Veinte 1/2.

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Luego de guardar un poco de ropa, su cepillo de dientes y dinero en una mochila, Felix se despidió de sus padres y salió de la casa para, supuestamente, ir a la casa de Jeongin a pasar la noche y prácticamente todo el día siguiente

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Luego de guardar un poco de ropa, su cepillo de dientes y dinero en una mochila, Felix se despidió de sus padres y salió de la casa para, supuestamente, ir a la casa de Jeongin a pasar la noche y prácticamente todo el día siguiente. O al menos eso fue lo que le dijo a sus padres, a pesar de que tomó el camino que lo llevaba directamente al centro de la ciudad donde casualmente se encontraba Cypher, y también a pesar de que era una gran mentira porque sus verdaderas intenciones eran quedarse con cierto empleado de cierta tienda de música todo ese tiempo. Pero claro, eso no tenían por qué saberlo ni ellos, ni nadie que no fueran él y Hyunjin(y Woojin y Jeongin, cómo olvidarlo). Tal como aquel famoso dicho decía, ojos que no ven, corazón que no siente. El pensamiento de estar aplicando un refrán a un hecho de su vida hizo a Felix sentirse como un abuelo, y llegar a esa conclusión lo hizo reír. Y ahí estaba, caminando hacia la tienda de música, riéndose solo como un loco de un chiste que había hecho él mismo.

Felix estaba de muy, muy buen humor ese día; casi parecía un psicópata al ir por la calle con una enorme sonrisa imborrable plasmada en el rostro, todo pómulos marcados y dientes amplios y blancos luciéndose. Por supuesto que no le importaban ni un poco todas las miradas extrañadas que le dirigían las personas que iban cruzándose con él porque su humor era tan bueno incluso para que le apeteciera ignorarlos y ponerse a bailar en el camino, cosa que haría ni bien pusiera un pie dentro de la tienda, estaba seguro de ello. Mientras tanto se conformaba con mover la cabeza al ritmo de una canción que sonaba nada más en su mente a medida que se acercaba a su destino, acompañando la melodía inexistente con sonidos extraños que salían de su boca. Hasta podía ver la mirada burlona que le habría dedicado Hyunjin, escuchando claramente la voz del rubio en su cabeza con una pregunta como "¿acaso nunca dejas de hacer ruidos?", y no pudo evitar bajar la mirada con una bonita sonrisa, esta vez una más tímida y sutil, avergonzándose por algo que simplemente había imaginado. Jeongin diría que estoy hecho un estúpido enamorado, pensó, y no pudo hacer más que resignarse porque eso era totalmente cierto.

Tendría que agradecerle eternamente a Jeongin por haberlo ayudado con Hyunjin a pesar de no querer al chico ni un poco. Y no era nada más por la coartada perfecta que le había brindado con esa idea de pedirle ayuda a Woojin para poder escaparse al menos por un día, no, era mucho más que eso. Jeongin lo escuchaba sin quejarse (no mucho, al menos), lo aconsejaba muy sabiamente y sin mentirle pues le decía lo que realmente opinaba y no algo bonito para conformarlo, e incluso lo ayudaba ignorando el hecho de que no estaba a favor de la relación que mantenía con Hyunjin. Y lo ayudaba muchísimo, desde intentando animarlo con esas cosas raras que encontraba en internet, hasta sugiriéndole maneras de pasar más tiempo con Hyunjin para que dejase de estar desanimado. Si bien el pelirrojo insistía mucho en que tenía que olvidar a Hyunjin y salir a Chan, en el fondo Felix sabía que nada más bromeaba con eso y que él podía contar con su amigo cada vez que necesitara una mano. Por esas razones, Felix se sentía en deuda en esa ocasión con Jeongin. ¡Su idea había sido muy buena! Aprovechar que Chaewon estaría distraída con unas amigas para tomar prestado el auto de Woojin y salir juntos de la ciudad, disfrutar de un día entero para ellos dos solos sin preocuparse por nada ni nadie... Felix tenía un muy buen motivo para sentirse agradecido con Jeongin.

ᴅoɴ'т тᴇʟʟ ɴooɴᴀ  ⋆  ͙̈н ʏ u ɴ ʟ ι x ⋆͙̈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora