🌀 Segunda Oportunidad 🌀

🔥Infierno en la Tierra🔥

Fue una situación que nunca espero pasar en este mundo ya que después de todo fuera de las murallas hay cosas que comen personas, en otras palabras un enemigo común de la humanidad, algo que no tenían en las naciones elementales y por lo que se generaban las guerras entre las aldeas."Entonces, ¿Porqué ocurrió algo como esto?. . ." Exclamó el hijo mayor de la familia Ackerman mientras veía el cuerpo sin vida de sus padres.

(Flasback on)

Era un día como cualquier otro, fue de cacería y obtuvo un buen botín; luego fue a Shiganshina-ku y sus productos se vendieron mejor de lo normal. Luego se cruzó después de mucho tiempo a su amigo Armin, así pudiendo charlar alegremente sobre lo que podría - o no - haber fuera de las murallas,que si bien Shisui conoce muchos lugares de su mundo, en este talvez se vean distintas. Básicamente estaba siendo un gran día y bastante productivo además.

Cuando se despidió de su amigo rubio, fue en busca de Minerva para regresar a casa, pero en el camino se topó a el doctor de su madre, un hombre delgado, muy alto y de cabello largo café oscuro. Con un fino bigote y una pequeña barba puntiaguda en la barbilla, cejas delgadas y largas, de ojos marrón claro detrás de unos anteojos circulares, Grisha Jaeger, junto a su hijo Eren, que lo miraba con sus ojos son grandes y redondos, de color azul verdoso.

"Buenas tardes Dr. Jaeger, ¿Cómo esta en esta tarde?" Pregunta educadamente el pelinegro a el hombre mayor con una sonrisa en su cara, mientras prepara a Minerva.

"Buenas tardes Shisui-kun, y estoy muy bien, grácias por preguntar" devuelve el hombre antes de proseguir "Ah, y este es mi hijo Eren, ya les hable a tí y a tu hermano sobre el, ¿Recuerdas?" Pregunta con una pequeña sonrisa profesional. "Vamos Eren, saluda"

"Mucho gusto, soy Eren" dijo con una gran sonrisa mientras extendía su mano, cosa que el Uchiha tomo y agitó en un apretón de manos. "Justo ahora estábamos llendo a tu casa, es una gran coincidencia ¿Verdad?, Jaja" dice mientras se apuntaba a el y luego a su padre.

"Si, es una muy grande, ya que yo también ya me dirigía hacía allá" contestaba el ex-Shinobi antes de montar en Minerva "que les parece si vamos juntos, ¿Que dice Dr. Jaeger?" Preguntaba mientras acariciaba el pelaje de su yegua.

"Me parece una buena idea, de esta forma Eren podrá conocerte mejor, y tu a el a su vez" dijo el doctor subiendo a su carruaje junto a su hijo que parecía muy emocionado por conocer amigos nuevos.

"Oye, amigo, umm. . . ¿Como es tu hermana?, ¿Es una buena persona?" Pregunta el niño con un sonrojó que hizo que a el Ackerman se le marca una vena en un enfado encubierto con una amable sonrisa. "¿Hay alguna razón en especial por lo que quieras saber eso Eren?" Preguntó en "calma" el pelinegro a el castaño, mientras continuaban su camino.

"N-no, s-solo quería saber como hablarle para no caerle mal desde el principio" decía el niño mientras agitaba sus manos en negación pacífica. "¿P-por cierto, que hacías aquí en el pueblo?, Mi papá dijo que tenían una casa cerca de los bosques donde habitaba poca gente" cambio el tema a uno menos incómodo.

"¿Eh?, Ah, bueno si vivimos en un lugar así, pero para generar ingresos mi padre y yo vamos de cacería para vender la carne en el pueblo, junto con algunas prendas de ropa y trabajos por el estilo,que realizan mi madre y hermana menor" y así se mantuvieron hablando de varios temas comunes, Eren no era para nada como Armin. En todo caso seria lo contrario siendo una persona testaruda e impulsiva, además de mucho menos inteligente que su rubio amigo pero eso no era exactamente algo malo.

Una vez se acercaron lo suficiente, Shisui sintió que había algo extraño en el ambiente e instantáneamente se puso en guardia, cosa que notó el doctor si el ceño repentino en su cara decía algo, sinceramente esperaba que fuera por que unos bandidos los estaban acechando o algo por el estilo. Pero una repentina ansiedad llenaba su corazón,a la vez que se le secaba la boca mientras llegaban a su casa y nadie los asaltaba, lo que hacía que su corazón enloquezca en un inexplicable miedo.