hasta que las estrellas caigan del cielo | aristemo

uno.

São Paulo, Brasil

1 año, 4 meses en presidencia

"Estás cansado."

"No estoy cansado."

"La tecnología ha recorrido un largo camino, Tahi," dice Ari. "Puedo verte haciendo pucheros en alta definición y todo, menso. Luces como lo hizo Alba hace diez minutos."

Temo vuelve la cabeza hacia la computadora portátil en la mesa del balcón y suspira, profunda y morosamente. Alba siempre se pelea cuando es hora de irse a la cama, pero es cien veces peor cuando Temo se va y tiene que recurrir a los besos de buenas noches a través de la pantalla de una computadora portátil. En esas noches, ella se desahoga con su puchero y sus ojos de cachorro, usualmente saliéndose con la suya, acurrucada en el lado vacío de la cama y apoyada contra el pecho de Ari. Ella tiene siete años de edad ahora, como dice, pero siempre se ha mantenido pegajosa como su padre cuando se trata de Temo.

No es de extrañar que ella tenga su puchero.

"São Paulo no es divertido sin ti y las niñas," confiesa Temo en voz baja, sin molestarse en ocultar su ceño fruncido en este punto. Así que tal vez él está haciendo pucheros, sólo un poco. O mucho.

El largo atardecer ya se ha puesto y la brisa fresca de la costa oceánica ha comenzado a llegar a la ciudad, bajando la temperatura. Temo se frota las manos para calentarse y las desliza por debajo de los muslos. São Paulo está oscuro, la mayoría de las luces de la ciudad se atenuaron para prepararse para los fuegos artificiales, pero las luces de la habitación del hotel son lo suficientemente brillantes para que Ari pueda distinguir las curvas de la parte superior del cuerpo de su esposo, las líneas de su rostro, los contornos de los músculos de Ari. Se ha bronceado en Brasil, Ari se da cuenta, y espera en silencio que se profundice durante el resto de la estadía de Temo.

Temo traga el nudo en su garganta y vuelve la cabeza hacia la ciudad debajo de él. Miles de personas desfilan por las calles y las aceras, esperando ansiosamente los fuegos artificiales que celebran el final de Parada do Orgulho, el desfile anual del orgullo gay de São Paulo y el más grande del mundo. Temo había venido hace tres días a una conferencia sobre desarrollo agrícola, pero había decidido quedarse para el desfile. Es un evento histórico para un presidente de México, uno que Ari no pudo asistir debido a la educación de las niñas.

Temo no había sentido nostalgia, no en lo más mínimo, pero sí extraña a Ari y las gemelas. Siempre están en el fondo de su mente, sin importar dónde se encuentre en el mundo, por lo que no es de extrañar que los extrañe. Regresará a la capital pasado mañana y Temo casi no quiere volver. Quiere estar con su familia, pero también quiere quedarse en São Paulo, al sol, en la playa y lejos de Los Pinos por un poco más de tiempo, posiblemente.

Y eso lo hace sentir horriblemente, increíblemente culpable porque es el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos. Tiene la intención de dirigir una nación y liderar a su gente, no tener ganas de unas vacaciones, pero en su defensa, aún no ha tenido vacaciones. Es una combinación preocupante, pero Temo al menos agradecido por los días que ha tenido para descansar. Puede que no esté ansioso por volver al flujo de la vida en CDMX, pero eso no significa que esté menos concentrado o dedicado. Solo un poco cansado, eso es todo.

Ari debe notar un cambio en su comportamiento porque se aclara la garganta con fuerza, hasta que Temo sale de su aturdimiento y se vuelve hacia la webcam.

"¿Estás bien, Tahi?" Pregunta, inclinando su cabeza hacia un lado. Sus ojos exploran rápidamente la cara de Temo en busca de indicios de angustia: labios fruncidos, mirada distante, jugueteando con su cabello.

"No están exagerando cuando dicen que este es el trabajo más estresante del mundo," Temo suspira, arrugando la nariz.

A Temo no le gusta quejarse de su presidencia, realmente no siente que tenga derecho a hacerlo, pero no ha tenido el primer año más fácil y todos lo notaron. Lo último que necesita es quejarse con Ari, quien dejó su trabajo y su hogar en Oaxaca para estar a su lado en todo esto.