JiMin estaba recibiendo lamidas por parte de su esposo, aprovechaba su escasez de ropa para marcarlo con su olor. Cuando estaba en su forma lobuna se volvía peor, la necesidad era más grande y no podía evitar el instinto que le ordenaba hacerlo. Y con lo cerca que estaba de tener a su cachorro, no podía culpar sus nervios y posesividad.
El joven soltó un quejido cuando su bebé se movió. JungKook comenzó a restregarse en su estómago y eso empeoró el movimiento dentro de su cuerpo.
–Jungoo, no hagas eso, alteras al bebé –intentó agarrar a su marido, que se movía de un lado al otro.
El lobo no podía responderle, pero si podía entender sus palabras. Así que se quedó quieto al instante. Sentado en sus piernas extendidas y mirándolo fijo. Su lobo estaba más atento y en la superficie que nunca, vigilando su entorno en busca de peligros. Era una conducta normal de su parte dominante, en su cabeza solo existía el pensamiento de cuidar a su compañero embarazado.
Extendió la mano y tocó las orejas peludas. Admirando en silencio los pequeños detalles en el pelaje del mayor.
Nunca había sentido la necesidad de cambiar. Su lobo y él estaban en perfecta armonía. Eso era algo muy difícil y estaba feliz por ello. Era una gran ayuda durante el embarazo. No tenía que preocuparse por controlar las ganas de estar en cuatro patas, lo tenía controlado.
En ese sentido era muy distinto a JungKook. Su marido tenía mucha energía y entusiasmo en su cuerpo, la fachada de ser frío no le servía de nada en ese momento. Los instintos de protección eran fuertes. A veces no podía controlar el momento en el que se transformaba. Sucedía y esperaba a calmarse para poder volver a ser humano. Cubrir a JiMin o a los niños con su aroma solía ser suficiente para darle paz. Ahora no, con los nervios a flor de piel, solamente le quedaba esperar hasta que su lobo estaba satisfecho en que su compañero estaba a salvo.
Claramente no era el único afectado. TaeHyung, HoSeok y YoonGi no se salvaban. Ellos no permitían que se acercaran mucho a él. Siempre con la excusa de que debían cuidar a su hermanito/a. JiMin los dejaba, sentía a través de su lazo los sentimientos de sus hijos. Ellos se preocupaban por su salud y porque estuviera bien, no podía regañarlos por eso.
JungKook acercó su hocico a su cuello, dejando baba y lamidas a su paso. Probablemente intentaba marcarlo. El menor no dejaba que lo mordiera siendo un lobo, sus colmillos eran más grandes y filosos, podía hacerle daño sin querer, o dejarle una fea marca por varios días. Sabía que después se sentiría culpable por ello y no podía soportar la angustia de su esposo a través del lazo.
–Creo que ya es suficiente, cambia –empujó a JungKook que se negaba a separarse y lo miró ceñudo, esperando verse tan enojado como pensaba.
Eso fue una total pérdida de tiempo, su esposo sentía ternura al verlo. Cuando estaba enojado de verdad, daba mucho miedo. Pero en casos así, no lograba verse intimidante.
Retrocedió como se le indicó y comenzó a transformarse. Cerró los ojos mientras cambiaba, para después abrirlos al completarlo. Su mirada se enfocó al instante en JiMin. Estaba ruborizado y en sus manos tenía su ropa.
El joven sentía su cuerpo calentarse al ver a JungKook sin nada en su cuerpo, a veces no podía controlar las reacciones que le provocaba. Liberaba feromonas y su entrada se preparaba para recibir. Era vergonzoso en muchos niveles. Y estando embarazado era peor, sus pezones comenzaban a gotear y se sentía débil. Esas eran cosas que prefería evitar.
–Tranquilo, amor –JungKook tomó la ropa en sus manos y comenzó a vestirse– deberás esperar hasta que nazca nuestro cachorro para que te tome de nuevo.
–Claro, no voy a hacerle daño –tocó su estómago abultado, pensando en que pronto tendría a su bebé en sus manos.
JungKook se acercó a su lado y puso una mano sobre la suya, ambos miraban fijamente como su hijo se movía. Park hacía muecas por eso, era lindo de ver, pero dolía bastante.
–El consejo de SeokJin no está funcionando, el aire libre no lo calma.
El, ahora, beta, les había recomendado salir y pasar un rato en el bosque. Eso debía calmar a su bebé lo suficiente como para que no le doliera tanto a JiMin. Y no, seguía igual de doloroso.
–Es por la luna llena, todos nos alteramos –JiMin se apoyó en su costado, buscando calor en el otro cuerpo.
–NamJoon me dará unos tranquilizantes en la noche, sería peligroso que yo saliera estando agresivo –envolvió sus hombros con unos de sus brazos– podría atacar a otros creyendo que son una amenaza para ti.
–Lo sé, espero que no suceda –. JungKook era un lobo fuerte, había sido el beta de la manada por esa razón. Se encargaba de las peleas y siempre estaba ahí por si el alfa lo necesitaba, y no tenía miedo de usar sus puños si alguien amenazaba a su líder. Todavía tenía la misma fuerza, si era mal usada, haría un caos–. Podemos pedirle a Zoa y a su novia que cuiden a los niños. Nosotros deberíamos alejarnos un poco de la actividad principal.
–Si, ellas estarán bien con eso. Están entusiasmadas con la idea de tener cachorros propios –JungKook sonrió y le besó castamente– no puedo culparlas.
–Claro que no– suspiró contento cuando su pareja comenzó a acariciarle el cabello– se está haciendo tarde, debemos reunirnos con los demás.
–Vamos, te ayudaré a levantarte.
Ni JiMin ni JungKook vieron la línea que comenzaba a formarse debajo de su vientre.
Lo más seguro es que sean extras cortos. No quiero desviarme y poner relleno. Espero que quede bien.
Gracias por leer y disculpen los errores [❤️].
(. ❛ ᴗ ❛.)
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Por sus cachorros| кσσкм¡ห
FanficJiMin es echado de su manada, llevando a sus tres hijos con él. Cuando terminan metidos en un territorio al que no pertenecen, JiMin se ve obligado a someterse a un hombre desconocido. Y ahora, nadie puede asegurar que va a pasar, pero JiMin hará lo...