Verdades

7 1 0
                                    

-Pasa, estás en tu casa.

-Como estás? - pregunta con pena

-Estoy mucho mejor y tu?

-Bien.

Ahí tensión en el ambiente, juro que puedo tocarla. Pero espero se vaya cuando hablemos, yo a ella la adoro demasiado apesar de estuvimos lejos por un buen tiempo. Yo la extrañe mucho pero estaba tan ciega de amor que solo me importaba el.

-Quieres algo de tomar?

Katia se siente en el sillón y en parte me siento mal, porque antes aunque peleabamos, jamás nos tratamos así.

-Mmm, un jugo de naranja.

Voy a la cocina por el y para mí, un sándwich de jamón y una bebida de piña.

-Gracias!

Guardamos silencio por unos segundo y se que si yo no empiezo hablar, ella no lo hará.

-Podrias explicarme, porque dijistes todo eso en el chat?

-Que cosa?- sé que quiere que hable específicamente.

-Todo lo que me escribistes.- pongo mí cara de "No te hagas".

-Mmm, creo que lo que escribí, dijo todo.

-No me basta. Necesito saber todo, para yo darte mí versión

-Un Día te escribí, para saber cómo estabas, para contarte tantas cosas que me estaban pasando desde que te fuistes, pero lo que recibí fue...

Así la escuché y me di cuenta de que Luis lo único que era o es... Un maldito enfermo, ese hombre me creía de su propiedad y eso no está bien.

Le explicó todo y lo entiende. Gracias a el cielo lo entiende todo.

Desde que la conozco es una persona muy rencorosa pero ella sabe que jamás la trataría de esa forma por más enojada que estuviera con ella.

-y regresaras a el colegio?

-Si, claro. Todo este tiempo he perdido y no quiero perder más

-Que bueno, me parece bien que pienses de esa forma.

Le sonrió con sinceridad pero se que la sonrisa que me devuelve no es de la misma forma.

Me costará mucho que vuelva a ser como antes. Se que todos pensaran: "pero dejala, no están buena amiga si no comprende", pero si lo es, solo que aveces uno como amigo, le duele mucho las cosas que pasan, es casi como una relación y muy rara la vez, se ven que unos ex's se lleven bien.

-bueno, me tengo que ir. - empieza a levantarse y acomodarse la falda que se le arrugó un poco al sentarse. - espero verte pronto.

La acompaño a la puerta y me despido, hasta con un te quiero, muy, pero muy sincero.

Al verla irse, veo un chico en la casa de enfrente que Jamas había visto. Y se me queda mirando tanto que mi cuerpo se eriza de forma involuntaria.

Que extraño...

Por estar viendo aquel chico, casi le cierro la puerta en la cara a mi madre.

-que tanto piensas? Casi me rompes la nariz- miro apenada a mamá

-no mami, lo siento, es que estaba viendo por donde se iba katia

-vino a visitarte?- Pregunta y asiento con la cebeza- que bueno, poco a poco verás que todo volverá hacer como antes.

Le sonrió a mami, porque se que se esfuerza por que todo mejore pero nada volverá a ser como antes pero quiero creer que será mucho mejor.

Me despierto ya que después de la visita me dio mucho sueño.

Un olor a lasagna me despierta, y espero mi nariz no se equivoque, es una de mis comidas favoritas y mamá sabe como hacerla de manera perfecta para mi estómago.

Camino a el baño me lavo el rostro y la boca para bajar a deleitarme, mi nariz no se puede equivocar y engañar a mi estómago.

Voy bajando las escaleras, cuando escucho voces que no pertenecen ni a papá, ni a mama.

Entro a la cocina y en efecto. Ahí visitas.

-buenas- saludo.

-buenas- responden todos al unísono.

-cariño, despertaste- sonrió a mi padre.

-ven siéntate, para presentarte a nuestros invitados- dice mamá.

En una de las sillas. Esta el vecino Jefferson y en otra un chico que respondió a el buenas pero no alzó en ningún momento la mirada.

-recuerdas al señor Jefferson, cierto?

-si, mami. Como olvidarlo- sonrió sinceramente.

Siempre fue un señor agradable, nos regalaba dulces, nos cuidaba y al decir "nos" me refiero a todos los niños del vecindario.

-y el chico del lado es su sobrino- termina mamá

El señor Jefferson le da un codazo. El cual creo que solamente yo me doy cuenta.

Alza su vista y jadeo, jamás había visto unos ojos tan hermosos.

Se asemeja a un azul marino, es como estar viendo el mar, lo Juro.

- Mucho gusto, soy Jason- me sonríe y tiene una mirada profunda y coqueta

-El gusto es mio.

Es el mismo chico que me miro cuando latía se fue. Por el cual me erize.

-Disculpe señora- mamá lo mira- necesito ir a el baño, podría decirme donde se encuentra.

-Claro cariño, subiendo las escaleras, al fondo del pasillo.

-Gracias.

Se levanta y jamás había visto un cuerpo tan perfecto para mis ojos.

Lleva una camisa celeste como el cielo, y unos jeans. Su cuerpo no es grueso pero tiene una musculatura perfecta, osea ni exagera, ni flácida.

Siento calor en mis piernas con solo pensar en como se vería sin ropa.

Sacudo mi cabeza, porque osea, que me pasa acabo de verlo, como puedo calentarme así, cuando pensé que no volvería a sentirme así, porque con el tiempo después de tantos maltratos, y se podría decir violacionea de Luis, le perdí las ganas a estar cuerpo a cuerpo con alguien más.

- cariño me oyes? - salgo de mis pensamientos, al sentir que mamá me sacude.

-disculpa mami, estaba pensando en otra cosa, lo siento.- digo sin mostrar expresión alguna. No deseo que se den cuenta de nada.

-esta bien, podrías buscarme una caja que esta en el armario de mi habitación-

-por supuesto, madre.

Subo las escaleras casi temblando porque se que puedo encontrarme a Jason

Voy entrando a la habitación, cuando siento unas manos en mis caderas.

-Hola preciosa- me erizo al sentir su aliento en mi oído.

Me volteo sin pensarlo pero creo que fue un movimiento equivocado. Quedo cara a cara con el, y no se como hizo pero no perdió su agarre hacia mi.

-que pasa te asuste- sonrió con picardia

Trago grueso.

-disculpa pero porque tanta confianza- quito sus manos de donde se encontraban con mucho pesar.

-me vas a decir que te molesta. Porque dejame decirte que tu cuerpo me demostró otra cosa.

Tu Mi Calma Y Tempestad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora