Profite de Moi ||LUKANETTE|| [+18]

Tu Profiteras de Moi

— No me refería a detenernos. — estaba avergonzada. — me refería a... Ya sabes, ir a un lugar más privado. — lo miró y estaba sumamente sonrojada por su propuesta.

Viperion abrió los ojos en sorpresa.— Lo que órdenes, preciosa.

La tomó nuevamente en brazos y se dirigió a donde sabía, nadie los iba a interrumpir.

— ¿A tu casa? — preguntó la azabache una vez aterrizó sobre el barco. — ¿Y tu mamá y Juleka?

— No te preocupes por eso. Mamá fue a visitar a mis abuelos y Juleka está en el baile, de ahí se irá a casa de Rosita.

No la soltó hasta que llegaron a su habitación, para después cerrar la puerta con seguro por si acaso.

— Antes que nada. — comenzó el chico, tomando sus manos, sentándose en la orilla de su cama y mirando sus ojos grandes y azules. — ¿Estas completamente segura?

Ella asintió, con una sonrisa. — Por supuesto que si. T-te quiero y te deseo, Luka. — dijo en voz baja, más por pena que por otra cosa.

Y éste le devolvió la sonrisa. — Yo también, te quiero y te deseo como no imaginas, Panquesito.— se incorporó sin soltar el agarre de sus manos. — Pero recuerda, que si deseas parar o no te sientes segura, dímelo y yo voy a darte el tiempo que necesites. Por mi no hay ningún inconveniente. — le dio un casto beso en los labios para enseguida invocar su destransformación.

Cuando ella abrió los ojos, tras el destello que le quitaba sus poderes, ella quedó impresionada por lo que vio.

— ¿Tú...? ¿¡Fuiste al baile?! — Luka se limitó a sonreír y encogerse de hombros.

Llevaba puesto un pantalón formal, unos converse completamente negros,  una camisa blanca complementada con la corbata negra y un saco que remango hasta los codos, dejando ver el tatuaje de su antebrazo. 

— ¡Ay, Luka, cuanto lo siento!— soltó sus manos para abrazarlo. — Perdoname, pero Juleka dijo que no te gustaban y... Ay Dios santo, ¿por qué eres tan lindo conmigo? — se aferró a él pero éste la sujeto por los hombros para que lo mirase mientras reía.

— No te preocupes por eso. Porque gracias a que no fuiste al baile, estamos aquí ahora. Y ambos sabemos ya lo que sentimos.— la tranquilizó y volvió a tomar posesión de sus dulces labios.

No tardaron en que intensificara aquel beso y las siguientes caricias. Marinette, valientemente dio el primer paso y, sobando sus hombros y espalda, le fue retirando el saco al oji-azul; luego continuó con la corbata que él ya se quería arrancar y la camisa desabotonandola de manera rápida. Se la quitó, dejando el torso del joven desnudo y éste dándole el tiempo que ella quisiese para admirarlo, tocarlo y darle besitos que iban  desde el cuello hasta el ombligo.

La tomó del las mejillas para seguir deleitandose con besos que esperaba nunca terminaran.

Lo siguiente que hizo fue apartar el cabello que le estorbaba al frente y volver a atacar su cuello con la humedad de sus besos y lengua, haciéndola jadear.

Tanteo su espalda, sin éxito en la búsqueda de lo que pudiese desabrochar el vestido de la chica.

— ¿Buscabas esto? — preguntó divertida, apartándose ligeramente y enseñando su lado derecho, donde oculto estaba el cierre del vestido.

Luka le sonrío con picardía y fue bajando el cierre, con sus manos bajó los tirantes sobre los hombros, aprovechando para acariciar su piel, y lentamente fue bajando el vestido, muy atento a las expresiones de su chica para asegurarse de que seguía consensuando sus acciones.