Alma que siente, alma ardiente.

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Tuve una relación muy dura, a la que le dedique todo mi corazón y todo mi tiempo.
Me moría de futuros con esa persona, pero no me daba cuenta de que estaba encerrada en un presente y que si no salía de ahí me hubiera roto en pequeños pedazos.
Le quise como nunca quise a nadie, le quise incluso cuando me hacía sentir mal, le quise, a él, y no me quise a mí. ¿Te lo puedes creer?
Y decidí irme, me fuí siendo una cobarde, sin decirle que mis mejores momentos no habían sido con él sino con ( S. A. E. ) mientras estaba con él.
Nunca le hubiese hecho eso, no hubiera sido capaz de hacerle daño, pero... ¿sabes porqué lo hice? Porque cuando sientes de verdad, vives, y eso quería yo, vivir.
A las personas nos jode cuándo alguien no está con nosotros, cuando no tenemos aquellos momentos que teníamos y disfrutábamos, aquellos que nos hacían sentir vivos y llenos.
Siempre he sido de las que dicen que hay que arriesgarse, descubrir, experimentar... La duda del qué podría haber sido duele más que la hostia del saber que no funcionó y yo, me la he llevado.
Nadie que no se arriesgue será feliz, nadie que no se pierda se encontrará, nadie que no se equivoque aprenderá, nadie que no lo intente ganará.
Me he arriesgado y ya no me he quedado con la duda, me he equivocado pero he aprendido a distinguir las formas en las que quiero.
No estamos destinados, somos mucho mejor personas cuando estamos juntos y libres que cuando estamos unidos.

𝑷𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒎𝒂𝒓𝒄𝒂𝒏 𝒚 𝒔𝒆𝒏𝒔𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔 𝒒𝒖𝒆 𝒕𝒂𝒎𝒃𝒊𝒆𝒏.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora