CAPÍTULO 1. Esclava

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El reino de Nuar, el lugar en el que nací y territorio más poderoso que puede existir en esta parte del mundo. Sus habitantes gozan de una riqueza sin parangón, de una gran cantidad de joyas, telas, comida y otros bienes de los países que poco a poco iban conquistando a su paso. 

El rey Lionell, quien había sido capaz de matar a su hermano mayor para acceder al trono, había conquistado tantos países que ha conseguido igualar a uno de sus antecesores y más temidos reyes de la antigüedad. Su propósito era conquistar ahora uno de los últimos reinos que permanecían aislados, para que de ese modo se convirtiese en un imperio, el pequeño país de Somjha. 

Los más jóvenes habían sido obligados a alistarse en el ejército sin importar su condición y estatus social. Permanecerían dos años entrenándose y después atacarían Somjha si estos oponían resistencia, algo que todos pensaban, era poco probable. El reino que se encuentra actualmente en la zona este del imperio, había resistido al cambiar su libertad por ofrendas e impuestos. Sin embargo los rumores sugerían que el país estaba acabando con sus recursos y que ya no podían seguir sosteniendo el acuerdo. Se rumoreaba en las más altas esferas que el rey y futuro emperador tenía pensado conquistarlas para conseguir mano de obra y esclavos para los habitantes de Nuar. De este modo conseguiría expandir su territorio, superando por un país al antiguo y último emperador. 

Las leyes de Nuar, quien había sido un país dominante, grande y abundante de recursos,había estipulado desde tiempos inmemoriales que cualquier gobernante que ansíe el puesto de emperador, deberá haber superado el número de países conquistados por el anterior emperador. De esta ley es la que proviene la codicia de todos aquellos que llegan al poder. También es por ella que el país posee uno de los mejores ejércitos, y lo que lo hace el más temido y respetado reino del planeta. Pocos, aunque existentes, se podían comparar e igualar su poder.

Me arrastré hasta llegar a uno de mis libros favoritos, con la cubierta roja y dorada, lo había encontrado entre las viejas estanterías que decoraban el sótano de la mansión. Me acerqué a la luz de una de las velas que iluminaban la estancia y abrí por una de mis páginas preferidas. La historia de una mujer que había conseguido parar al territorio de Nuar, la sacerdotisa de la ciudad de Yasmir, la capital del reino de Somjha.

Se dice que cuando el anterior emperador intentó entrar en la ciudad de Yasmir y conquistar el territorio de forma pacífica, los reyes se opusieron llegando a amenazarlo de muerte, aún a riesgo de perder la guerra. Fue entonces cuando la sacerdotisa el templo habló y conversó con el emperador por cien días y cien noches, hasta que este cedió en su intento de conquistarlo. Nadie sabe aún que fue lo que hizo o dijo la sacerdotisa en aquel momento, aunque se cuentan leyendas de que usó magia para hipnotizarlo, otros cuentan que fue su inteligencia, y otros que el emperador simplemente no vio el territorio como un lugar de demasiado valor y tuvo compasión. También hay leyendas de la belleza de la sacerdotisa y sus raros rasgos nunca vistos, que al parecer se debían a sus poderes. 

Volví a cerrar el libro y contemplé el relieve de su cubierta. Lo había memorizado y había aprendido el lenguaje y la escritura del reino de Somjha para entenderlo, al menos cuando aún tenía la libertad de hacerlo. Evidentemente se trataba de un libro prohibido en el país, pues suponía una vergüenza para la historia de un país como Nuar. 

Había sido infinitas las veces que había soñado con escaparme de esta oscura habitación y contemplar los paisajes que allí se narraban. Extensos campos de trigo, infinitas llanuras de arena, oasis escondidos, grutas misteriosas...

A pesar de desearlo con todas mis fuerzas, era solo eso un sueño, o al menos lo sería de momento. Cuando por fin Nuar conquiste Somjha, mi familia, la sangre de mi sangre, me sacaría de esta oscura habitación y me contrataría como una de sus esclavas junto a otras personas llegadas del país. Después y con un poco de suerte solo tendría que escapar. Mi mente volaba mientras una lágrima caía por mi mejilla mientras que sabía que ese continuo engaño era lo único que me permitía continuar día tras día. Me odiaba, me odiaba a mi misma por tener estas facciones. 

Piel clara, ojos azules, y pelo negro... no entendía por qué había nacido con estos rasgos los cuales no eran propios de el reino de Nuar. Todos ellos incluidos mi hermano y hermana mayor tenían el pelo blanco, plateado y azul. Ojos verdes como los pastos, marrones como la madera u oscuros como la noche. Cuando nací mi madre me contó que mi padre la abofeteó pensando que le había engañado con otro hombre a pesar de que era inegablemente hija suya. Fue una de las pocas veces que mi madre me dirigió la palabra, y fue solo para hacerme un recordatorio del terrible odio y rechazo que me procesaba. Desde aquel momento mi madre, mi padre y mis hermanos me encierran en mi habitación, escondiéndome del resto de personas, pues suponía una mancha en su linaje. Solo los criados, mi profesor y el doctor sabían de mi existencia, y mi padre y su dinero ya se habían encargado de llevar ese secreto a la tumba. 

Soy un secreto, un fantasma, una paria, y una negada. Soy el odio de mi familia, soy el conocimiento de todos los libros, historias y leyendas que se conocen en el imperio. Soy una sin nombre, un alma errante que se desplaza por la mente de un cuerpo atrapado. Soy un pájaro en busca de la libertad, alguien con demasiada imaginación...


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⏰ Last updated: Jul 15, 2019 ⏰

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La SacerdotisaWhere stories live. Discover now