Capítulo Único

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Hace mucho tiempo, más del que se puede contar, existió una pequeña aldea rodeada de un frondoso bosque encantado. Entre los habitantes de ésta, se contaban relatos, tan viejos, como el bosque mismo. Estos se pasaban de generación en generación, de persona en persona; entre los viajeros que pasaban unas cuantas noches y entre los gitanos que se quedaban con sus caravanas.

De entre todas esas historias, había una en especial. Aquella historia contaba el origen de la hermosa y solitaria flor blanca que adornaba uno de los viejos senderos que daban hacia el bosque.

Se decía, que esa hermosa flor, fue originada en una trágica historia de amor, o bueno, eso es lo que mi abuela solía contar. Y precisamente sobre esa historia, es que yo les quiero relatar.

En esa misma aldea, hace mucho tiempo ya, existió un joven cazador, bastante valiente y muy audaz. Salía de su hogar muy por la mañana, internándose en el bosque mágico, buscando algo para cazar y volvía cuando la noche comenzaba a acechar.

Se cuenta que un día, el joven cazador, mientras vagaba por el bosque mágico, comenzó a escuchar una melodiosa voz. Era tan hermosa, que fue imposible para él no buscar el origen de esta.

Caminó con prisa entre la bruma del bosque encantado, adentrándose un poco más en este, hasta que, después de un rato de búsqueda, detrás de unos espesos arbustos, logró encontrar un enorme sauce, tan grande, que su solo follaje cubría gran parte del cielo y a los pies de este, se percató de la presencia de una hermosa criatura.

Era un chico, hermoso y delgado de cabello castaño, el cual, era el propietario de tan hermosa voz. Quedó flechado al momento, perdidamente enamorado del joven a los pies del sauce.

Mientras miraba a la maravillosa criatura a hurtadillas, recordó las pláticas de las mujeres ancianas locas en el pueblo.

Hadas

Éstas hermosas criaturas que habitaban en la naturaleza, de excelente apariencia con una voz sumamente agradable y si él estaba en lo correcto, el joven ante sus ojos era un hada. Después de todo, esas viejas mujeres, no estaba tan locas.

Sin poder contenerse más, salió de su escondite, sintiéndose llamado por la hermosa voz. Pero no pudo avanzar más, ya que un círculo de setas rojas rodeaba al sauce y a la criatura, impidiendo su paso.

El joven al ver al cazador, detuvo su cantar y lo miró atentamente.

-Lamento importunarte, te escuché cantar y quise conocer el rostro del dueño de tan hermosa voz.- Dijo el cazador, mientras contemplaba los hermosos ojos castaños del joven.- Mi nombre es Sehun, provengo de una aldea cercana, ¿tú quién eres?-

-Luhan...- Contestó simplemente el joven sin apartar su vista del extraño.

-Tu nombre es hermoso, tan hermoso como tú.- Exclamó el joven cazador. -¿Podrías acercarte un poco más a mí? – Preguntó amablemente. –Quisiera verte mejor y si gustas, puedo llevarte a que conozcas mi aldea.

Sin embargo, contrario a lo que el cazador esperaba, el joven solo lo miró tranquilamente y negó con su cabeza, mientras se abrazaba al tronco del sauce, no queriendo dejar su lugar.

-Mírame ahora.- Dijo el joven. –Mírame desde ahí, yo no puedo simplemente dejar este lugar.- Contestó. – Puedes escucharme cantar todo lo que quieras, pero yo no puedo seguirte a donde tú te diriges.

El cazador comprendió que tal vez el joven era desconfiado, por lo que solo se disculpó y dijo que se retiraría, ya que se estaba haciendo tarde y así lo hizo.

Más, al día siguiente, el joven cazador volvió al bosque, ésta vez, con una hermosa flor amarilla en una de sus manos, caminó con paso firme y con la ilusión de ver a la pequeña criatura de quien se había enamorado perdidamente.

El Hada y El SauceWhere stories live. Discover now