"Tenía que decirle a Candy que una mujer manipuladora se había interpuesto en nuestro camino. No era justo para ella ni para mí estar separados por alguien con tan malas intenciones. Candy no podía abandonarme a mi suerte, ni yo permitiría que ella se resignara a la soledad. ¡Oh, si tan solo pudiésemos retroceder el tiempo y adivinar las secretas intenciones de gente egoísta"...
Con la llegada de este tiempo, Terry tuvo una idea tan absurda como imposible: retroceder el tiempo y no dejarse caer nunca en ninguna trampa que lo separaría de su amada. Otra idea loca se le vino a la cabeza: Inventar una máquina del tiempo junto a su amigo Stear.
Stear siempre parecía tener las mejores ideas, pero los peores resultados con sus inventos, sin embargo, Terry quería arriesgarse.
Al hablar con el inventor, éste le propuso lo siguiente:
-Terry, tendré que valerme de un gas que he descubierto recientemente y al que llamé "venusonio". Algo me dice que si lo mezclo con la electricidad, podrá hacer maravillas, pero antes de aceptar del todo ayudarte con este proyecto, debo hacer un par de experimentos.
-Adelante... pero no me falles.
-¡Claro que no! Confía en mí.
Cuando Stear se quedó solo en su laboratorio, buscó un barquito de juguete que él mismo había fabricado y que ahora adornaba, en un estante, una de las paredes del laboratorio. Su idea consistía en poner el barco sobre su mesa de trabajo, colocarle un tablero que contenía la hora pero con diez minutos de adelanto, y hacer que el venusonio explotase, y al lograrlo, haría pasar el barco por donde se produjo la explosión y éste tendría que desaparecer para aparecer nuevamente diez minutos después en el mismo sitio, por eso debería sincronizar la hora del tablero al tiempo que él quería que el barco apareciera. Si funcionaba, Terry podría hacer esto mismo en el océano y reaparecer al momento en que se conoce con Candy y así podría reescribirse su historia de amor, pero con un final feliz.
"¡El experimento funcionó!", se dijo Stear lleno de satisfacción. Ahora debería hablar con Terry sobre esto y de lo que tiene que hacer. Salió del laboratorio para reunirse con él.
-Terry, tendremos que construir un barco pequeño pero firme para que lo lleves hasta el medio del océano durante una tormenta eléctrica.
-El riesgo es grande pero quiero hacerlo.
-En ese caso, sólo tienes que llevar el barco hasta el punto en donde estaba el Mauritania, lanzar el envase con el venusonio y esperar a que un rayo le caiga y haga explosión. En ese momento, debes pasar tu barco en medio de todo ese humo y sincronizar el tablero a la hora justa en la que el Mauritania pasaba por ahí. Tu barco se desintegrará pero tú deberás aparecer en el Mauretania, el 31 de diciembre de 1912, a las 11:59 de la noche. Terry, debes tener en cuenta que, si algo sale mal, tú podrías desintegrarte también...
-Lo sé.
Stear no insistió más ante la determinación de Terry.
Al siguiente día, comenzaron a construir el barco, al que Terry llamó "Tiempo en el Océano". Stear le colocó el tablero para que Terry los sincronizara con la hora marcada y ahora solo debía transportarse en medio del océano y esperar la tormenta... y que todo saliera bien.
Terry partió, y al llegar al punto en que el Mauretania pasaría por ahí años antes, ancló y al llegar la tormenta deseada, lanzó el venusonio envasado esperando a que un rayo le cayese. El momento llegó, se apresuró a cambiar la hora en el tablero colocado cerca del timón y elevó el ancla para hacer que el barco pase por el humo de la explosión. Logró pasar y repentinamente, él estaba en la cubierta del Mauretania.
La explosión hizo que los ojos le llorasen...
"Está llorando", escuchó Terry decir a una chica de nariz pecosa.
"¿Llorando yo?" Ja, ja, ja.
Sí, hay cosas que en ese océano no cambiarían, pero en tierra firme, Terry se encargaría de que ni Candy ni él cayeran en trampas ni en garras de gente manipuladora. De ahora en adelante, su historia de amor la escribirían manos más bondadosas, que los harían vivir su amor a plenitud... ¡y para toda la vida!
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Tres relatos cortos sobre Terry Grandchester: Lágrima, Barco y Océano
Mystery / ThrillerA continuación, les presentó tres minifics o "drabbles" que pueden ser leídos en el orden que deseado porque no existe conexión alguna entre sí.