Un infierno llamado Averno

como un angel.

- Te desplomaste de repente, y al mismo tiempo todoa los demonios de la ciudad-

-Eirika, esperaba no tener que contarte esto pero, visto lo ocurrido mejor que te enteres ya...-

-¿Que ocurre?-

-hace tiempo que los demo...-

Lo interrumpió un gran estruendo acompañado de un terremoto. El techo se rompió y una luz muy cegadora atravesó el gran agujero, sentí como me empezaba a pesar el cuerpo, quería cerrar los ojos, aunque si lo hacía temía lo que pudiese pasar. No pude remediarlo, los cerré.

Aparecí en una gran sala enorme y blanca, mi ropa estaba hecha trizas y se me veía todo, así que desplegué mis grandes y hermosas alas negras que me envolvieron elegantemente. Estaba de rodillas sobre el suelo, comenzé a analizar la habitación. Sentía una presencia divina, un ángel. Sabía que lo era porque me empezó a arder la piel. Giré la cabeza hacia una esquina, y allí estaba él, de rodillas sobre el suelo pero sus alas estaban deterioradas, era bellisimo, su cabello liso y semi largo caía en cascada por su nuca. Sentí que podía verle el alma, era algo hermoso. De repente  un gran dolor en el vientre se cargó el momento, separé las alas y ví con horror una herida sangrante y muy profunda. El ángel se me acercó bruscamente, me asusté, retrocedí y grité por el gran dolor.

-agárrate a mi brazo y aprieta con fuerza, esto te va a doler.-

No me dió tiempo a reaccionar cuando ya me puso su mano sobre la herida. Solté un gemido tan fuerte que hasta retumbó la habitación.