Me llamo Melisa Fodou tengo 15 años y esta historia la empezaré a contar desde que tenia 8 años e iba en la primaria y si ya habrás relacionado mi apellido con Foudo Akio mi hermano problemático el cual he tenido que soportar bastantes años, durante...
Estaba a un día de entrar al Instituto Imperial y ese mismo día me despedí de Goenji, al llegar a casa mi madre estaba alistando mis útiles nuevos y mi uniforme, pero realmente yo no me sentía a gusto en casa, así que decidí ir a jugar un rato a las canchas de fútbol y por lo regular a esta hora siempre están solas y es lo que necesitaba, poder entrenar sola, al llegar ahí, vi que se encontraba una persona jugando con unos niños, pero al parecer ya estaban acabando su practica, ¡genial! - exclame, esperé a que todos se fueran, pero al parecer el portero no se iba, después de un rato, la cancha estaba vacía, excepto la portería.
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Bueno, no importa que solo quede él, la cancha es muy grande, así que no le estorbare.
Terminé de calentar y sentí la mirada de alguien, cuando volteé a ver quien era, era ese mismo chico, y se estaba acercando, por lo que empecé a correr con el balón, como si estuviera entrenando, después de que empecé a correr ya no vi al chico siguiendo me, así que me aproxime a la portería dispuesta a notar y en eso ese chico se para en la portería y me dice con una hermosa voz:
Genda: ¡¡vamos, tira!!
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Melisa: +- pero como es que llegó ahí, si ya no estaba, aún así hice lo que me pidió y tire, no fue un super tiro, solo tire y ya-+
Genda detiene el gol con una sola mano sin la menor fuerza
Genda: ¡vaya!, ¡nada mal eh!, vamos tira de nuevo, +- me regresa el balón-+
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