« 42 »

1.1K 163 35
                                    

Por mucho que no quisiera que vinieran, las chicas no querían dejarme sola al llegar a mi casa, mis padres estuvieron al corriente de todo lo que había ocurrido, miraron a Soo Young con tristeza y luego a mí.

- Vamos a intentar que entren en razón… - comentó mi padre al abrazarme entre sus brazos, dejando un ligero beso sobre mi frente.

- JungEun cariño, si quieres lleva a las chicas al cuarto de Jiwoo, ahora nos toca a nosotros actuar, ¿sí? – acarició mi madre el brazo de la rubia, ella solo asintió y las llevó arriba.

- Mucha suerte, mis padres son algo cabezones… cuesta mucho que entren en razón… - Suspiró tristemente Yves.

- Intentaremos dar lo mejor de nosotros…

Al rato, sobre las 10 de la mañana, sonó el timbre de la puerta, mis piernas no dejaron de temblar desde que volvimos, estaba demasiado nerviosa y tensa, sentí que no estaba preparada para ese momento, iba a conocer a los padres de Soo Young de la peor manera que podría existir en el mundo...

Los tres nos encaminamos a la puerta, yo tomé la iniciativa de abrir, encontrándome cara a cara con el exnovio de Soo Young, por detrás estaban los padres de ella con cara de pocos amigos, no sabía que él también iba a estar presente y eso empeoraba las cosas, ya nos caíamos mal, ahora me querría hacer la vida imposible...

- Ella es la degenerada de la que os hablaba… – escupió sin temor Eun-Woo entrando un poco dentro de la casa, señalándome con su asqueroso dedo índice. – Seguramente se encuentre Soo Young aquí, no puede estar en otro sitio.

- Cállate. – le dije seriamente, él solo sonreía maliciosamente.

- Queremos hablar con vosotros... – dijo firmemente el señor Ha.

- Pasen… - les invitó mi madre.

Llegamos a mi salón, ellos se sentaron sobre el sofá, mientras mis padres estaban recostados sobre la mesa.

- Primero que todo… - dijo mi padre con tono firme y seguro. – espero que respeten a mi hija por su condición sexual y que esto no llegue a otros niveles, ya me entienden…

- ¡Pues de eso queríamos precisamente hablar! – gritó la señora Ha, se notaba su nerviosismo a flor de piel. – ¡desde que su hija se adentró en la vida de Soo Young, le ha estado metiendo cosas en la cabeza!

- La ha alejado de mí. – comentó Eun-Woo agarrando con fuerza su camisa. – no sabéis lo que me duele… - falso, así se veía.

- Pero eso no es culpa de Jiwoo… - contestó mi madre comenzándose a enfadar. – a vuestra hija también le pueden gustar las chicas…

- ¡No! – gritó el padre de Soo Young, levantándose del sofá donde se encontraba. – mi hija no está enferma como la suya, me niego rotundamente a lo que dice, nunca se ha comportado así, por lo que, si no quiere meterse en problemas, controle a la desviada de su hija, si no quiere que la denuncie por acoso a mi Soo Young.

- Debería darte vergüenza, has destrozado la cabeza de mi hija, has destruido nuestros planes de boda, has desmoronado toda nuestra perfecta familia… - se acercó peligrosamente la señora Ha a donde estaba yo.

Me sentí tan impotente que comencé a sollozar delante de todos, sentía tanto ser como era delante de aquellas personas, que solo querían el mal para mí…

- Ahora llora maldita seas… - susurró con mucha rabia la mujer.

- No se acerque más a mi hija. – mi madre me abrazó fuerte entre sus brazos, apartando a aquella mujer de mi lado.

- Debería daros vergüenza tener una hija así, normal que todos os miren mal. – espetó Eun-Woo. – ¿por qué simplemente no te has metido en nuestra relación? Estábamos súper bien, llegas tú y todo se va a la mierda. – siguió. - Podrías haberte buscado a otra enferma mental como tu… - llevó su mano a un pequeño aparato que tenía en su oreja. - chicos, entrad a buscar en la casa.

Varios guardias aparecieron por la puerta, subiendo al piso de arriba, otros buscaban por la parte baja…

- No… no… - temblaba entre los brazos de mi madre. – yo no hice nada malo, ella tampoco…

Atraparon a Soo Young, detrás también se encontraban Jinsoul y Kim Lip, cogidas por los brazos.

- ¡Soltadme imbéciles!  – gritaba JungEun con enfado.

- Me duele… - sollozó Jinsoul por el agarre del hombre.

¡Soo Young! – fingió Eun-Woo quitarse un gran pesar de sí mismo, corriendo hacia ella. – Estaba muy preocupado por ti amor… - lloró falsamente abrazando a la chica que me había robado el corazón.

Sus padres se levantaron de allí, solo cogiendo a Soo Young y soltando a las demás.

- Si veo a la enferma de tu hija cerca de la mía, juro que no lo pasará bien. – dijo con una sonrisa bastante fingida en su rostro. – juro que haré todo lo posible para que vaya a la pena de muerte.

Dicho esto, se giró sobre sus talones con su mujer y se marchó junto con Yves, quien no apartó la vista de mi ni un segundo, cerrándose la puerta para después quedarse todo en un inmenso silencio donde solo se escuchaban mis sollozos.

- Cariño, ya está… - acariciaba mi espalda suavemente. – te prometo que no te tocarán y por muy mal que se vean las parejas homosexuales aquí, no voy a permitir que ese hombre ponga una denuncia sobre ti y más que te maten por tu condición… no estamos en 1920, cuando había guerra… aquí se supone que ya es legal…

- Nos tienes a nosotros también y a tus amigas… - señaló mi padre a las dos rubias, las cuales tenían una sonrisa torcida.

- Siempre vamos a estar para ti, Jiwoo, nunca nos pasará nada… - Jinsoul se acercó a mí para tocar mi cabeza y después fundirnos en un abrazo de tres junto con Kim Lip.

- Cuando se calmen un poco las cosas, iremos a por Soo Young, la sacaremos de toda la mierda donde está viviendo. – esbozó una ligera sonrisa de esperanza Kim Lip.

Así sería, esto no se podía quedar así, ella no merecía ser tratada así.

Soo Young ya tenía una edad para decidir por sí sola y no ser controlada ni por su familia, ni por su ‘novio’ quien solo la quería por diversión.

«𝒳ℐ𝒱𝒳» (𝒞𝒽𝓊𝓊𝓋𝑒𝓈) 🐧🦢Donde viven las historias. Descúbrelo ahora