Introducción

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Kim NamJoon desde pequeño fue sometido (obligado) a la prostitución luego de que su padre lo vendiera a cambio de una buena cantidad de dinero debido a que vivían casi en la miseria junto con su hermana y madre, quienes lloraron a mares de lágrimas después de enterarse de que el menor de la familia ya no estaría más con ellos por el resto de sus vidas. Resultó ser duro para ambas y para él mismo, pero no podían contradecir las decisiones de su superior.

"No había otra opción... Comprendes que esto es por necesidad, ¿verdad? No creo que quieras ver a tu madre y hermana sufriendo por un poco de comida y muriendo de frío en la calle si esta oportunidad no hubiese pasado" fueron una de las últimas palabras que le dijo su despiadado padre y dándole una palmada en el hombro lo llevó hasta el lugar indicado por esas personas que lo obligaron a cosas que no quería. Tan sólo era un niño que no conocía el mundo como debía y mucho menos estaba listo para lo que el duro destino le estaba preparando y sin escapatoria alguna, a su parecer.

NamJoon, a sus doce años, inició un camino muy complicado y lleno de maltratos, morbosos halagos y toqueteos sobre su inocente cuerpo por hombres con la mente enferma. Nunca tuvo el valor de ponerle un alto por el simple hecho de no tener un "alguien" en quién refugiarse pero con el tiempo aprendió a ser fuerte y en que ninguna persona podía resultar ser su hogar, es decir, sus brazos de consuelo a los cuales recurrir cuando sólo era utilizado. Ni siquiera su familia era capaz... Aunque, ¿a eso se le podía llamar familia?

El cambio drástico le hizo acostumbrarse a esa cochina manera de vivir; carecía de esperanzas de ser salvado y sólo quería cumplir la mayoría de edad para poder culminar con un contrato que firmó su progenitor sin su consentimiento, de esa manera sería libre, pero los días eran eternos, incluso los minutos se sentían horas cuando esos hombres lo tocaban y marcaban su cuerpo como si de un objeto se tratase.
Pero sin embargo, la luz llega a invadir a la oscuridad, la tormenta en la que él vivía había terminado en el preciso momento en que un joven, aparentemente de veintitantos de años, lo compró en aquella subasta ilegal.

¿Qué destino le esperaba a NamJoon ahora? Tenía miedo del futuro, pero sólo deseaba, con todas las fuerzas que le quedaban, salir de ese lugar, no le importaba lo que podría venir después, si fuese o no peor para él.

Sólo deseaba salir de ahí.

Ámame, por favorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora