Capitulo 1- Bienvenida.

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Aaron.

"Tengo impulsos raros en las noches, como si algo me faltara, como si hubiese algo allá afuera que esta esperando que salga a buscarlo"

La guerra había sido dura, pero esto era otro nivel. Yo, un soldado retirado de 35 años, me encontraba en medio de un enfrentamiento entre 2 bandos enemigos entre los cuales yo no tenía nada que ver, acompañado solamente por mi hermano menor, que estaba aun más confundido que yo. Nos movíamos lento, cautelosamente intentábamos evitar ser detectados por el enemigo, pero este era mas rápido que nosotros, una rafaga de balas se escucho tras nosotros e impacto las paredes de el interior de la casa en la cual no estabamos refugiando. El peligro era inminente, así que nos dirigí hacia el baño y cerre la puerta con cerrojo, pero el hombre no se iba a ir sin habernos atrapado, así que con el mango de su arma golpeaba la puerta haciendo que uno a uno, los pedazos de madera que la conformaran se cayeran de ella, mi hermano y yo ya no teníamos mas opción que esperar nuestro final, la puerta cayó y pronto una bala atravesó mi pecho. Senti como caía por el peso de mi cuerpo, en el fondo solo escuchaba a mi hermano gritar, y por el rabillo de mi ojo logre ver como el hombre escapaba corriendo. Me sentía más ligero, y no fue hasta que desapareci por completo de la habitación que logre descubrir algo, me había convertido en liquido. Sentía como mi cuerpo viajaba por las tuberías, era un sentimiento tan extraño, jamás lograré describir lo extraño que se sentía ser agua. Aún podía hablar, así que con todas mis fuerzas le pedí a mi hermano que me ayudara, a lo que esto respondió tapando la cañería al momento en el que yo pasaba por ahí, su angustia se hacía notar, escuchaba sus voz gritando cada vez más fuerte -Despierta! Ya es tarde!-

7:06 a.m. -Mierda! Llegarde tarde!- Grite desesperado levantándome rápidamente de mi cama, tenía menos de 15 minutos para llegar a la escuela

-Aaron! Despierta! Ya es tarde!- Mi madre no paraba de gritar -Sebastian ya te espera en el auto!-

Me apure para tomar unos pantalones bastante sueltos, los que amarre fuertemente a mi cadera con un cinto color cafe, me puse una camiseta blanca encima y me apresure al baño para acomodar un poco mi cabello y lavar mis dientes.

Corri por las escaleras, luego a la cocina, donde estaba mi madre esperando -Ultimas semanas de escuela! Te sientes emocionado?- Dijo acercándose hacía mi rostro, dejando un leve beso en mi frente.

-Honestamente, para nada, pero no tengo otra opción- Tome un sorbo de el vaso de leche que estaba en la mesa y me alejé, pero mi madre me detuvo.

-Relájate "flaco", piensa que en unos días más vamos a estar divirtiéndonos en Los Ángeles, ya verás que nos la pasaremos increíble-

-Bueno, quizá, pero sería mejor si no fueramos junto al grupo de mi hermano- Bufe un poco molesto, pronto ibamos a salir de vacaciones, lo que era increíble, pero el problema es que mi hermano se había puesto de acuerdo junto a sus amigos para ir juntos, y ahora parece que iremos todos en una carambola formada por otras 3 familias, aparte de la mía.

-No es algo tan malo, mira que tan siquiera podrás divertirte con Moa- Una sonrisa se hizo presente en mi rostro, mi madre tenía razón, no era del todo malo, tan siquiera iba a poder pasarla bien junto a Moa. Pasar tiempo con el es algo que siempre me pone de buenas, y es que Moa es el mejor amigo de el mundo por muchísimas razones, pero sobre todo, porque es la única persona que realmente sabe como hacer que todo sea mejor.

-Bueno, tienes razón ma, no creo que sea tan malo, igual, aún falta un rato para eso-

-Ya veras que no, flaco, el tiempo se pasa volando-

Lo que sea, pero que sea conmigo || (LGBT+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora