Ya llevo una semana observandola. No puedo con tal belleza, nunca creí en el amor a primera vista, pero con ella siento que todo es posible. Esa tarde de regreso a mi casa la vi donde siempre se sienta. Yo paso al lado de ella y siento un halón por parte de mi maletin, volteo para mirar que pasa y veo que ella es la que me haló, me quedo mirandola y ella me pregunta:
—te quieres sentar a mi lado?— yo me quedo sorprendido por tal pregunta, que no le contesto nada. Le quiero contestar, pero se me hace un nudo en la garganta que no deja que mis palabras salgan de mi boca. Ella chasquea los dedos y sacude su mano enfrente de mi cara. Yo reacciono y me siento a su lado todo el viaje. No nos dirijimos una sola palabra. Hubo muchas cosas que le queria preguntar, pero estaba tan nervioso que no le pude decir ni HOLA. Me siento tan incomodo y siento que ella se siente igual.
Ya llego mi hora de bajada, la volteo a mirar y esta mirando la ventana, lo cual es usual en ella. No me pude despedir de ella, y al salir del metro me siento tan idiota por no dirigirle la palabra que estoy furioso con migo mismo que lo unico que hago es llegar a mi casa y tumbarme en la cama. Lo único que pienso es: mañana será un nuevo día. Si mi boca me deja, tal vez pueda decirle HOLA.
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la chica del broche
Romanceun chico impresionado con la belleza de una pasajera del metro.un amor imposible pero incluso lo imposible es posible.