In the beds moment

Capítulo 1

La llegada

«Les pedimos de favor que abrochen sus cinturones de seguridad. En breves minutos empezaremos a descender»

La amargura de dejar atrás a su novia es abrumadora, y él lo sabe, sabe que hizo lo posible por convencerla de ir con él, más ella se negó.

«Ichijo, no podemos dejar las cosas así, nuestra boda será aquí. Entiende, también estoy al cuidado de mi papá en lo que viene Byakuya de su viaje. Por favor, ya no insistas... estaré bien, al cuidado Renji » él no podía confiar en esas palabras por completo, él y ella lo sabían, más no decían nada, no querían volver a tocar el tema.

Su mujer sola, sin él, y por más de que lo negara, sabía que era verdad, tenía miedo de perder a Rukia. Vivía con el constante miedo de que se la llevaran, no, más bien, de que se diera cuenta que ellos no vivían para estar juntos.

«Es hermosa, mi mujer, sin duda, es perfecta a mis ojos» pero no solo para los suyos «para muchos ojos, ella es perfecta».

La voz de su acompañante lo llevo de vuelta a su "realidad", sacándole de sus devastadores pensamientos, para llevarlo a un lugar peor.

—Ichijo, guarda lo que falta. No quiero que pierdas algo —al no tener de otra, acudió a su amigo de la infancia. Una de esas pocas personas que lo conocían más allá de su fachada serena.

—No quiero perder nada de mis cosas, pero perderte a ti, no suena mal.

—Y ahí vas, de nuevo con tus comentarios hostiles. ¿Te cansas de ser tan amable?

—No, soy demasiado amable, ¿A que te gustó?

—Hay veces que tú ego te lleva a lugares inimaginables. Ten, calma ese ego y disfruta de el día —conocer el límite de tu temperamento no esta de más, saber jugar con las bromas y también, saber dar órdenes, todo para no iniciar discusiones. Ishida sabe lo que hace, la mayor parte del tiempo.

Más a Ichijo le gustaba molestar a su amigo, como en todo, hay cosas que con el paso de los años no cambian por más que se quiera.

—No pienso que el "señor perfeccionista" tenga que hablar de mi ego como si nada, no cuando el tiene más —y eso es cierto, las personas que tiene el fetiche de perfeccionar todo, tiene el ego aumentando constante. Desmentir eso sí usted así lo cree.

—Alguien como tú, que solo es flojo, no tiene bases para argumentar algo como eso —más no es así, si bien el era un hombre activo...

—Tú, con qué palabras me dices de que sí soy  merecedor. Eh, Isshi-kun...

—Con las palabras que salen de mi boca, estúpi —y la voz de la vocera interrumpió, de nuevo, e Ishida dejo su discurso a medias.

—¿Ya terminaron?  —hizo una pausa—.
Como había dicho al inicio Isshi-kun «No quiero que pierdas algo» —esta vez, su pequeña pausa, venía acompañada de una sonrisa—. Y no quiero que algo salga mal, si se puede evitar, es mejor —hablo la única mujer del grupo, Yoruichi.

—No sé a quién escucho, creo que he escuchado a Byakuya. Solo que tú  eres negra, eres mujer y sin contar, que te gusta teñir tu cabello —Ichijo lleva una mano a su barbilla. —¿Por qué te casaste con él?