U N O ✔

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- Vamos a comprar comida, cariño.- dice Anne dando caricias a su abultado vientre de cinco meses de gestación.

Al llegar al supermercado toma una carrito de la compra y va a buscar lo necesario.

La vida no ha sido muy justa con ella. Cuando tenía cinco años ella y su madre tuvieron un accidente de tránsito, su madre la protegió recibiendo todo el daño mientras que ella salió casi ilesa. Luego se quedó sola a cargo de su padre, quién siempre la culpó por la muerte de su madre, mientras tanto su hermano mayor Adam, se alistaba para el ejército.

Cuando cumplió quince su padre murió a causa de una enfermedad degenerativa luego de dos años de una lucha incansable por detener el daño o al menos ralentizarlo. Su hermano obtuvo su custodia y se fue a vivir con él y su compañero de piso, Harold.

La vida de ella comenzó a mejorar, Adam la trataba bien y siempre le recordaba lo mucho que su madre la amaba sin importar lo que le haya dicho su padre. Por otro lado Harold también estaba entrando a su corazón poco a poco y se lo dijo a su hermano, no duró mucho antes de que Harold le diga a Adam lo mismo. Y no como todos los hermanos, él los juntó y comenzaron a salir y ser novios.

Hasta que un día como cualquier otro luego de dos felices años, llegaron un par de cartas, una para su hermano y otra para su novio. Ella sabía lo que eso significaba por lo que sin abrir ninguno se puso a llorar y esperó a que ambos llegaran del gimnasio. Al enterarse comenzaron a prepararse con tristeza y lágrimas.

Ellos debían irse, en una semana.

Su última noche Harold y Anne se demostraron su amor el uno al otro entre las sábanas por primera vez. Para Anne esa noche fue la mejor de su vida, y una inolvidable, sentía amada, deseada. Pero todo eso acabó al salir el sol, despertó y a su lado, la cama se encontraba vacía a excepción de una nota.

Su nombre con letra cursiva en ella al principio y luego las palabras de su amado.

Annette:

No quise despertarte, te veías tan hermosa, sabía que al abrir esos bellos y cautivantes ojos todo iba a desmoronarse. El verme partir tanto a mí y a tu hermano te duele aunque no lo quieras admitir, aunque digas que todo saldrá bien, que nos vamos a volver a ver no sabemos lo que va a suceder.

Me di cuenta al igual que Adam, que esperas a que ambos nos vayamos a dormir para comenzar a rezar y llorar hasta quedarte sin lágrimas en los ojos.

No quiero despedirme de ti, no quiero alejarme del amor de mi vida, de esa niña que se robó mi corazón desde sólo conocerla.

Quiero que sepas que nunca amé, ni amaré a nadie más que a ti, y si no regreso voy a buscarte sin cansancio en mi próxima vida, porque no hay otra mujer con la que quiera estar más que tú.

Te amo.

Harold"


Así sin más se fueron, en esa semana cumplió los dieciocho años sola, ambos le habían dejado dinero para vivir dos años muy bien.

Pero todo cambió un mes después cuando fue al hospital a hacerse unos análisis por unos síntomas muy particulares. Y ahí una semana después, se enteró que en su interior estaba creciendo la persona más importante y que más amaría.

Sus ojos por un instante se cristalizaron recordando todo lo que le pasó hace tan solo un tiempo. Uno de los compañeros de ellos estaba frente a su puerta y le dijo unas palabras que le destrozaron el alma.

Flashback

- El Teniente Coronel Adam Cooper está desaparecido.- dijo y pude ver el dolor en sus ojos, un sollozo se escapó de mis labios.- Nos atacaron y... en unos momentos ya no estaba a nuestro lado.

Seguido de eso me entregó unas medallas y estaba dispuesto a irse cuando lo llamé.

- ¿Sabe algo del Comandante Harold Jenkins?- pregunté, negó.

- Lo lamento, pero días antes se fue a reemplazar a un soldado herido en una zona diferente y no ha regresado.- dijo y asentí.

- Si lo ve, dígale que lo amo.- le pedí antes de que se vaya.

Fin del Flashback

Anne•

De esa vez ya no supe nada de ninguno de los dos, aunque no tenía modo. A el lugar en dónde se encontraban no llegaban las cartas casi nunca, pero aún así les escribí en cuanto vino el soldado Gómez.

- Ay.- me queje al recibir una patada de parte dei hijo o hija. Luego recibí otra y me incline un poco.

- ¿Estás bien?- preguntó un chico que se acercó a mí. Estaba con una chica.

Yo los conocía.

- ¿Hola?- preguntó la chica, que ahora sabía que era Emily Jenkins.

- ¿Eres la hermana de Harold?¿Emily?- pregunté y luego sentí mis mejillas calientes por como lo pregunte.

- Si, ¿lo conoces?- preguntó ella.- ¿Y cómo sabes quién soy yo?

- Él me mostró varias fotos tuyas, además se parecen bastante.- dije observando que sus ojos eran marrones y no verdes como los de Harold.- Y soy Annette Cooper...

- ¿Eres Annette?¿Su Annette?- preguntó esta vez su novio, a quién conocía como Thomas.

- Si.- respondí algo tímida, sus ojos viajaron a mi vientre y noté que querían preguntar. Puse mi mano en él y sonreí.- Si, es su hijo.

- Oh Dios mío.- exclamó Emily y me abrazó.

Y ahí, en el pasillo de lácteos del supermercado conocí a mi cuñada, que se puso a llorar. Resulta que vinieron un tiempo aquí de vacaciones y mientras tanto querían conocerme un poco antes de volver a Atlanta.

- ¿Y cómo va el embarazo?¿Necesitas dinero?¿Ya sabes que será?- preguntaba acelerada Emily, estábamos en una cafetería.

- Tranquila, cariño.- le dijo Thomas.

- Pues el embarazo va de maravilla, no necesito dinero y no, el bebé no se deja ver aún.- dije y tomé un poco de la leche, ya que tenía prohibida la cafeína durante mi embarazo y mi lactancia.

Así hablamos toda la tarde hasta que comenzó a se oscurecer el cielo, ya era muy tarde y al despedirme de ellos no me dejaron irme sola y mucho menos cargar mis bolsas a pesar de que solo eran dos y muy livianas. También me dieron su número de teléfono y acordamos que asistirán a la próxima consulta con mi doctor.

- Eres hermosa, por dentro y por fuera; mi hermano se queda corto con todo lo que dijo de ti.- dijo ella. Me dio un abrazo y se marcharon.

Yo solo me di un baño, cené un poco y me fui a la cama. El embarazo me dejaba exhausta a pesar de que casi no hago nada.

Pocos capítulos y lapsos de tiempo en cada capítulo.

Esperándote Donde viven las historias. Descúbrelo ahora