En una azotea se encontraban Alexa y David, este último con una pistola en su mano derecha
-¡Vamos! ¡Dispara! ¡Yo misma le puse las balas!-
David se quedo quieto mirándola con sus ojos que no paraban de soltar lágrimas
-No pensé que serías un maricón David, pensé que tendrías huevos a disparar-
-Yo no se si pueda hacerlo.... - Respondió David sin fuerzas
-¡VAMOS! ¡no estuviste esperando tanto tiempo para esto para que ahora te eches atrás!- Y finalmente se oyó un disparo -Vaya lo has hecho- Alexa se acerco al cuerpo de su ya muerto novio -No pensé que tendrías los huevos a suicidarte- Le dejo un beso en la frente agarro la pistola y se marcho con han sonrisa sádica en su rostro