Extra #1

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Jung Soojung

Krystal odiaba llegar tarde a clases, menos si seria durante su clase favorita, inglés.

No había dormido muy bien desde ayer, le costaba pegar ojo en la noche y terminó leyendo sentada en su cama, despertándose más tarde de lo acostumbrado.

Cruzó la entrada, esquivando ágilmente a los estudiantes en el pasillo para llegar al salón.

Un pequeño pensamiento le llegó ¿En dónde estaría Amber Liu?  Hizo una mueca sin logran entender muy bien el por que debía pensar en ella.

Desde el inicio de clases le sucedía, de vez en cuando la ojiverde acudía a sus pensamientos. Era absurdo, ella no se implicaba directamente con la chica, simplemente observaba a Jennie fastidiarla a ella y sus amigos. Nunca intervenía, sólo sonreía a su mejor amiga.

Además, Liu era de cierta manera... irritante para Krystal, su presencia la alteraba. Por ello no la defendía de las constantes burlas que recibía, igual la ojiverde podía defenderse.  Y también, no quería perderse del adorable rostro que ponía Amber cada vez que peleaba con Jennie.

Se detuvo en pleno pasillo.

¿Qué acaba de pensar?

Sacudió la cabeza, debía de ser el sueño. Fue nuevamente en camino a si clase, ahora rezando para o cruzarse a la perdedora de Liu en todo el día. Pero la mala suerte le dio una patada mental, al entrar por la ventana, al entrar por la puerta y pedir disculpas por su retraso, allí estaba.

Suspiró fastidiada, no entendía el por qué, pero en verdad no quería ver a Amber.

El único asiente libre era uno junto a la ojiverde, la castaña estaba pensando en simplemente dejarlo ser, ni que fuera a hablarle. Sólo la tendría que soportar esta clase, era al parecer la única que compartirían hoy.

Mientras caminaba varios chicos la miraban embobados, ella sonrió coquetamente ya que en secreto disfrutaba un poco al saber que la encontraba linda. Se fijó brevemente, no quería darle importancia, la ojiverde estaba con el rostro escondido tras un libro alzado.

Krystal arqueó una ceja ¿Qué pretendía? Tomó asiento mirando al frente, captando todas las explicaciones de la profesora. Anotaba los apuntes limpiamente en su cuaderno.

Después de unos veinte minutos, por la vista periférica, observó un pequeño movimiento a su izquierda. El asiento donde estaba Amber. Sin querer parecer interesada le lanzó una mirada de reojo, abrió los labios sorpresivamente al verla.

El libro que cubría el rostro de Amber había resbalado en la mesa, dejando ver a una ojiverde dormida.

Krystal se sorprendía ¿Quién podría dormir en inglés? Si la materia era maravillosa, Krystal no podría.

Aún sabiendo que Amber no le veía le lanzó una mirada de reproche, se sentía indignada, lo demostró apartando el rostro y mirando la clase. Pero una pequeña curiosidad le hizo volver a verla, quería asegurarse que en verdad la chica dormía.

La ojiverde había cambiado de posición entre sueños, estaba con los brazos cruzados sobre la mesa y la cabeza recostada en ellos, con el rostro hacia Krystal.

La castaña la observaba sin darse cuenta, aún con parte de su atención en la clase.

Amber dormía con los labios entreabiertos y su cabello ligeramente revuelto por el movimiento, un poco de su cabello cubría su frente. Respiraba lentamente y parecía muy tranquila.

Después de una hora, toda la atención de Krystal se la había ganado la imagen de la ojiverde, ni ella misma se había percatado de aquello. De lanzarle miradas fugaces había pasado a observarle fijamente, con la barbilla apoyada en su mano.

Un pensamiento tonto llegó a la castaña: Amber Liu era muy linda. Al menos al dormir, se justificó.

La observaba descaradamente, su rostro, cejas, labios y ese adorable mechón de pelo cruzándole el rostro. Detuvo su respiración rápidamente al ver a Amber arrugando la nariz, sintió un incómodo cosquilleo en su estómago al pensar que la ojiverde la pillaría mirándola, pero se removió un poco hasta que finalmente cambió de posición escondiendo la cara entre sus brazos.

Inconscientemente la castaña frunció el ceño, rápidamente frustrada, por no tener más la visión del rostro de Amber dormido.

Después se dio cuento de lo tonto que era aquello y decidió volver a la clase, un poco confundida por su actitud. Abrió los ojos al ver la pizarra repleta de oraciones y conjugaciones que no entendía muy bien, habia perdido el hilo de la clase y por ello no comprendía que tema estaban viendo.

Maldijo interiormente e intentó guiarse por su libro de texto.

-Señorita Jung. -le llamó la profesora, sonriendo.

Krystal era una de sus mejores estudiantes y necesitaba que diera el ejemplo.

-¿Podría pasar a la pizarra para completar la siguiente oración?

Krystal tragó fuertemente, mirando lo que decía en el pizarrón sin tener idea alguna.

-Yo... disculpe, profesora. No... entendí muy bien, no sabría cómo ¿Podría volver a explicarlo, por favor? -dijo con el rostro ardiendo, todos la observaban sorprendidos y la profesora se mostraba igual.

-Por supuesto, veamos si esta vez puede lograr comprender, señorita Jung. -dijo amablemente dirigiéndose a explicar la conjugación en el pizarrón nuevamente.

Krystal asintió, copiando todo y queriendo dejar de sentir vergüenza por lo ocurrido.

A su lado Amber hizo un pequeño ruidito entre sueños, Krystal se obligó a sí misma a no volear a verla.

Ya a pocos minutos de terminar la hora de Inglés, la peor clase que había tenido hasta ahora, volvió a ver a Amber que, increíblemente, seguía dormida. Krystal le fulminó con los ojos, recogiendo sus cosas y queriendo salir lo más pronto posible.

Culpando a Amber de lo sucedido en clases, todo era culpa de ella, por ello la ojiverde le caía tan mal.

Al escucharse la campana salió de las primeras, sin importarle ver si la ojiverde despertó, estaba enojadísima con ella.

Todo era su culpa, idiota Liu. Aquel pensamiento la acompañó todo el día, incluso aquella noche minutos antes de dormir. Le fue mal en su clase de Inglés todo por culpa de Amber Liu y su tierna forma de dormir, arrugando la nariz y haciendo ruiditos adorables ¿Qué estudiante dormía durante clases?

(Yo :3)

Si la ojiverde hubiera estado despierta en clase, nada de eso hubiera sucedido.

Sí, todo era culpa de ella.

Lo que Krystal no comprendía era que no tenía sentido echarle la culpa a Amber. Era de ella misma por lo que sin ser consciente, comenzaba a sentir por la ojiverde.

De todas formas, Krystal empeoraría con el pasar de los días, solo quedaba desearle suerte.


Rivales |Kryber| (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora