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Gabriel miro con esos orbes violetas al que alguna vez había sido un demonio.

—¿Entonces? Si quieres algo, solo dilo y ya.

—Quiero casarme con mi ángel...

Beelzebu se vio sorprendida ante tal petición. Se escuchaba simple, algo que en realidad no era la gran cosa, pero la forma en la que lo había dicho, eso removió algo en su interior. Gabriel estaba confundido, estuvo apuntó de gritar que esa era una estúpida manera de gastar un milagro. ¡Podía pedir cualquier otra cosa! Pero la mirada de Beelzebu lo hizo callar de inmediato.

—Dalo por hecho...

*

Todo habia pasado muy rápido.

Habían planeado que todo fuera un poco más pequeño y privado, no les importaba mucho que fuera una enorme ceremonia en algún elegante lugar, con cristalería fina o esas tonterías de las que las personas sueles alardear cuando se casaban. No, nada de eso era impotente, solo les importaba estar juntos y unir sus vidas.

Con la ayuda de Beelzebu, la organización de una boda pequeña en el jardín trasero de su hogar había sido cosa sencilla. Habían colocado unas pocas sillas de madera que estaban a ambos lados de un pequeño caminó blanco cubierto de pétalos de flores blancas. Se había colocado un altar al final del camino que estaba forrado enteramente de flores que iban en colores blanco, hueso, beige y unas pocas rosas que resaltaban hermosamente con la claridad de la gama de colores.

Habían decidido tener unos pocos invitados. Anathema Device y Newton Pulcifer fueron los primeros en ser contemplados, los cuales hablaron sobre llevar a Adan y la pareja aceptó. A regañadientes aceptó que Gabriel estuviera en la ceremonia, además de, por supuesto, Beelzebu. Mándame Tracy y el señor Shadwell también recibieron una invitación. Era cierto, no tenían muchos amigos, pero así era mejor.

Anathema había llegado junto a Adan y Newton. Crowley estaba con Anel, la había enfundado en un hermoso vestidito blanco con algunos detallitos en rosa y unos zapatitos que Aziraphale había comprado e iban a juego a la perfección con el lindo vestido.

—¿Esa es Anel? ¡Por Dios, que grande está! —Exclamó la ocultista. Crowley dejó que la cargará. La pequeña sonrió, parecía agradarle la mujer, Crowley sólo pudo pensar "Traidora" —Es tan linda, Newton, ¿No te parece un encanto?

—Si, lo es... —Sonríe algo nervioso.

—Deberíamos tener un bebé pronto... —Newt casi se ahoga con su propia salíva.

—¿Y en Donde esta Aziraphale? —Pregunta nervioso el joven intentando desviar el tema.

—Madame Tracy se lo llevó, dijo que no debía verlo hasta la ceremonia... —Dice el pelirrojo algo frustrado.  Llevaba un traje completamente negro, así como la camisa y la corbata, con una única rosa blanca en el bolsillo del saco, del lado de su corazón.

—Es de mala suerte ver a la novia... — Canturrea Anathema mientras mese a la bebita con cuidado. Newt se le queda mirando a Crowley.

—¿Que le pasó a tus ojos? — Exclama el no ingeniero en sistemas. —¿¡No eran amarillos y como de lagarto!? —Crowley rueda los ojos.

—Serpiente, ignorante, eran de serpiente. — Se ve su molestia.

—Bueno... ¿Que les paso?

—Soy humano, igual que tu...

—¿¡Humano!?

—Basta, Newton, no lo agobies el día de su boda.

Siguen conversando.

Al otro lado de la habitación estába Beelzebu y Gabriel.

—Espero que lo nuestro pueda llegar a tanto como lo de ellos... —Murmura el demonio.

—¿Hablas enserio, Beel? —Pregunta Gabriel. —No creí que un demonio pensara en matrimonio.. —Se burla.

—¡Claro que no! ¡Estar toda la eternidad contigo debe ser una maldita pesadilla!

—Lo se. Así como estar contigo. —Gabriel se agacha para besarle la mejilla.

*

Adan se había quedado con Anel en la sala, mientras el resto de adultos se alcohólisaban en espera de la pequeña ceremonia. Adan se había divertido pues estaba convenciendose de que todo el alcohol era agua y al escuchar las maldiciones de Crowley, el menor solto una carcajada.

—¿Y tu que me vez? —Le dice a Anel, la cual llevaba un largo rato mirándolo fijamente. —Hay algo muy raro en ti... —  la bebe le sonrie.  Adan parece incomodo, toma el vaso de soda que tenía y le da un sorbo. Casi lo escupe al notar que era leche. —¡Fuiste tu! —Anel suelta un par de risas y aplaude. — Yo también puedo hacer esas cosas. No eres especial...

—Bobo... —Adan frunce el ceño.

—Ojalá nunca hubiera hecho que el ángel pudiera embarazarse...

*

Y ahí estaba Crowley. Parado con la frente en alto en el altar, hay un juez algo mayor que es el que va a oficiar la ceremonia.

Los pocos invitados están sentados en las sillas en espera de Aziraphale. Crowley le daba furtivas miradas a su hijita que estaba en el regazo de Anathema. Había un lindo cuarteto de cuerdas que empezó a tocar una usual marcha nupcial, todos se giraron y observaron a Aziraphale, en un lindo traje color crema, camisa blanca  y una flor roja en el bolsillo de su saco.

Crowley lo miró, y fue como si hubiese dejado de respirar en ese instante. Su ángel, estaba hermoso como toda la vida. Lo amaba, lo amaba tanto. Camino lentamente por en medio de las sillas hasta llegar junto a su amado, Crowley le tendió la mano y Aziraphale la aceptó con una tímida sonrisa.

Hablar sobre los usuales protocolos de una ceremonia podría ser algo tedioso, pero, ciertamente ninguno de los dos prestaba atención, sólo se miraban el uno al otro, como si no hubiera nada más en el mundo. Por fin, después de seis mil años estaban juntos, prometiendose amor eterno.

—Yo, Anthony J. Crowley, podría jurar amarte y respetarte hasta el final de mis días, pero, no tengo intención de hacerlo, por que las promesas se rompen. He pasado, un muy largo tiempo deseando este momento, tenerte a mi lado y poder decirte que te amo, sabiendo que, tu sientes lo mismo... Aziraphale, te amo, y mi vida sin ti no es nada. Me has dado lo que cualquier hombre necesita y anhela, amor, una familia y tu total aceptación Apesar de los errores que llegue a cometer en el pasado. —tomó delicadamente la mano del ángel y deslizó con suavidad el anillo en su dedo anular. Era un anillo negro completamente.— Jamas me alejaría de ti, por que perderte seria perder lo más preciado que hay en mi vida. Te he amado desde siempre y te seguiré amando hasta el final.

—Yo, Aziraphale. Puedo decir que, en mi vida, he visto cosas maravillosas, he estado en lugares increíbles y conocido personas impotentes... Pero nada de eso importa, la única razón por la que todo eso sigue siendo importante para mi es por que siempre estuviste ahí... No importaba donde o por que, te mantuviste a mi lado. Mi vida no tendría sentido sin ti. Aveces no estoy muy de acuerdo con lo que haces, pero te conozco y se que en tu corazón hay bondad... Y quizá me enamore de eso. — Desliza el anillo en la mano de Crowley, un anillo de oro blanco. — Todo lo que quiero en mi vida, es contigo. Si no estás ahí, quizá nada me sería importante. Y así como te amo ahora, te seguiré amando, hasta el fin de mis días.

Madame Tracy limpio una lagrima de su ojo y tomó la mano del señor Shadwel.

Y finalmente la pareja se beso.

No era la primera vez que lo hacían.

Pero si era la primera vez que se besaban siendo esposos.

*

Perdonen los errores, mi beta Reader vale berga :(

Innefable FamilyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora