y

616 110 4
                                    

10 años¡!

Jisung esperaba sentado en un muro, cerca de los señores amigos de sus madres. Sus manos estaban entrelazadas, y el pequeño los observaba sin que se dieran cuenta. Sus mamás también se cogían de las manos, y normalmente todos las miraban mal, pero ellas siempre le decían que no importaba lo que el resto pensase mientras ellas se quisieran. Y, algún día, el resto del mundo terminaría por aceptarlo.

El pequeño se sobresaltó cuando alguien saltó a su lado, sentándose también en el muro. Jisung se giró, encontrándose con Minho.

El chico llevaba la ropa desordenada y un ojo ennegrecido, pero sonreía como nunca. Su pelo estaba despeinado y las palmas de sus manos arañadas, pero no parecía importarle. Jisung se inclinó hacia él para preguntarle entre el ruido de la multitud:

̶ ¿Por qué tienes un ojo amoratado? ¿Quién te ha hecho daño?

El mayor negó con la cabeza, riendo suavemente. Se acercó a Jisung para que el pequeño pudiese oírlo claramente:

̶ No me ha hecho daño nadie. Tan solo he salido a luchar por lo que pienso. Para que se nos oiga, hay que hacer ruido.

Mientras el pequeño reflexionaba sobre aquellas palabras, Minho lo cogió de la mano en la que sujetaba una banderilla, agitándola en el aire junto a sus dedos entrelazados.

Boys¡! - MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora