Wonpil estaba sentado en la mesa de un rincón de Starbucks. El tiempo que hacía era pésimo. No paraba de llover, cosa que fastidió sus esperanzas de irse al lago de paseo. Eso también explicaba por qué la tienda estaba tan ridículamente llena de gente. Cada mesa y cada una de esas cómodas sillas que compartían del lugar estaban ocupadas.
No hacía mucho más que pasar el rato. Ya había repasado sus contactos en el teléfono, enviando un mensaje a alguien que estuviera en un radio de 24 kilómetros para ver si querían salir a tomar algo, pero nadie estaba disponible. Revisaba su email, Facebook y Twitter. Había buscado apartamentos que no se podía permitir por los precios, aunque no había nada de malo en el que estaba viviendo. Empezó a averiguar en páginas de internet cuánto le costarían unos billetes a Alemania simplemente porque nunca había estado ahí.
"Maldito Starbucks y su decisión de ofrecer wi-fi gratis."
La mesa en la que estaba sentado, estaba junto a la pared, cerca del lugar en el que la gente podía tomar la azúcar, pajitas, servilletas o lo que fuera. Y, sólo fue por casualidad, y por el ruido, que levantó la cabeza cuando se abrió la puerta y entró un nuevo cliente. Su pelo negro estaba pegado a los lados de su cara por la lluvia. Llevaba la bolsa de un ordenador portátil detrás del hombro.
Eso fue todo de lo que se dio cuenta antes de decidir buscar algo por Youtube. Se había traído los auriculares, así que los buscó por su mochila y los conectó al ordenador. Unos minutos más tarde, después de que se terminara el primer video, volvió a levantar la mirada y vio al hombre de antes de pie cerca de su mesa, café en mano y buscando un sitio libre.
Wonpil volvió a echarle un vistazo a la tienda, pero todos los asientos aún estaban ocupados. Había sitio suficiente para dos personas en su mesa, así que se quitó los auriculares y decidió llevar a cabo su buena acción del día.
—Hey —dijo lo suficientemente fuerte como para atraer la atención del otro—. Si quieres, puedes sentarte conmigo —sonrió.
El otro chico lo miró un momento, estrechó los ojos, aparentemente decidiendo si podía fiarse de aceptar la oferta de Wonpil. Aunque este no tenía ni idea de si lo fuera a aceptar o que estaría pensando el otro, en una cafetería llena de gente. Maldita sea, llevaba ropa normal y era obvio que sólo quería ser amable.
El extraño volvió a mirar con esperanza a su alrededor, pero viendo que no tenía otra opción, cabeceó y tomó el asiento.
—Gracias —dijo, casi sonando como si le molestara la cortesía de Wonpil.
—Claro —volvió a ponerse a escuchar música, aunque un segundo después vio cómo su acompañante conectaba a su portátil un extremo de un cable para cargarlo— ¿Quieres que lo conecte? —preguntó Wonpil extendiéndole la mano.
Recibió una mirada dudosa.
—¿Sospechas mucho de los desconocidos, no? —hizo una risita.
—¿Tú no? —el chico le pasó el otro extremo del cable y Wonpil lo conectó por él.
—Hm. No particularmente. Tengo algo de sentido común, ¿pero es que te parezco un chico sospechoso?
—Sí —contestó—, podrías ser un pervertido.
Wonpil hizo una expresión de molestia, pero aun estaba sonriendo —. ¿Un pervertido con su portátil en Starbucks?
El otro tenía una pequeña sonrisa de medio lado en la cara; —¿No estamos en horario escolar?
—Voy a tomarme eso como un cumplido. Quieres decir que parezco más joven de lo que soy. Por cierto, soy Wonpil.
—Hola, Wonpil —dijo, apretó el botón de encendido de su ordenador y acercó la silla a la mesa.
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Por un Café //DoPil// (re-subiendo)
FanfictionUn gesto amable de Wonpil hace que se gane un nuevo amigo. Uno increíblemente ingenioso y encantador. (resubiendo fic de mi antigua cuenta)