El Ángel sin nombre [DxD]

Capítulo 2

El pequeño guardaba cosas en una pequeña mochila, un rostro lleno de felicidad estaba presente en él, por fin su sueño de poder ir al mundo humano se ha estaba haciendo realidad. Repaso una y otra vez en interior de la mochila para saber sino de olvidaba de algo pero todo parecía estar en orden, salió de su hogar con su mochila tarareando un poco.

Fue en dirección al primer piso del cielo, al llegar se sentó cerca del ascensor para esperar a su madre, estaba ahí debido a que olvidó preguntar dónde la encontraría, todo eso debido a que salió corriendo a preparar sus cosas.

-Le pediré a mamá un nombre -. El pequeño asintió feliz decidido a pedirle a su madre un nombre, le había pedido a su abuelo uno pero tal parece que su madre podría dárselo.

Ya estaba cansado de como era llamado siempre por "Hey, tú o él" este último cuando hablaban a sus espaldas pero eso no le importaba, tenía a su madre y abuelo con él así que mayormente ignoraba esos comentarios.

Un par de horas más tarde Gabriel hizo acto de presencia junto con Sandalphon quienes al ver el pequeño mostraron un rostro de molestia pero la rubia tenía un plan.... Uno para deshacerse de aquel error que aún la seguía atormentando, el pequeño se acercó a ambas con una sonrisa.

-¡Ya estoy listo, mamá! -. Exclamó emocionado mientras las mujeres lo ignoraban pasando a su lado, el pequeño pensó que estaban también emocionadas de ir al mundo humano así que las siguió.

Los Ángeles que custodiaban las puertas al cielo miraron al pequeño tenían órdenes de no dejarlo salir solo pero vieron que venía acompañado por dos Serafines así que simplemente ignoraron este hecho dejándolos pasar.

Gabriel miraba de reojo al pequeño en verdad no creía iría con ellas aunque de solo pensar que se podría deshacerse de él estaba satisfecha, caminaron tranquilamente hasta que un as de luz los envolvió para emoción del pequeño así desapareciendo yendo al mundo humano.

Aparecieron en un bosque cerca de una aldea, Gabriel y Sandalphon comenzaron a caminar en dirección a la aldea mientras el pequeño miraba sorprendido a su alrededor pero vio como su madre y la otra mujer se alejaban así que se acercó a ellas rápidamente para no quedar atrás.

-Mamá ¿Por qué no tengo nombre? -. Preguntó a su madre quien simplemente lo miró de reojo para después mirar al frente ignorando lo, Sandalphon miró al pequeño por encima de su hombro pero lo ignoro.

-¿Po-podrías darme un nombre? -. Volvió a preguntar a Gabriel quien frunció el ceño, sin embargo, no respondió siguiendo con su camino.

Antes de que el pequeño volviera a preguntar quedó sorprendido al ver lo que estaba frente a él, había una aldea donde pudo ver que habían distintos puestos de fruta, verdura, etc.

El pequeño había quedado maravillado por completo, mirando a todos lados mientras Gabriel y Sandalphon se dirigían a la Iglesia del pueblo, el pequeño se detuvo mirando un puesto.

-¡Mirá mamá, es una naranja! -. Exclamó extasiado el pequeño pues nunca había visto uno, se acercó con la naranja en sus manos para poder mostrarsela a su madre.

-¡Hey, tienes que pagar por ella! -. Exclamó una voz masculina completamente molesta, el pequeño de giró mientras Gabriel se interesaba pues quizá así podría deshacerse de aquel engendro.

Sin embargo, el hombre al ver la belleza de Gabriel y Sandalphon se quedó embalsamado mientras tomaba otra dos naranjas y se las daba al pequeño quien estaba confundido.

-Toma, para ti -. El pequeño estaba feliz tomando las naranjas con una sonrisa para después agradecer al hombre e ir tras su madre quien chasqueó la lengua.