1. Llegando al Instituto Red Wings

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V I O L E T

Oh, vamos, es increíble Sídney, Australia, pero no es para tanto. Antes con mamá y papá pasábamos ahí los veranos, en este preciso momento, estoy llegando, solo que no es verano. Han encontrado un trabajo aquí, mientras que yo debí dejar a mis pocos amigos en casa.

—Violet, tranquila, me estás apretando muy fuerte la mano—dice mi madre y suspiro, estoy llegando al instituto—Seguro tendrás muchos amigos, eres muy sociable.

—Mamá, no. Tenía apenas unos dos amigos, no más—digo meneando la cabeza—¿Por qué?¿Por qué no pudimos quedarnos en Chicago?

—Hija, entiende. Si queremos darte una buena vida, necesitamos el dinero, y aquí hay mucho, por eso pasamos el día fuera, no porque queramos, sino porque estamos todo el santo día trabajando—dice y detiene el auto—Ya hemos llegado a Red Wings.

—¿Red Wings?¿Qué clase de escuela es ésa?—digo frunciendo el ceño—Mamá, ¿no puedes considerar llevarme e tu nuevo trabajo?

—Nena, si pudiera lo haría, además mejor acostumbrarse que arrancarse—dice y saca el seguro—Que te vaya bien pequeña, luego me cuentas cómo te fue.

—Vale.

Ruedo los ojos y salgo un poco enfadada del auto. Muchos chicos de mi edad se dirigen con paso firme al edificio, soy conciente de que mi mamá está mirando cómo me voy. No sé cómo quiere que me adapte a este instituto, al barrio, a las amistades. Necesito a Ashley y a Dylan. Los necesito ahora y conmigo. Solo conmigo.

 —Disculpa, ¿dónde queda la oficina del director?—pregunto a una chica rubia.

—A la izquierda de este pasillo, segunda puerta a la derecha, verás un gran cartel que dice DIRECTOR—responde con una voz chillona—Soy Vanessa, ¿cómo te llamas tú?

—Soy Violet. Violet Black.

—¡Wow! Prima de Harry Potter—bromea y ríe, tomándome de la mano en forma de saludo—Bueno, ¿qué te toca primero?

—No lo sé, por eso mismo voy donde el director.

—No, no, no, tienes que ir donde la organizadora de horarios, es simpática y muy joven, tiene casi nuestra edad—dice con envidia—Vamos, te acompaño a buscar tu horario.

—Gracias.

Ruedo los ojos un poco cabreada, en especial por la voz de Vanessa, miro a dos chicos corriendo hacia una sala con una sonrisa muy grande, parecida a la de un niño pequeño en Navidad. Sigo a la chica con una sonrisa triste esbozada en mis labios.

— Aquí está —abre una puerta y entramos sanas y salvas— ¡Elizabeth! ¿Qué onda? Bueno, ella es Violet, la chica nueva. Quiere saber su horario.

— Ten, ¿tú eres Violet Black, cierto? —asiento con mi cabeza— Bienvenida a la escuela Red Wings.

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⏰ Última actualización: Dec 21, 2014 ⏰

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