se te volcó el chimichurri

acá tranqui en rectoría

Recuerdan lo de ayer?

Bueno, me mandaron a rectoría, pero no sola.
Manuel también.
Cuando el rector empezó a cagarme a pedo tocaron la puerta, mis compañeras se fueron a quejar sobre el pelinegro, y en un pestañear de ojos, el estaba sentado al lado mío, de brazos cruzados y mirándome de reojo.
Yo monté una escena, obvio "cambios de emociones" lloré, grité, me enojé, de todo un poco;
-Señorita ¿usted sabe porque está aquí?
- ¿porqué estamos todos aquí realmente? Nadie lo sabe, yo lo único que sé es que EL- me paro,alzo la voz y señalo a el ojinegro e intento proseguir pero el ya nombrado me interrumpe
-señalar está mal.
-dejame seguir ¿no ves que intento expresarme? Si sabes que señalar está mal, sabrías que interrumpir es aun peor ¿qué en tu casa no te educan correctamente?-
En ese momento el rector me pidió que trate mejor a mi compañero, por suerte puedo llorar a voluntad, así es más convincente mi actuación, (drama queen) obvio empecé a llorar y seguí -perdón, pero ese pibe molesta a todas las alumnas y nunca se ve afectado en ningún sentido y ya estoy cansada-.
-bueno señorita Ignoria, tranquilice se, ahora hablaremos a solas con Delano, usted valla al baño mientras tanto.
Menos mal de que es de tonto por que sino no tengo la más remota idea de lo que haría, si llama a mi mamá estoy a salvo, ya que con ella tenemos un trato, si la llegan a llamar ella dirá que estoy en mis días y luego me cagaría a pedo en casa, cuestión que me fui al baño y estaba recostada en la pared una castaña con rulos hasta los hombros, baja y con unos hermosos aros de perlas, Romina,
-¡hola!, ¿todo bien?- nos saludamos con un choque de puños, nada de besitos ni abrazos.
- Manuel no va a joder más
-copado.
Sin más, ella se fue al aula, si, somos de pocas palabras a veces.

Luego de unos minutos, no sabía si ir al aula o regreso a rectoría, entonces me regresé como la campeona en ser una tonta a rectoría, y toqué la puerta, nadie me dijo pase, la toque tres veces más y como nadie contestaba me mandé.
Imagínate una puerta abriéndose en súper baja velocidad y una frase dicha en voz muy gruesa
-bueno, la.
¡¿el rector es padre del tarado!? Bueno, de tal palo, tal astilla ¿no?
Con razón nunca los castigaron.

Pero no.
Estaba hablando por teléfono con su papá, igual, tendría que haber pensado antes "no, el rector tiene otro apellido" soy horrible para acordarme de nombres y apellidos, solo con Alex tardé unos seis, siete meses en acordarme su nombre, en ese entonces lo llamaba "amigo" "hey" "compa" y nunca se dió cuenta.

Me senté nuevamente "secándome las lágrimas" y tuvimos una larga charla en la cual el tendría un castigo de un mes entero.
Conclusión: sepan llorar a voluntad.