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Por primera vez Felix fue el primero en despertar a la mañana siguiente, cuando Hyunjin aún estaba sumido en el mundo de los sueños. Cuando despertó sintió el calor que emanaba el cuerpo del mayor todavía abrazado al suyo, además de los brazos y piernas entumecidas por la posición en la que se habían dormido juntos. Al abrir los ojos de todos modos confirmó que Hyunjin seguía durmiendo entre sus brazos, totalmente sereno mientras descansaba, aunque no le hizo falta verlo para comprobarlo pues el característico aroma de talco y hierbas se le metía por las fosas nasales, haciéndolo sonreír incluso antes de abrir los ojos. No se atrevió a moverse porque no quería perturbarle el sueño a Hyunjin, por lo que se quedó quieto y se dedicó a observar el semblante pacífico del mayor, aprovechando las circunstancias. Hyunjin era hermoso, realmente hermoso; Felix no recordaba haber visto a alguien que tuviera una apariencia tan perfecta, y es que los rasgos del mayor eran una verdadera obra de arte para el pelinaranja, cada vez que tenía oportunidad de mirarlo detenidamente terminaba concluyendo que Hyunjin era la persona más bella que podía existir. Los labios delgados y rosados, la nariz pequeña y redondeada, las cejas negras perfectamente delineadas, ese pequeño lunar debajo de su ojo derecho, el cabello negro resaltando aún más la piel blanca y pálida... Hyunjin parecía un muñeco de porcelana diseñado con el único propósito de ser perfecto.
Esa era la primera vez que Felix podía contemplar a Hyunjin dormir, y con ese pensamiento cayó en la cuenta de que en esas horas muchas cosas habían pasado por primera vez. Por primera vez, había sido Hyunjin quien buscó el contacto con Felix al escabullirse en la cama antes de dormir; por primera vez Hyunjin había perdido la calma, y con ello había demostrado, también por primera vez, que sentía algo -celos- por Felix. Era también la primera vez que pasaban una noche nada más durmiendo y abrazándose sin la necesidad de follar. Por primera vez, y esto era lo que más había sorprendido al pelinaranja, Hyunjin había aceptado abiertamente sus sentimientos por el menor y se los había dicho a la cara. "Me puse celoso porque eres mío", tan simple como eso, sencillamente lo dijo. Era la primera vez que Hyunjin le decía algo así (sin contar el mensaje de la otra vez), y no sabía cómo tomarlo. No sabía qué hacer con eso, no sabía cómo responder, no sabía nada. No sabía nada porque Hyunjin seguía siendo el novio de Chaewon y no podían enamorarse, aunque sí sabía que deseaba con todas sus fuerzas que aquellas palabras fueran ciertas, aunque eso nada más les traería problemas.
(En el fondo, en su lado más cursi y romántico, Felix pensaba que por Hyunjin podría soportarlo. Hyunjin valía los problemas)
— ¿En qué estás pensando?
Felix se sobresaltó en cuanto escuchó la voz de Hyunjin. Regresó a la Tierra en cuanto el mayor le habló, y cuando lo observó se encontró con que el pelinegro lo miraba con el ceño ligeramente fruncido y los ojos todavía entrecerrados, suponía que por el sueño. ¿En qué momento se había despertado? ¿Tan sumido estaba en sus pensamientos que no notó que Hyunjin ya estaba despierto? ¿Cuánto tiempo habría estado mirándolo sin verlo realmente, quedando como un psicópata? Podía ir agregando una cosa más a la lista de "situaciones vergonzosas pasadas con Hyunjin".
