Dos

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El lugar en donde se encontraba era tranquilo, había una especie de fuente en frente de ella, el fluido que salía de ella era de un color blanco, casi plateado. La fuente tenía un aspecto antiguo, aunque bien cuidado. No lograba distinguir nada más alrededor de ella debido a una espesa niebla que rodeaba el lugar.

—¿Hola? — llamó a la nada. —¿Juliana?

—Valentina —. Habló una voz, esta era suave y calmante. Sonaba familiar, hizo que Valentina se sintiera en paz.

—Disculpa, yo no sé qué es este lugar, pero tengo que irme, ¿podrías decirme dónde está la salida?

—Me temo que eso no será posible. — La voz le contestó, impasible.

El corazón de Valentina se detuvo.

— ¿Qué? No sé quién eres, pero en verdad necesito irme de aquí.

El contorno de una figura se comenzó a distinguir a unos metros de ella. Valentina entrecerró los ojos para poder verla mejor.

Tenía apariencia femenina; alta y delgada, con el cabello corto y piel pálida. Se movía con gracia, aun cuando la niebla hacía casi imposible ver hacia donde iba.

Cuando estuvo lo suficiente cerca de ella para que la niebla no oscureciera su rostro, le habló: —Valentina Carvajal, he escuchado mucho sobre ti. — La castaña frunció el ceño, a pesar de que su voz le sonaba familiar, el aspecto de la persona en frente de ella no le parecía conocida en lo absoluto.

—Perdona, pero no te conozco.

La figura le sonrió casi imperceptiblemente —No hay problema, yo te conozco a ti.

—De verdad me gustaría saber de qué demonios hablas, pero, como ya dije antes: tengo que irme, mi prometida debe estar preocupada. —Valentina comenzó a desesperarse. Juliana iba a matarla cuando llegara a casa, ¡y Valentina no podía culparla! Había desaparecido minutos después de proponerle matrimonio. Eso ameritaba un poco de enojo.

—No puedes irte, —le dijo con un tono de voz neutral, sus facciones no delataban ninguna emoción—, lo siento.

—¿Fui secuestrada? — Valentina no entendía la situación con esta persona.

—No, Valentina, estás muerta.

El corazón de Valentina se detuvo de nuevo, las palabras desataron una corriente eléctrica por su columna vertebral. —¡No! No es posible, yo- yo acabo de comprometerme, tengo veinticuatro años... estás... ¡estás mintiendo! — Su respiración se aceleró y sintió un dolor agudo en el lado izquierdo de su abdomen. Se sentó en el suelo, tratando de calmar su pulso errático.

Imágenes pasaron por su mente: Juliana sosteniendo su mano y llorando por ayuda, la mujer paramédicoque le decía que se quedara con ella, el choque eléctrico del desfibrilador en su pecho y, más recientemente, la nada.

Valentina no supo qué tanto tiempo se quedó en el suelo, pero imaginaba que bastante, ya que había perdido la sensación en sus piernas.

—Si en verdad estoy muerta -que en verdad no creo- ¿quién eres tú?

—Eres mexicana, ¿no? — Valentina asintió, confundida, ¿eso que tenía que ver? — Puedes llamarme Mictlantecuhtli o Mictla, como gustes. Aunque cualquier sinónimo de Muerte está bien. Respondo a Osiris, Hades, Tánatos, Bragi, Nergal, etcétera. Lo que sea menos "La Flaca", es algo ofensivo, ¿no crees?

—¿No son todos ellos hombres? Digo, tradicionalmente. —Valentina estaba MUY confundida.

—Soy una deidad, además, el género es una construcción social —le contestó Mictla en un tono aburrido.

—Como sea. Si en verdad estoy muerta, ¿qué es este lugar? ¿Estoy en el purgatorio? ¿O el cielo? No creo estar en el infierno, o tal vez si, por lesbiana.

—¿Siempre eres así de platicadora? — Mictla sacudió la cabeza. —Mira, no voy a andarme con rodeos, tu caso es uno especial, debo admitir que me equivoqué contigo. ¿Sabes cómo cuando alguien muere todos siempre dicen "no era su turno" o "fue demasiado pronto"? eso casi nunca es cierto, la probabilidad de que una muerte sea un error es algo así como una en siete punto ocho billones. Tu fuiste ese uno.

Valentina se ahogó con su propia saliva —¿Qué? —preguntó con la voz quebrada.

Mictla rodó los ojos —El día de tu muerte, debió haber muerto la señorita Valentina Carbajal, con B, yo me equivoqué, y la muerte que estaba programada para ella, se pasó para ti.

La mandíbula de Valentina tocó el suelo, esto no podía ser cierto. 




Ya prometo que va a haber una actualización cada semana, nada de actualizar una vez al mes.

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⏰ Última actualización: Aug 09, 2019 ⏰

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The Deep End | JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora