Extra 2

1.5K 137 25
                                    

Mike

Desde que el hermano menor de Axel murió, mis padres decidieron meterme en un internado, creían que allí podría recuperar el buen camino.
Axel, Sam, Terry y yo molestabamos Lance porque nos parecía divertido, pero en la noche o en mi soledad, el sentimiento de culpa me invadía. Era solo un niño unos cuantos años menor que yo ¿por que lo hacía? La respuesta es sencilla, quería encajar con los demás.
Cuando salió el videojuego y el anime "Pokemon", yo me había vuelto un gran fanático, hasta el punto de saber el nombre de los 150. Lamentablemente, eso me había causado problemas en el Colegio, para ya no ser rechazado, comencé a ser cruel con Lance y con su pequeña amiga, creo que su nombre era ___.
Los molestabamos con que eran pareja, a Lance le decíamos " Hombrecito" Y a ___ la hija de la bruja, porque si, en todo el pueblo se rumoreaba que la señora Withmore era una bruja.
Cuando fue la mordida, algo dentro de mi me decía que esa niña no tenía que ver tal atrocidad, así que la lleve lo mas lejos posible de ese lugar.

En el internado otra vez era excluido, no porque los demás lo hacían, era porque yo quería estar apartado de todo el mundo. Pero eso cambio cuando Jeremy llegó.

Cuando lo conocí, Jeremy era un chico bajito y súper Delgado, todo el mundo decía que era un emo corta venas. Por culpa de esos rumores, lo molestaban a diario.
Allí fue cuando mi sentido de la justicia se despertó, haciendo que lo defienda de esos abusones. Allí comenzamos a ser amigos.
Descubrí que a el también le gustaba los pokemones, no pude evitar soltar todo mi fanatismo cuando me entere de aquello, el estaba sorprendido por todo lo que sabía.

Después de tres años allí, a Jeremy y a mi nos retiraron, solo que ya lejos de esa cárcel, no teníamos la misma comunicación.

Ya cuando tenía 18 entre a trabajar a ese estúpido local lleno de robots asesinos. Cuando intente averiguar porque esas cosas se movían de noche, me hecharon. Como agradezco no haber comprado el Antitranspirante esa semana, igual, la falta más grande fue tocar a esos malditos muñecos.

Cuando volvía a casa, una pareja me detuvo. El señor y la señora Withmore.

— disculpa ¿eres Mike Schmidt? — pregunto la señora Withmore.
— si... Soy yo — respondi algo desconfiado.
— podrías responder algunas preguntas? Te prometemos que no va a tomarte mucho tiempo — habló ahora el señor Withmore.

Era raro, antes nunca había hablas con ellos, pensé que eran de esas personas con la que hablas y te da miedo que responda. En realidad eran muy amables y calmados, me hicieron preguntas del lugar en el que trabajaba, no pensé que me creería, pero al parecer la señora Withmore si lo hizo.

— gracias por tu cooperación Mike — dijo la señora antes de subirse al auto — ah, antes de que me olvide — ella se apoyo en la puerta y sonrió — gracias por evitar que mi hija viera la mordida de Fredbear, fue muy amable de tu parte alejarla del lugar — pensé que lo decía con ironía, pero su tono de voz y su posición relajada decían todo lo contrario — nos vemos.

Ella se subió al auto y ambos se fueron. La verdad es que fueron muy extraños, pero preferi no darle importancia.

Tres años después:

Jeremy había salido a comprar algunas cosas de último momento, yo me encontraba viendo una maratón de Pokémon cuando alguien tocó la puerta.
Solté un suspiro, de seguro el Rubio se volvió a olvidar las llaves.
Camine con pesadez y tome mis llaves, apenas abri la puerta recibí un fuerte golpe.
Caí al suelo. Lo único que llegue a ver de mi agresor, era que tenía pantalones morados.

M Y S T E R Y    P L A C E -FNaF Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora