No porque la veas sonreír a diario, o bromear con todo el mundo, no porque baila cuando su canción suena, o porque le grite al viento con los brazos abiertos. No sabes lo que se siente, al terminar el día, cuando las luces se apagan y las cortinas se cierran, no sabes lo que pasa al otro lado, donde todo acaba.
-Anonimo