Con lágrimas en mis ojos le di la bienvenida a mi vida a la única persona que he amado de verdad: Candy.
La conocí al anochecer, en vísperas de año nuevo. Yo estaba en la cubierta de un barco, llorando al recodar el pasado, pero ella apareció con su cara pecosa y nariz aplanada para limpiar mis lágrimas y adornar mi rostro con una sonrisa. A partir de ese momento, nació el amor entre ella y yo, sin embargo, no siempre caminamos sobre suaves pétalos pues nuestro amor se vio interrumpido por momentos tristes que nos obligaron a ir por rumbos distintos y que nos seguían mojando el rostro con el cristalino y triste líquido. Fueron esas mismas lágrimas las que nos empaparon los ojos cuando volvimos a vernos para no separarnos nunca más. Cuando estuvimos juntos, lo único que aparecía en nuestros labios eran risas y carcajadas. Si alguna vez derramé algo de mis ojos, fue por la algarabía mas la tristeza se había desaparecido para siempre, o eso creí.
Ahora te tengo tendida en ese angosto lecho y estás inmóvil. Mi tristeza y mis caricias se han vuelto imperceptibles para ti. Tu cabello ya no se agitará más con el viento, tus brazos y piernas cesaron para siempre de trepar árboles y tu voz nunca repetirá mi nombre...
Con tu cara seria y tus manos sobre el vientre, te llevaré a tu nueva y eterna morada. Mientras, yo me quedaré en compañía de mi cristalina compañera, que no ha dejado de dibujar una transparente y vertical línea en mi cara desde el momento en que cerraste los ojos.
¡Quédate donde estás, amor mío! Cuando mis lágrimas se hayan secado, me reuniré contigo en nuestro eterno barco, que nos llevará al infinito y más allá.
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Tres relatos cortos sobre Terry Grandchester: Lágrima, Barco y Océano
Mystery / ThrillerA continuación, les presentó tres minifics o "drabbles" que pueden ser leídos en el orden que deseado porque no existe conexión alguna entre sí.