

-Tu tío está durmiendo así que está en su cuarto. ¿Queréis algo de comer?

–No es necesario, señora-

-Traenos un café descafeinado, porfavor -le respondo, así cortando la frase de Jungkook.

Ella nos asintió. Le cogí la mano a Jungkook para así llevarlo hasta el sofá de la sala, la cuál ya se conocía pero no del todo. Le senté y luego yo me senté junto a él, para así esperar el café que nos traería ella.

-Mh, no sé si te gusta el café, pero cuándo lo probaste de mi boca no te quisiste apartar, así que supuse qué-

-Me encanta el café -dice sonriendo.

Le devolví la sonrisa.

-Aquí tenéis.

Dejó las bebidas en la mesa junto a su servilleta y algo de sacarina. Jungkook miró extrañado el bote de la sacarina, supongo que no sabrá lo que es.

-Gracias. Por cierto, ¿cuál es nuestra habitacion?

-Ah, eh, si queréis os la presento antes de que os toméis eso -dice señalando los cafés.

Jungkook asintió con la cabeza, yo sólo la miré como signo de aprobación.

-Venid.

Nos levantamos y seguimos las pasos de mi tía. Se dirigió a el piso de arriba ya que sí, tenían tres pisos, en el que estábamos, el de arriba y el de abajo.
Una vez subimos las escaleras nos fuimos hacia la izquierda y mi tía empujo una puerta que parecía tener el color blanco más puro del mundo.

-Esta será. Fue la habitación de tu primo Jonghyun antes de que se mudara con su novia. Tenéis el interruptor de la luz aquí, ahí y ahí.  Creo que hay suficiente espacio para los dos.

-Sí, muchas gracias tita.

-No hay de qué hijo.

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-Tae -me llamó Jungkook.

-Dime.

-Me duele la cabeza...

-Está bien, se te pasará, son los efectos secundarios del coma. Voy a por las pastillas.

-Tae, ¿estuve en un coma? -pregunta con la mirada perdida en el suelo.

-Sí, ya te lo dijeron los doctores, ¿lo recuerdas?

-Sí, pero... No sé. No puedo asimilarlo.

-No pasa nada bebé, al fin y al cabo saliste de ahí, ya no vas a estar más allí. Esto del dolor de cabeza y todo eso sólo seran unos meses, no te preocupes, ¿sí? Tae estará contigo.

-Lo sé... Gracias Tae.

-¿Gracias?

-Sí, gracias. Siempre estás conmigo, nunca había sentido esa compañía antes.

Le sonreí y seguido le besé los labios.

-No tienes que agradecerme nada tonto, me encanta estar contigo, si es por mí estaría contigo hasta cuando meas.