《El que no es lo suficientemente valiente como para tomar riesgos no va a lograr nada en la vida》~G.G.
—Flashback—
Un niño de unos once o doce años corría a través de la sabana delante de una leona furiosa y hambrienta, seguida por sus cachorros que aprendían de ella. Sus rizos pelirrojos ondeaban al viento como una llamarada de fuego sobre su cabeza y una sonrisa pícara se cernía en su rostro, como si le resultase divertido estar a punto de ser devorado por el animal. Se podría decir que era una muestra de valentía pero el exceso de valentía suele llevar a cometer estupideces.
Mientras tanto, la leona iba ganando cada vez más terreno, saboreando ya a su próxima presa, cuando el pelirrojo se paró bruscamente y encaró al depredador. Sus ojos verdes como esmeraldas se clavaron en ella y alzó su mano con toda la seguridad del mundo. El animal, confundido, se paró ante el chico y lo miró.
Dulce error que cometió la leona, ya que quedó hipnotizada ante el pelirrojo, que la manipulaba a su antojo. Él empezó a acariciar al animal, embelesado por su belleza. Definitivamente el león es y será siempre su animal favorito. Podría ser un poco descuidado a veces, pero era la demostración pura de la nobleza en un ser vivo.
Los cachorros se aproximaron a su madre con cautela, no era normal ese comportamiento en ella y lo sabían.
El chico dejó de acariciar a la leona y se aproximó a sus crías, sentándose en el duro y seco suelo para estar más o menos a su altura. Ellas retrocedieron.
—No tenéis porqué tenerme miedo, no os haré daño. Soy vuestro amigo —dijo con su dulce voz, mientras acariciaba una de las patas de su madre—. ¿Lo veis?
Poco a poco, los cachorros se fueron acercando al pelirrojo, cogiendo más confianza y, unos minutos después, ya se abalanzaban sobre él jugueteando con sus zarpas y dientes entre ellos y con el chico mientras él reía a carcajadas.
No supo cuanto tiempo estuvo así con las crías, supuso que algunas horas, ya que ya estaba anocheciendo cuando escuchó esa voz tan familiar para él.
—¡Godric! —escuchó que ella lo llamaba a lo lejos. Era hora de despedirse.
—Lo siento, me tengo que ir... —murmuró él, para después salir corriendo en dirección a la voz que le llamaba, dejando a la leona con sus cachorros bastante confundida.
Una chica de tez oscura y rastas de un color similar le esperaba debajo de un árbol, de brazos cruzados, mirándolo desaprobatoriamente cuando lo vio llegar. Todo su torso desnudo, piernas, brazos y rostro estaban cubiertos por rasguños y cortes, a causa de su jugueteo con los leones. Él le dedicó una sonrisa pícara.
—¿Qué? Tengo derecho a divertirme, ¿no? —replicó él ante la mirada furiosa de la niña de once años.
—Tus padres te buscan —se limitó a responder ella. Estaba enfadada.
—No te pongas así, bella, solo estaba jugando con mis amigos...
—Ya, pues tus "amigos" —dijo, haciendo comillas con sus dedos—, te han vuelto a hacer heridas —le reprendió, paseando sus ojos azules por todo el cuerpo descubierto del pelirrojo.
El chico se repasó a sí mismo con la mirada, empezando a ser consciente de la reprimenda que se llevaría por parte de sus padres.
—Oups... Vaya... ¿Me curas? —preguntó Godric, suplicante. La chica lo miró con suspicacia—. Por favor, Lewa...
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The founders ➵ Crónicas perdidas
FanfictionGryffindor es aquel valiente y noble. Ravenclaw es aquel inteligente y creativo. Hufflepuff es aquel trabajador y leal a los suyos. Slytherin es aquel que es ambicioso y perseverante. Pero... ¿Quiénes son aquellos que decidieron que eso sería así? ¿...