Siempre (,) lo sé

El reencuentro y la "humilde" morada

En realidad, no es que tuviéramos una relación muy cercana con mi "tía", si, ella es mi madrina, pero luego de que su otro sobrino nació hace un par de años, 8 para ser exactos, su interés hacia mi disminuyó en un grandísimo porcentaje, al nivel de que si hablábamos una vez al mes, en realidad era mucho; paso de ser la mejor tía de todas, la que viajaba y me traía algo de todos lados, la que me llevaba a parques de diversiones cada vez que podía y me alcahueteaba todos los antojos que mi mamá no me dejaba, a ser la tía separada, que de vez en cuando veía mis publicaciones en alguna red social y solo así, se acordaba de mi existencia y me llamaba.

Por eso su llamada fue algo extraña en su momento, "¿Por qué me llama si no he subido nada?" pensé, es algo cruel, lo sé, pero, en fin, solo yo sé cuánto la aprecio a pesar del cambio que hizo en mi vida, aunque ella no sea consciente de él.

Me pare frente al edificio y la llame, mi mamá iba conmigo ese día, por su puesto que estaba algo melancólica respecto a lo que estaba pasando "mi niña se irá de la casa" la imaginaba decir, con los ojos aguados y mirándose las manos, y es que, tanto ella como yo sabíamos que el día que yo me fuera de la casa por completo, no volvería a vivir allá, si la visitaría, obviamente, es mi mamá, pero volver a vivir con ella ya no sería opción para mí.

- Hola tía, ya estoy en la portería

- Hola Sabri, entra, ya le dije a don Arturo que las iba a recibir – la escuche agitada, estaba segura de que cuando subiera la encontraría un tanto desechable, empacando maletas y con la cafetera llena.

Me acerque a la entrada y un señor me abrió, el típico celador viejito pero en forma, muy educadamente nos señaló el ascensor y nos dijo que subieramos al quinto piso. Al atravesar el pasillo mi cabeza estaba nadando en un mar de emociones, tan solo el lobby era mucho más de lo que yo esperaba. Entramos al ascensor y oprimimos el botón, al parecer el edificio solo tenía 5 pisos. Al salir había dos puertas a cada lado del pasillo, 5A y 5B, no tenía ni idea de cual era hasta que escuché el inicio de I Always Knew de The Vaccines saliendo del 5B, supe al instante que era allí, ¿Por qué? Solo digamos que la mayor influencia musical en mi vida desde que tengo conciencia siempre fue mi tía, aun cuando dejamos de ser unidas, yo miraba sus estados, extrañándola y melancólica por no estar cerca de ella, siempre escuchaba las canciones que compartía y siempre, siempre me gustaban.

Ahora que lo pienso, tal vez siempre he querido ser como ella en el fondo, para mis 20 años no es tan mala idea en realidad, tener su vida es un privilegio que estoy segura, no mucha gente se puede dar.

Timbre y en menos de 1 minuto abrió la puerta, la abrace con todo el amor que me fue posible, no recordaba la última vez que lo había hecho, incluso, mis ojos se cerraron. Me decía "Sabri, ya estas hecha toda una mujer ¿en qué momento?", pensé en quejarme respecto a lo abandonada que me tenía, pensé en echarle en cara el cómo perdió su interés en mi existencia, que me había dejado casi que sola, pero no era el momento, ni el lugar ni la ocasión, así que me quede callada, como siempre y solo le abrace con más fuerza, sentí como mis ojos intentaron ser cascadas en ese momento.

Cuando nos soltamos me beso la frente, me sonrió y fue hacia los brazos de mi mamá, las mire por un par de segundos sonrientes, pero el blanco llamativo del apartamento captó por completo mi atención.

Si, lo describiré, porque ¿Quién, en su sano juicio, no le gusta imaginar el lujo de apartamento en el que quiere vivir en un futuro? Pues bueno, este era mi lujo, y merece ser detallado.

El piso de madera, primer factor que siempre me mata en un hogar, desde la puerta de entrada solo se aprecia una pequeña parte de la sala y un gran ventanal con un balcón... no, mentira, no es un balcón, yo lo llamaría una terraza, por el tamaño que tiene, recuerdo que en ese momento pensé que solo la terraza era más grande que la sala de mi casa, sofás de cuero, lámparas aquí y allá.