Serendipia. [ Au MLB]

Capítulo Único.

"No sabia lo que era magia... hasta que te conocí."

Si decir a viva voz que la magia era real en este reino era un regreso sin retorno hacia los calabozo ya que eso en contra de los  mandatos de corona por lo cual, cualquiera que era escuchado o en peores casos atrapado o acusado de hechicería o "magia" era condenado sin reparo. 

Así es en reino de París, mi madre trabaja para la familia real es la cociera encargada de todo lo que respecta de la comida en el palacio real y vaya que era duro, mi madre aprendió mucho al venir aquí ya que mi padre era uno de soldados de la guardia real... sin embargo el murió hace diecinueve años atrás... un mes después de que nacieran Etta y Ella, mis hermanas gemelas, cuando yo tenia cuatro años y mi hermana Nora tenia siete años.

Todas tenemos la tez morena y delicada cual pétalo como nos decía mamá, todas teníamos los ojos similares de papá, color ámbar claro u oscuro en el caso de las gemelas, al igual que el cabello, ondulado y color castaño oscuro el cual brillaba con los rayos del sol dando un tono rojizo suave.

Sin embargo y a pesar de ello, mi madre y mis hermas nos hemos apoyado ante todo, sin olvidar de donde venimos y quienes somos y así fue como conocí a mi mejor amiga. Marinette Dupain-Cheng. Ella apenas tenia cinco años cuando mi madre no tenia para alimentarnos y con lo ultimo que nos quedaba fuimos a compra una hogaza de pan la cual costaba más de lo que tenia y ella bajo del banco en el cual estaba y sin temor alguno me lo dio. Aunque ella solo recuerde cuando me volvió a ver el un pequeño pardo cuando fue a recoger flores 

—Ten. —Esas habían sido las palabras de la joven de mirada azulada. —

Lo que hice fue darle las gracias a esa pequeña y tratar de darle el dinero, más esta me detuvo y negó con su cabeza. Vaya que era un ser con una bondad demasiado grande para esta época en la cual a nadie se le ocurría ayudar a las personas. Así fue naciendo la amistad con ella, poco a poco la amistad floreció y le conté de donde venia, y ella me contó lo que había sucedido con sus padres y como la habían criado sus hermanos siendo muy protectores con ella.

Más en las tardes que salíamos eran las más bella al ver como nos divertíamos todas, siendo así que poco a poco Marinette fue parte de mi familia, siendo ella quien me logro ayudar para entrar a trabajar en una pequeña costurera en donde realizaban diferentes prendas para la familia real.

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Decir que estaba molesta era poco comparado con lo que estaría la hermana de Marinette si no la encontraba, esa niña se me escondido en algún lugar  del salón real el cual estaba de fiesta por el festival del verano,  la verdad me aterraba la idea de que se perdiera y jamas la dejaran salir, al estar caminando por uno  de los pasillos que fue el ultimo lugar en donde la habían visto y con mis pensamientos de donde se pudo haber metido no sentí cuando choque contra alguien y esperando el contacto de mi cuerpo contra el piso el cual no llego por unos brazos que estaban sujetando mi cintura.

— ¡¡ Podrías ver por donde vas torpe.!!  —Grite levantando mi cabeza para poder ver al bruto que había chocado conmigo e insultarlo por no ver por donde iba... claro que yo estaba igual pero el se atravesó por mi camino. —

Al momento en que lo hice por un momento mi cabeza dejo de funcionar solo podía ver los ojos ambarinos de aquel joven que me estaba sosteniendo, por lo que podía ver, su físico era de el de un joven robusto y fuerte y lo podía notar por los brazos que me sostenía.

— Perdone señorita bocona... pero la que iba sin fijarse su rumbo era usted.— Contesto con una voz que me aturdió por un segundo, más al darnos cuenta de nuestra excesiva cercanía me enderezo y soltó. —