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Comenzaría de nuevo en una universidad prestigiosa pero no tenía nervios ya tenía un poco de experiencia para no pasar vergüenza como la primera vez que entré a un aula a enseñar.

Después de terminar el instituto no sabía que carrera estudiar, pero con ayuda de una orientación vocacional terminé decidiendo que mi vocación era ser profesora de literatura, realmente amaba escribir y leer pero mi atención se centró en que yo podría transmitir mis conocimientos a otras personas.

Mis padres jamás se opusieron, al contrario les alegro la idea de que yo siguiera lo que más me gustaba. Se los agradezco demasiado.

-Usted debe de ser la nueva maestra que vino desde Daegu— una señora de no más de 50 años se dirigió hacia mí, se notaba cansada a un sabiendo que recién empezaba el semestre— va seguir observándome como si fuera una bruja—preguntó.

-Lo lamento, no fue mi intención—Hice una reverencia— y si soy la nueva maestra.

-Comenzemos con las reglas que se cumplen en nuestra universidad.

Me explico un montón de cosas que ya sabía de antemano por el contrato digital que me mandaron antes de venir a Seul.
Terminó y firmé el contrato.
Me entrego varios horarios, después de 1 hora ya me encontraba frente a el aula que me correspondía. Agradezco el haber podido llegar mucho más antes de lo normal.

Entre a pasos seguros, todos calmaron los gritos y me prestaron atención automáticamente, agradecía eso también.
Comenzaba con el pie derecho.

-Buenos Días, soy su nueva profesora de Literatura. Mi nombre es Ahn MiWoo— sonreí.

Cuando disponía a comenzar con la clase, llamaron a la puerta.

-Buenos Días, ¿Puedo pasar?

Su voz me recordaba a alguien pero no sabía a quien con exactitud.

-Por supuesto solo que procura llegar temprano— no me sentía nerviosa, apesar de las miradas que me daban los alumnos— Tienen dudas antes de comenzar— pregunté.

-¿Tiene novio?

Un chico castaño preguntó, reí esta vez un poco nerviosa su mirada era penetrante.

-Es información privada, no pienso comentar eso aquí.

Algunas preguntas más, nada relevante y por fin comenzaba oficialmente mi sesión,  tuve algunas clases más el tiempo pasó y terminé muy contenta.

Me dirigía hacia el estacionamiento había pasado antes por una botella de agua, el silencio era agradable pero era opacado por el resonar de mis tacos. Cuando estuve apunto de entrar a mi auto me llamaron.

-MiWoo—era el chico de la mañana.

-Hola— lo saludé amablemente— prefiero que guardemos los honores, soy mayor y aún nos encontramos en la universidad—aclaré.

-Profesora Ahn, puedo acompañarla a tomar un helado— la pregunta que tomó desprevenida.

Debía tener en cuenta que aún estaba en las instalaciones de la universidad, específicamente en el estacionamiento. Existen reglas pero no le veo nada de malo, talvez quiere que le expliqué algo que no pudo llegar a comprender en clases.

-Esta bien.

Le dije que podía ingresar a mi auto porque según el no pudo traer su auto hoy.
La heladeria a donde fuimos no fue tan lejos, ya estaba saboreando mi helado con sabor a naranja, me encantaba.

-Profesora Ahn— comenzó— no me pudo responder muy bien la pregunta que le hize antes.

-¿Por qué es tanta tu curiosidad?— no podía dejar que invadieran mi vida sentimental o demás, es privado.

-Mera curiosidad, además quiero hacerme su amigo. Na JaeMin, un placer.

Muy bien, esto ya era incómodo.

•|Única|• NaJaeMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora