Capítulo 2

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Había logrado tomar un taxi, Darcy subió desesperadamente; listo, estaba seguro que llegando a la oficina iba a recibir un regaño de Atwood, en su primer día.

Iba a quedar marcada por eso en toda su estadía ahí; las personas no se pueden dar el lujo de dejar una mala impresión a los demás, y menos si es la primera vez que se conocen, pues das la impresión de ser irresponsable y desalineado. Su madre siempre le decía esas palabras. Esas palabras se quedaron marcadas es su memoria.

Hacia un día hermoso, un poco extraño; la mayoría de veces estaba nublado, nunca se veía el sol completamente, pero este día sí, y se veía esplendido, lástima que Darcy no lo podría apreciar del todo, pero, aun que iba con prisa no le importo.

-Algo hermoso por lo menos el día de hoy...- un pequeño suspiro escapo de sus labios, abrió un poco la ventana y dejo que el aire entrara como un intruso, robando cada sueño y regresándolo más hermoso de lo que era, separándose para volverse a reunir y seguir un ciclo.

Darcy tan solo se dejó guiar por la fragancia la cual era irresistible de no seguir, era exquisita. Cerro sus ojos, y con los labios entre abiertos recordó una melodía, la cual cantaba con fascinación en su mente, era increíble la sensación, se sentía bien; tranquila y de repente se había trasladado a ese lujar el cual añoraba con tantas fuerzas, ese lujar al cual sin lugar a duda quería regresar; en ese lujar en el cual era feliz, y los recuerdos eran alegres y gustosos, era increíble cómo se había transformado su alrededor ahora todo era de un color feliz, Darcy aún mantenía sus ojos cerrados con la ilusión y la añoranza de que eso no fuera un sueño, hasta que escucho una voz lejana, la cual se hacercaba cada ves más y regreso a la realidad.

-Señorita ya llegamos- dijo el conductor del taxi.

-Mmm... aa... perdón... gracias, ¿cuánto sería?- dijo un poco distraída, había despertado de su sueño; no, no era un sueño; era una realidad que esperaba con ansias, como se esperan los resultados de un examen o la respuesta a un pregunta la cual ha sido muy difícil de encontrar una lógica compleja y directa a tal cuestión.

-Son 29 euros, por favor-el taxista esperaba sosamente la respuesta de la joven distraída, la joven sentada en el asiento trasero de su coche, un taxi.

-Oh, claro-Darcy torpemente saco el dinero requerido de su bolso y se lo entrego al taxista- Muchas gracias-al decir estas últimas palabras Darcy abrió la puerta del taxi y bajo de este, sabiendo que entraría en un mundo nuevo, y se encontraba frente a ella.

Respiraba de manera constante, rápida; esto se podía ver desde lejos gracias al leve movimiento de su pecho, la pequeña capa de sudor que cubrió su terso rostro y el sonoro latido de su corazón.

Respiro profundamente, dando un paso; sentía una gran adrenalina.

Tomo la manija de la puerta y la abrió decidida a no fracasar; miraba todo con curiosidad, todo era nuevo.

Algunas personas pasaban a su lado, ella no las notaba, seguía caminando sumergida en sus propios pensamientos y preocupaciones ¿A qué se refería Atwood con "el nuevo caso"? ¿Ella participaría? ¿Sería interesante? ¿Traumático?; era imposible saberlo. Seguía caminando, deseosa de que sus pasos fueran cortos y lentos, pero no, los nervios y la curiosidad hacían que caminara más rápido, hasta que choco con alguien.

-Lo siento... perdón iba distraída-dijo Darcy, mirando al chico con el cual había chocado.

-Discúlpeme usted a mí-el misterioso chico se disculpó dándole una sonrisa reconfortante-Perdón por molestarla otra vez, pero ¿Conoce a Darcy Archer Baker?

-Mmm... soy yo-Darcy sonrió, con nerviosismo pero aun así su sonrisa era una hermosa combinación de confianza y curiosidad.

-Que buena coincidencia encontrarte, Atwood te está esperando; me mando a mí a buscarte para llevarte a su oficina, como eres nueva pensó que te habías perdido en el edificio-sonrió de la misma manera que antes, esa sonrisa, era tan hermosa.

-Oh, claro, muchas gracias. Aunque seria imposible perderme ya he venido aquí- sonrio.

-No hay de que, soy Nick y creo que seré tu compañero de trabajo-dijo mientras caminaba con confianza, como si esperara a que Darcy lo siguiera y Darcy lo hizo.

- ¿Por dónde deberíamos ir? Aunque he estado aquí, nunca supe específicamente donde quedaba la oficina de Atwood- dijo Darcy dudosa.

-Tranquila ya casi llegamos-dijo entrando al ascensor, espero a que Darcy entrara y pulso el botón al piso 8- Todo estará bien, si trajiste su café las cosas ocurrirán tranquilamente- sonrió.

El café. Darcy lo había olvidado por completo, estaba tan metida es sus pensamientos que se le paso de largo comprar el café para Atwood. Quería que la tierra se la tragara en ese momento, se sentía muy mal; pero no se podía quedar de brazos cruzados.

- ¿Hay alguna máquina de café aquí cerca?-pregunto a Nick esperando a que este le respondiera un "sí" como si esa respuesta dependiera de su propia vida.

-Mmm... creó que si pero está en el piso 5- dijo un tanto confundido y pensativo.

-Gracias, ahora ¿podrías llevarme al piso número 5 por favor?- pidió Darcy un poco tímida.

-Claro, vamos.

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Atwood estaba sentado detrás del escritorio esperando a que uno de sus mejores detectives, Nick Walker llegara con la novata Darcy Archer para que comenzara a trabajar lo más rápido posible. Tomaba un café mientras esperaba; sabía muy bien que le había pedido un café a Darcy y aunque tuviera su propia máquina para hacer café en su oficina necesitaba saber con seguridad si Darcy podría cumplir con lo que se le pidiera; pero ya lleva más de media hora de retraso y para Atwood eso era imperdonable. Tan solo esperaba con ansias que llegara.

La invasión de la inocenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora