La súbita sensación de un cosquilleo alcanzá su corazón al tiempo que con una pincelada de alegría, ella eleva su dulce mirada hacia el gris y nublado cielo de Konoha.
Un enternecedor brillo en los ojos ilumina su expresión cuando con suavidad la fresca brisa del viento acaricia su cabello y el melancólico aroma de la lluvia envuelve su alma en un cálido sentimiento que hace hormiguear sus entrañas. Entre lo calmo del clima, sus pasos se detienen y abrazada por la nostalgia cierra sus ojos y extiende los brazos perdiéndose así entre el sentir de tranquilidad que la lleva a olvidarse de todo en el mundo.
— ¿Alguna ves has sentido como si estuvieras en muchos lugares a la ves? — Pregunta con una encantadora sonrisa y una felicidad que no cabe en su pecho.
Desconcertada, Tsunade que camina junto a ella apenas le presta atención y poco entusiasmado responde con un murmuro. Por algunos segundos, Shizune mira a su maestra y sin decir más nada suelta nuevamente una bella sonrisa.
— No importa — Le dice con alegría.
Una ves más, su mirada se eleva al cielo donde el tenue rojo del atardecer se mezcla con la densidad de las grises nubes dando forma a un muy singular entorno que le resulta por demás nostálgico. Con el viento llegan los recueros que se anidan en su corazón y la repentina imagen de una persona enciende una chispa en su interior.
— ¡Nos vemos luego Tsunade sama! — Es lo único que dice antes de salir con prisa abriéndose paso entre las estrechas y humedecidas calles del pueblo.
Un tanto descolocada, Tsunade la observa mientras se aleja y sin entender nada, un leve suspiro se le escapa seguido de una suave risa que rompe con la tensa expresión de amargura en su rostro. En su mente, el recuerdo de aquella niña saltando bajo la lluvia le llena el corazón y sin darse cuenta es también alcanzada por el sentimiento del que Shizune le hablaba. "Párese la misma niña de entonces" Piensa con una sonrisa mientras la silueta de la joven kunoichi se pierde en el horizonte.
...
A gran velocidad, sus pies e abren camino salpicando entre pequeños charcos mientras el ateridor frio del viento entumece su rostro ya empapado por la impetuosa lluvia que con cada segundo se vuelve más y más intensa. Como buscando algo en particular, ella avanza sin detenerse a través de las feudales calles y callejones del usualmente animado pueblo que por esta ves se muestran calmas y poco transitadas.
En una muy tierna expresión, ella se muestra ansiosa por llegar a su destino y no importando el pequeño tropiezo que la hace caer, aquella dulce sonrisa permanece intacta en su ostro. Con el acelerado palpitar de su corazón, se levanta para continuar con su camino y antes de darse cuenta, ella ya está ahí... Frente a el...
Sus rodillas tiemblan igual que la primera ves y parada sobre un charco, el agua escurre a través de su esbelta figura.
...
Con la mirada perdida igual que todas las tardes, Kakashi yace inerte junto al monumento a los héroes de Konoha y sin percatarse de la presencia de la pelinegra un repentino sentimiento salta en su pecho. Con naturalidad, él apunta su mirada hacia el horizonte y muy grata es la sorpresa que se lleva al darse cuenta de que ahí esta ella... Empapada por la lluvia...
Tan linda, el se toma unos segundos para contemplarla con una suave sonrisa bajo su mascara y pronto es atrapado por el intenso deseo de tomarla entre sus brazos. Por un momento los dos se quedan mirándose con un cómplice romanticismo y en un abrir y cerrar de ojos, ella corre hacia donde el peliplata la espera con avidez.
Ahí, bajo el cadencioso golpeteo de la luvia y a pocos centímetros el uno del otro, la acusica expresión de sus miradas delata el ardiente sentir de sus almas que exigen la cercanía...Nerviosa y temblando por el frio, Shizune permanece en completo silencio mientras ansiosa espera por el abrazo del shinobi.
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(Kakashi x Shizune) "Te quiero"
RomanceDesde su ventana ella siempre lo observa con curiosidad... Calmado, inteligente... ¡Misterioso!, caminando siempre con esa actitud despreocupada e indiferente, el se pasea por las calles de Konoha con ese sucio libro entre las manos. Aunque ella...