El Castillo del Rey Zombi

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El Rey Edward no podía morir jamás. Sentado en su trono de manos huesudas, parecía el naipe de una baraja triste y gris. En su mano derecha, relucia una sortija con la cara de un demonio de cuernos retorcidos y muecas tenebrosas.

Los súbditos del rey Eduardo, a todos a la maldición de su soberano, caminaban por la villa con las miradas pérdidas y las bocas babeantes. Lo único que parece llamar atención era el olor de la carne humana.

De vez en cuando, si tenían suerte, se comían a los mensajeros que pasaron por los territorios del rey.

El Reino Muerto del Rey Edward fue olvidado para siempre y sus horribles historias borradas de los libros antiguos.

Pasaron muchos años antes de que alguien volver a acordarse de él, hasta aquel día, tres príncipes infernales fueron encomendados por Lucifer para recuperar el anillo del Rey Edward se había encontrado al pasar frente a las puertas del infierno.

El primer príncipe, Adramelech partió montando una hidra de siente cabeza y empuñando una lanza mágica con el poder de abrir caminos.

Pero el rey Edward no sólo era peligroso por los muertos vivientes que lo rodeaban, sino por las trampas, barreras mágicas y monstruos que lo protegían.

Adramelech se abrió paso entre el mar de zombis con ayuda de su lanza y no tuvo problemas con las trampas y barreras mágicas que encontró en su camino.

Pero cuando tuvo que atravesar las pozas de sangre del Rey Edward, fue devorado por los monstruos lagartos zombi que también estaban atados al hechizo del anillo demoníaco, y el alma fracasada se Adramelech regreso al infierno.

El siguiente príncipe, Baal, tenía tres cabezas: una de gato, otra de hombre y la última de sapo. Además podría trepar por las paredes con sus patas de araña.

Su arma favorita era una escapada de metal negro que humeaba terribles llamadas hechas de tristeza y dolor. Baal se jactaba de ser el duque del infierno más cruel y devoraba almas para hacerla sufrir entre sus tripas.

Lo cierto es que Baal inteligente, Y aunque los zombis se colgaban de sus ancas, pudo abrirse paso entre ellos con su espada y atravesó las pozas de sangre en donde su hermano Adramelech había caído.

Baal alcanzó hasta los invernaderos del Rey Edward, en donde ha me esperaban las rosas, orquídeas, narcisos, lirios y violetas carnívoras, que también obedecían a ma voluntad de su soberano.

Con su instinto asesino despierto, las flores inmovilizaron a Baal y le arrebataron su espada con facilidad. El perfume venenoso de estás pronto aturdió los sentidos de príncipe infernal,mientras las hambrientas flores devoraban su malvado corazón.

Asmodeo, el tercero de los demonios encomendados por Lucifer, se enfureció tanto al ver lo que había pasado con sus hermanos, que si cabeza de carnero se le desprendió y salió a aullar con furia a las montañas.

Tomo su hacha de piedra y cabalgando en su dragón acorazado llegó hasta las puertas de la fortaleza del Rey Edward. Cruzo las pozas con sangre, destruyó el invernadero real y avanzo hasta el trono dónde ya lo esperaba el Rey Zombi.

Entonces, el rey se levantó y bajo su capa, sus fieles súbditos se relamieron los belfos.

Asmodeo luchó con los cinco perros hasta caer desfallecido. Mientras era devorado por las mascotas reales, el príncipe Asmodeo arrojó una de sus dagas al Rey Edward y el dedo que tenía la sortija de Lucifer cayó por las escaleras del salón real.

En ese momento una grieta se abrió el piso y se trago el anillo y L Rey Edward convertido en cenizas. Así, sus súbditos pudieron liberarse del hechizó que los había convertido, en muertos vivientes. El alma del Rey Edward sigue atrapada en el infierno.

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⏰ Última actualización: Mar 09, 2020 ⏰

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