el recuerdo

Sujetas del miedo

Mientras me dirigía al domicilio de Susy pensaba en como seria su reacción al verme, ya que hace tiempo que no tenemos comunicación, al llegar a su casa toque la puerta un par de veces, esperando a que abriera, pero me lleve una sorpresa al ver a una mujer que no conocía salir por la puerta.

-Si, ¿Puedo ayudarte en algo?

- Perdón la molestia, pero ¿Qué no es esta la dirección de Susy Benson? -Dije algo confundida.

- Oh! Lo siento cariño, hace tiempo que ya no vive aquí, pero seguramente la encontraras en la preparatoria Oregon, escuche que trabaja ahí como maestra -Dijo amablemente.

- Muchas gracias y perdone las molestias - Dije un tanto apenada y ella solo sonrió antes de cerrar la puerta.

Emprendí mi camino a la preparatoria con la esperanza de poder encontrar a Susy, al llegar me dirigí hacia un grupo de chicos que paseaban en el patio, así que les pregunte por la maestra Susy y ellos me indicaron donde se encontraba, les agradecí y fui hasta la sala de maestros donde se encontraba. Para mi fortuna ahí estaba y lo mejor de todo era que estaba sola, así que podríamos platicar sin problema alguno.

-Susy! ¿Estas ocupada? -dije asomandome por la puerta.
- Oh Anna! No claro que no pásate, ¿Cuánto tiempo sin vernos? -dijo levantándose de su asiento para abrazarme.
- Si, ya ha pasado el tiempo, pero con tanto trabajo sabes que es difícil salir.

Y así comenzamos a platicar de nuestra vida como estudiantes, hasta que me atreví a preguntarle sobre aquellas fotos que me llegaron, pero ella tampoco recordaba quien era aquella chica, Al poco rato me comento que recibió  una carta en la cual tenía escrito "a casó ya lo olvidaste", en ese momento recordé aquella carta que deje en mi casa, le comenté eso a Susy, ella me dijo que deberíamos ir por ella para ver que dice, al llegar baje del auto y me dirigí hacia la puerta, Susy venía tras de mi, pero al abrirla y dar unos cuántos pasos dentro, sentí un golpe en la cabeza y todo se tornó color negro.

Cuándo desperté estaba sujeta de pies y manos con grilletes a una silla a mi lado pude visualizar a Susy, pero habian tres chicas más, las cuáles no reconocía,  no entendía lo que estaba pasando.